Cient¨ªficos espa?oles identifican miles de virus en la Ant¨¢rtida
Las muestras, extra¨ªdas de un lago de la isla Livingston, han revelado que hay una inesperada diversidad de virus en condiciones extremas de temperatura, escasa luz y pocos nutrientes
Un equipo de cient¨ªficos espa?oles ha identificado, por primera vez, la presencia de casi 10.000 especies de virus en el agua dulce de un lago de la Ant¨¢rtida. Hasta ahora se conoc¨ªa la presencia de bacterias, algas, hongos y otros microorganismos en el continente blanco, pero la existencia misma de virus apenas estaba documentada por alguna micrograf¨ªa de escasa utilidad para cualquier tipo de an¨¢lisis. "Los virus que hemos encontrado viven en condiciones extremas de bajas temperaturas, oscuridad durante la mayor parte del a?o y escasos nutrientes", explica el vir¨®logo Antonio Alcam¨ª, l¨ªder del equipo e investigador del Centro de Biolog¨ªa Molecular Severo Ochoa, en Madrid. El hallazgo y estudio de estos peculiares virus se presenta en la prestigiosa revista Science.
Alcam¨ª tiene una larga trayectoria como experto en virus humanos, especialmente poxvirus, y no contaba con ir a la Ant¨¢rtida a buscar espec¨ªmenes, hasta que se lo propuso Antonio Quesada, coordinador del proyecto Limnopolar -financiado por el Programa Polar Espa?ol- para ocuparse precisamente de los virus del continente blancoy completar el enfoque interdisciplinar de la investigaci¨®n. Alcam¨ª acept¨® el reto y, junto con Alberto L¨®pez-Bueno, primer firmante del art¨ªculo de Science, se fue a la Ant¨¢rtida, a finales de 2006, cuando all¨ª era primavera. Pasaron cuatro semanas en un peque?o campamento instalado junto al lago Limnopolar, en la isla Livingston, en una de las Zonas Ant¨¢rticas de Protecci¨®n Especial. Para trabajar tuvieron que perforar en varios puntos el hielo de la superficie del lago, de hasta un metro de grosor, con un taladro para llegar al agua l¨ªquida. El muestreo se complet¨® en pleno verano austral, unas semanas m¨¢s tarde, cuando la superficie del lago se hab¨ªa fundido. Al final extrajeron 350 litros de agua, los filtraron y concentraron en tres litros y medio y los transportaron helados a sus laboratorios en Madrid. Hay que tener en cuenta que en cada litro de agua de ese lago hay mil millones de virus, se?alan los cient¨ªficos
"Hemos identificado virus nunca identificados en medios acu¨¢ticos, virus ¨²nicos, sobre todo los m¨¢s abundantes cuando el lago est¨¢ helado", afirma Alcam¨ª. Pero lo que m¨¢s ha sorprendido a estos especialistas, lo m¨¢s inesperado, es la gran diversidad de especies que han identificado en esas condiciones extremas, en ecosistemas considerados sencillos, ya que seg¨²n los bi¨®logos, la mayor diversidad deber¨ªa encontrarse en ambientes c¨¢lidos y no en el continente blanco.
Una vez que llegaron las muestras ant¨¢rticas al laboratorio del CBM (del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas y la Universidad Aut¨®noma de Madrid), estos vir¨®logos las prepararon para los an¨¢lisis gen¨¦ticos, que en parte fueron realizados por la empresa Lifesequencing, en Valencia, con un sistema avanzado de secuenciaci¨®n masiva desarrollado por la farmac¨¦utica Roche. Los an¨¢lisis subsiguientes arrojaron un resultado sorprendente: en las 90.000 secuencias gen¨¦ticas de virus obtenidas se identificaron casi 10.000 especies virales del lago Limnopolar.
El trabajo va m¨¢s all¨¢ de la identificaci¨®n. Alcam¨ª y sus colegas han constatado la estacionalidad de las colonias v¨ªricas del lago, con proliferaci¨®n de algunas especies asociadas a las algas en los meses de luz y de otras en los meses de invierno.
"Hasta ahora los bi¨®logos hemos aprendido mucho de un porcentaje muy peque?o de virus que causan enfermedades humanas, pero apenas sabemos nada de la inmensa mayor¨ªa de los virus que existen en la naturaleza", explica L¨®pez-Bueno. "Este ecosistema del lago Limnopolar es muy bueno como modelo de investigaci¨®n porque es relativamente sencillo".En el lago no hay depredadores, as¨ª que el equilibrio entre bacterias algas y poco m¨¢s (hay unos peque?os crust¨¢ceos) depende en gran medida del control que ejercen los virus que los infectan y del tama?o de las propias comunidades, a?aden estos cient¨ªficos.
El plan de este equipo es continuar este invierno (verano austral) con el trabajo de campo en la Ant¨¢rtida, pero ahora no se van a limitar a un lago, sino que, desplaz¨¢ndose por la costa hacia el Sur de la pen¨ªnsula Ant¨¢rtica, llegar¨¢n a una decena de distintos lagos para muestrear agua en ellos y poder extender as¨ª el trabajo iniciado en Limnopolar. Para la campa?a instalar¨¢n un laboratorio en el buque Las Palmas en el que realizar¨¢n la expedici¨®n.
![Micrograf¨ªa de muestras obtenidas en el lago Limnopolar](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/AKZFNV2533XD67B5ICXNQWUH5Q.jpg?auth=4fed892dbf6cb51f3f4bb209344ae73e46e78c1bf035cc2fb2924045b9c5b031&width=414)
![Antonio Alcam¨ª, a la izquierda, y Alberto L¨®pez-Bueno, en su laboratorio del Centro de Biolog¨ªa Molecular Severo Ochoa de Madrid](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/K767IKRCD7UPYUDTUSDQECPOIA.jpg?auth=467d29b7652b6803302f5494f36f4b8e04c40bacb1a7d576157f83c648061b08&width=414)
Un cient¨ªfico en condiciones precarias
Alberto L¨®pez-Bueno tiene un excelente historial cient¨ªfico a sus 34 a?os, con varios trabajos presentados en revistas de alto nivel internacional. Ahora celebra uno de esos momentos importantes en la carrera de un investigador: cuando se presenta en una revista importante -Science en este caso- un art¨ªculo, con su nombre en primer lugar, en el que un equipo de investigaci¨®n da a conocer un descubrimiento. Llegar a esas publicaciones es muy dif¨ªcil, ya que el nivel de exigencia es muy alto y las evaluaciones para elegir lo mejor del mundo, rigurosas. El l¨ªder y responsable de la investigaci¨®n es el jefe de Alberto, Antonio Alcam¨ª, vir¨®logo reconocido internacionalmente.
Pero la vida de L¨®pez-Bueno parece llevar dos v¨ªas paralelas: una, la cient¨ªfica, con ¨¦xito; y otra, la del calvario de becas y contratos temporales que, como ¨¦l dice, "siempre llevan la etiqueta de contrato en pr¨¢cticas o por obra y servicio". Acab¨® la tesis doctoral hace siete a?os, explica, tiene dos licenciaturas, lleva investigando desde hace once, dirige tesis doctorales.., pero el pasado mes de mayo caduc¨® su ¨²ltimo contrato como doctor en el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas) y se qued¨® en paro.
Gracias al dinero de otros proyectos de investigaci¨®n del laboratorio de Alcam¨ª, pudieron hacer un contrato de licenciado a L¨®pez-Bueno. Cobra 1.450 euros al mes y esta en situaci¨®n precaria, pero para ¨¦l este contrato fue un respiro cuando se vio en la calle con la investigaci¨®n de los virus ant¨¢rticos a¨²n sin concluir.
Su ¨²nica opci¨®n ahora para seguir siendo cient¨ªfico, dice, es presentarse a un contrato Ram¨®n y Cajal, de cinco a?os, que son los mejores que se ofrecen a trav¨¦s del Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n. Pero las plazas son pocas (apenas 350) para toda Espa?a y para todas las ¨¢reas cient¨ªficas. L¨®pez-Bueno sabe que, si no logra un contrato Ram¨®n y Cajal, tendr¨¢ que irse a trabajar al extranjero o abandonar la ciencia y guardar este art¨ªculo en Science -junto con los anteriores- en el recuerdo de lo que fue su vida como investigador.
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