La Audiencia absuelve a un oste¨®pata de una violaci¨®n por "la pasividad" de la v¨ªctima
La sala estima que la agredida "no exterioriz¨® de forma clara" su rechazo de la relaci¨®n sexual, a pesar de que la mujer aleg¨® que se qued¨® "bloqueada" por el miedo
La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto a un oste¨®pata de un delito de agresi¨®n sexual por el que se le ped¨ªa ocho a?os de c¨¢rcel al estimar que la v¨ªctima "no exterioriz¨® de forma clara su falta de consentimiento" de la relaci¨®n sexual, a pesar de que la agredida aleg¨® en el juicio que se qued¨® "bloqueada" por el miedo que sinti¨® ante lo que estaba pasando.
En una sentencia, la Secci¨®n Decimoquinta arguye que la absoluci¨®n se debe a que el hecho de que la v¨ªctima no reaccionara adecuadamente condujo a una situaci¨®n de error sobre el delito de agresi¨®n sexual que, "aun siendo vencible, no conllevar¨ªa a responsabilidad penal alguna", en virtud del art¨ªculo 14 del C¨®digo Penal. La Fiscal¨ªa ped¨ªa para el 8 a?os de c¨¢rcel y una indemnizaci¨®n de 30.000 euros para la agredida.
La Sala argumenta que "la pasividad" de la afectada durante los hechos "reforz¨® la idea del acusado de que estaba dispuesta a seguirle su juego sexual". "No parec¨ªa que la v¨ªctima se lo impidiera, por lo que la probabilidad de que el procesado considerara que estaba aceptando la proposici¨®n resultaba muy alta", a?ade.
Seg¨²n los hechos probados, la v¨ªctima acudi¨® a la consulta del acusado el 26 de diciembre de 2006. Sin m¨¢s, ¨¦ste le solicit¨® que se desnudara, comentando a la mujer que confiara en ¨¦l porque llevaba diecisiete a?os en su profesi¨®n.
"Una mujer muy especial"
Cuando se tumb¨® boca arriba en la cama, el masajista le dijo que se diera la vuelta para masajearle la espalda. "En un momento dado le dijo que se trataba de una mujer muy especial y que por eso le iba a regalar un masaje s¨®lo para ella, que se relajara y disfrutara, que era su momento", recoge la sentencia.
Tras esto, se puso tras ella y comenz¨® a murmurarle al o¨ªdo, al tiempo que le daba masajes en el brazo hasta convertirse en caricias. Acto seguido, se coloc¨® junto a ella y le introdujo los dedos en la vagina. La chica se incorpor¨® para decirle "qu¨¦ haces, qu¨¦ estas haciendo". "El acusado la tumb¨® sobre la camilla y baj¨¢ndose los pantalones se puso encima de ella para consumar el coito, eyaculando en su interior", agrega el fallo.
Tras ello, le introdujo los dedos en el ano y cuando intent¨® violarla de nuevo, ¨¦sta le coment¨® que le dol¨ªa. "El procesado ces¨® en su empe?o y procedi¨® a penetrarla de nuevo por la vagina, pero antes ella le solicit¨® que se pusiera un preservativo", a?ade. La sentencia expone que la mujer present¨® un cuadro de tristeza constante, insomnio, dificultad de concentraci¨®n, p¨¦rdida del apetito, tendencia al aislamiento, anhedonia, baja autoestima y sentimientos de culpabilidad ante la impotencia de no haber sido capaz de reacci¨®n adecuadamente.
Pens¨¦ que era un masaje relajante
En el juicio, la mujer relat¨® que en un principio pens¨® que se trataba de un masaje relajante. "No lo era. Se puso detr¨¢s de m¨ª y, de manera sutil, empez¨® a rozar el pez¨®n y mis pechos, bajando cada vez m¨¢s", relat¨® la v¨ªctima, quien asegur¨® haberse sentido "intimidada".
"De la cabeza se fue a los pies y me introdujo los dedos en la vagina. Reaccion¨¦ incorpor¨¢ndome y le dije qu¨¦ haces y, con la mano que ten¨ªa libre la puso sobre mi pecho y me empuj¨® violentamente contra la camilla, se baj¨® los pantalones, se puso encima m¨ªo y me penetr¨®", narr¨®, a lo que a?adi¨® "la sensaci¨®n era de humillaci¨®n, de indefensi¨®n, quer¨ªa gritar pero no pod¨ªa, quer¨ªa correr y tampoco".
"Estaba bloqueada y con miedo, le dije que me quer¨ªa ir, y me contest¨® que no me iba a ir hasta que no me fuera a follar otra vez, haciendo alusi¨®n a lo macho que era. Me dijo que esa ma?ana le hab¨ªa echado dos polvos a su novia", a?adi¨®.
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