Detenidos e incomunicados 34 miembros de Greenpeace en Indonesia
Los activistas, entre ellos dos espa?oles, fueron detenidos por encadenarse a las excavadoras de una empresa papelera que desforesta las selvas
La Polic¨ªa de Indonesia ha dejado incomunicados a los dos espa?oles y al brasile?o que, junto a otros 31 activistas de Greenpeace, fueron detenidos por encadenarse a las excavadoras de una empresa papelera que desforesta las selvas. El madrile?o Jes¨²s Roller Fern¨¢ndez, el coru?¨¦s Pablo M¨¦ndez L¨®pez y el brasile?o Agnaldo Almeida Vasconselos permanecen confinados, junto con ciudadanos de Alemania, B¨¦lgica, Filipinas, Finlandia e Indonesia, en las dependencias policiales de la localidad de Pangkalan Kerinci, en la isla de Sumatra.
"La polic¨ªa est¨¢ interrogando a los activistas y existe la posibilidad de que los extranjeros sean deportados", asegur¨® a Efe Bustar Maitar, responsable de las campa?as forestales en Greenpeace-Indonesia. Los activistas fueron movilizados por su ONG para realizar una campa?a en la pen¨ªnsula de Kampar, una regi¨®n selv¨¢tica en pleno proceso de deforetaci¨®n, y llamar la atenci¨®n sobre este problema, lig¨¢ndolo al cambio clim¨¢tico de cara a la cumbre de Copenhague, en diciembre.
La acci¨®n inclu¨ªa repercusi¨®n medi¨¢tica, formaci¨®n de comunidades locales y la construcci¨®n de varias presas en los canales abiertos por el gigante papelero APRIL para desecar extensas zonas de bosque que ha obtenido del Gobierno para su explotaci¨®n, un paso previo a su tala.
Una presa contra la desecaci¨®n
"Estamos aqu¨ª para combatir la deforestaci¨®n, el cambio clim¨¢tico y los intereses de algunos a corto plazo", asegur¨® a Efe Roller en Tanjung Sesenduk, unos d¨ªas antes de su detenci¨®n. M¨¦ndez agreg¨® que participar en esa campa?a era "su grano de arena" en la lucha contra el calentamiento global. "Estamos construyendo una presa para evitar que este ecosistema se deshidrate. Estos suelos son especialmente ricos en nutrientes y CO2 (di¨®xido de carbono) gracias a la temperatura y la humedad del tr¨®pico y morir¨¢ si le quitan el agua", explica Roller.
La desecaci¨®n de estos bosques h¨²medos, denominados turbera, provoca que todo el di¨®xido de carbono atrapado en el suelo -fruto de la descomposci¨®n acelerada de materia vegetal- pase a la atm¨®sfera, lo que acelera el cambio clim¨¢tico. Los expertos estiman que el 4% de las emisiones humanas globales de CO2 provienen de la destrucci¨®n de turberas en Indonesia.
Kampar, considerado por Greenpeace el epicentro de la deforestaci¨®n en Indonesia, es una extensi¨®n de unos 700.000 hect¨¢reas -el tama?o del Pa¨ªs Vasco-, de bosques h¨²medos, en su mayor¨ªa turberas. Desde 2002, el 43% han sido talados o degradados y el gobierno ha entregado el resto en concesiones productivas a papeleras, madereras y plantaciones de aceite de palma -en auge por los biocombustibles-, preservando s¨®lo 40.000 hect¨¢reas.
Greenpeace sostiene que talar estos bosques, adem¨¢s de acabar con un rico ecosistema y acelerar el cambio clim¨¢tico, es ilegal en la legislaci¨®n indonesia y exige al Gobierno que le retire a APRIL los permisos. La empresa, por su parte, niega cometer cualquier infracci¨®n y defiende el derecho a continuar con sus operaciones. "Es David contra Goliat. Vivimos en una aldea global y lo que est¨¢ pasando aqu¨ª afecta al planeta entero", argumenta M¨¦ndez.
"Est¨¢n arruinando el entorno. Los beneficios econ¨®micos (que generen estas empresas) son pan para hoy y hambre para ma?ana", sentencia Roller.
Indonesia, el tercer pa¨ªs por masa boscosa, y es ya el tercer mayor emisor de CO2, por detr¨¢s de China y Estados Unidos, debido principalmente a la deforestaci¨®n. El presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, se ha comprometido a reducir las emisiones de CO2 hasta un 41 por ciento si los pa¨ªses industializados le apoyaban financieramente.
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