La atracci¨®n no es ciega
?Por qu¨¦ nos gusta una persona y nos repele otra? ?C¨®mo funciona el deseo? Sus mecanismos guardan una misteriosa l¨®gica en la que se combinan qu¨ªmica, psicolog¨ªa y cultura
Parece algo enigm¨¢tico, pero no lo es. Los expertos aseguran que el deseo no es ciego. En apariencia, la gente se atrae, se repele o se ignora por razones que no siempre se acierta a definir. Pero "el deseo tiene un fuerte componente mental", asegura la psic¨®loga cl¨ªnica Mila Cahue, asesora del portal de Internet Meetic-Match. "No existen reglas fijas que indiquen por qu¨¦ deseamos a alguien. Entran en juego desde el factor gen¨¦tico hasta el aprendizaje sentimental", coinciden psic¨®logos y sex¨®logos.
"Cada uno va dise?ando una imagen fruto de diversos factores: por un lado, una predisposici¨®n gen¨¦tica; por otro, el modelo educativo que adquirimos en el entorno familiar y social, y finalmente, el filtro cultural. Es una proyecci¨®n, un entramado subjetivo que te lleva a desear a alguien que te gusta. Aunque a veces al conocer a esa persona te deja de gustar", precisa Cahue.
Si uno se siente inseguro, est¨¢ m¨¢s receptivo, su abanico se ampl¨ªa
Los expertos insisten en que las mujeres buscan un hombre fuerte, y los hombres, belleza o sumisi¨®n.
El cerebro marca las diversas fases de energ¨ªa y declive en la pasi¨®n
Un 15% de los espa?oles est¨¢n insatisfechos sexualmente
No podemos escapar del deseo de amar, es una ley de la naturaleza
En ocasiones incluso se desea a alguien por razones directas: la sensaci¨®n profunda de que alguien nos hace sentir bien.
Al igual que Cahue, la psic¨®loga ?ngeles Sanz Yaque considera que las caracter¨ªsticas emocionales del sujeto determinan en buena parte el objeto de deseo. Pero, desde el punto de vista f¨ªsico, el nivel de testosterona es decisivo. Tambi¨¦n en la mujer. "En el hombre, este nivel es bastante estable, mientras que en la mujer hay fluctuaciones: la influencia hormonal se nota m¨¢s durante la ovulaci¨®n", se?ala.
Hay que sumar, adem¨¢s, el nivel de autoestima y el equilibrio afectivo. Si alguien se siente seguro, selecciona m¨¢s. Pero si se encuentra en un momento delicado, m¨¢s inseguro, est¨¢ m¨¢s receptivo, y su abanico se ampl¨ªa. "Los filtros culturales y religiosos tambi¨¦n son muy importantes", agrega el psiquiatra Jos¨¦ Mar¨ªa Valls, secretario de la Fundaci¨®n Castilla del Pino. "Hay un abismo entre una europea y una afgana a la hora de expresar su deseo. Por otra parte, la mayor¨ªa de las religiones ejerce un efecto restrictivo, pero hay que distinguir entre espiritualidad y religiosidad", a?ade.
"El deseo va m¨¢s all¨¢ de la atracci¨®n f¨ªsica. A m¨ª me motiva especialmente el olor, la sensaci¨®n de bienestar y confianza que me inspira esa piel en particular; todo eso que llamamos qu¨ªmica", afirma una madrile?a de 45 a?os que acaba de iniciar una relaci¨®n. Los expertos han estudiado el lenguaje de la intimidad. "Hay mujeres que encuentran m¨¢s er¨®tico besar durante largo tiempo a su pareja que emprender acciones sexuales m¨¢s expl¨ªcitas. Los besos ayudan a liberar endorfinas, encargadas de generar bienestar y relajaci¨®n. Cuando se est¨¢ enamorado se segrega oxitocina (la hormona que permite la dilataci¨®n en el parto y la lactancia, a la vez que se la relaciona con la excitaci¨®n sexual)", indica Cahue.
El deseo cumple, adem¨¢s, una funci¨®n, la de reequilibrar algo de lo que carecemos. ?se es el motor de muchas fascinaciones aparentemente contradictorias. Ella es ejecutiva de ¨¦xito, y ¨¦l, un bohemio. ?Por qu¨¦ se han elegido? ?Por qu¨¦ perduran? "No siempre son tan desiguales esas parejas que consideramos flor de un d¨ªa", explica Cahue. "Quiz¨¢ los sue?os ¨ªntimos de esa ejecutiva se acerquen a una vida m¨¢s bohemia. Y ¨¦l tal vez aspire a una vida ordenada". Algo que no es aplicable a todas las ejecutivas, desde luego, ni a todos los bohemios.
"Hombres y mujeres siguen respondiendo a¨²n a patrones distintos: el var¨®n tiende a desear a muchas, cuantas m¨¢s mejor, por aquella raz¨®n ancestral de dejar su impronta. Mientras la mujer sigue seleccionando pocas parejas y de calidad, tanto para ellas como para sus hijos", recuerda Valls. Aunque este viejo esquema est¨¢ cambiando: algunas mujeres empiezan a buscar m¨¢s variedad sexual, sobre todo si ya tienen hijos. Sea como fuere, "la p¨ªldora anticonceptiva ha sido el gran afrodisiaco para la mujer", afirma Valls: al separar procreaci¨®n y sexualidad, la mujer manifiesta su deseo sin miedo.
"El deseo de amar y ser amado est¨¢ ah¨ª, es algo visceral, una b¨²squeda activa del otro. No podemos escapar a esta ley de la naturaleza, aunque seamos capaces ya de tomar decisiones y de no enfocarlo a la procreaci¨®n", manifiesta Aurora Garc¨ªa, psic¨®loga integrada en el gabinete ?lava-Reyes. Podr¨ªa decirse que se est¨¢ programado para desear. Aunque no siempre encontremos el objeto de deseo so?ado o no entendamos por qu¨¦ nos resulta deseable y hasta irresistible alguien que no coincide con nuestro ideal f¨ªsico o social. Aurora Garc¨ªa insiste en que la mujer sigue buscando un hombre no dominante, pero s¨ª fuerte. Y los hombres, belleza o sumisi¨®n: todav¨ªa muchos piensan que si ella es servicial, cuidar¨¢ mejor de los hijos.
El deseo es un motor para conseguir amor, y otras cosas. Hay expertos que aseguran que las mujeres en periodo f¨¦rtil se interesan por hombres con marcados rasgos masculinos. Mientras que en otras fases del ciclo menstrual el aspecto f¨ªsico no es tan determinante.
Muchos estudios responden a viejos estereotipos sexuales. Pero al final "es el cerebro el que interpreta este flujo de informaci¨®n fisiol¨®gica que le llega y desencadena a tiempo una sucesi¨®n de pensamientos e im¨¢genes", recuerda Cahue.
?Por qu¨¦ deseo al final a quien no es mi tipo? En parte, porque se conoce a esa persona en un momento de mayor apertura o cuando se est¨¢ m¨¢s activo. O, por el contrario, bajo una sensaci¨®n de fracaso o de ilusi¨®n, explica Sanz. Tambi¨¦n hay quien fantasea y se engancha en funci¨®n de sus propias necesidades, "poniendo en marcha una estrategia para lograr que esa persona se comporte del modo que espera". Aunque al final "se da cuenta de que no tiene que ver consigo y que lo importante era el juego", agrega Sanz.
Uno de los enemigos del deseo en las parejas actuales es el desarrollo profesional, altamente competitivo, apunta. "Se tienen los hijos cada vez m¨¢s tarde, se vive una presi¨®n por ascender, y no practican el sexo simplemente porque llegan a casa agotados". Doce horas diarias en la oficina acaban con muchas parejas.
Cuando amor y deseo coinciden, ambos se retroalimentan. Con el tiempo, sin embargo, la emoci¨®n del amor se transforma en h¨¢bito, y el deseo necesita nuevos est¨ªmulos. Cahue no comparte la idea de que la estabilidad traiga el aburrimiento. "La pareja en s¨ª no es aburrida, lo son las personas", sugiere.
La reciente encuesta sobre salud sexual elaborada por el Ministerio de Sanidad confirma que un 20% de mujeres y un 15% de los hombres se sienten insatisfechos en su sexualidad. "Hay parejas que funcionan bajo m¨ªnimos, y de alg¨²n modo lo asumen. Con esa situaci¨®n es f¨¢cil estancarse y que el deseo se bloquee. Aunque esa falta de deseo es en ocasiones algo subjetivo", advierte Sanza.
Hay gente que inhibe sus deseos porque no ha aprendido a expresarlos o porque no quiere entrar en conflicto con los de otras personas y se bloquea. Hay que aprender a decir "quiero esto" sin que eso implique molestar al otro. De cualquier modo, debajo del deseo hay mecanismos y filtros personales y sociales: no es lo mismo un chico de 18 a?os que de 60.
La edad influye claramente en el deseo por el efecto hormonal. "Aunque disociemos procreaci¨®n y sexo, el cerebro marca las diversas etapas de mayor energ¨ªa o de declive", recuerda Valls. "A los 22 a?os, el deseo es m¨¢s vivo. A otras edades se buscan los momentos emocionales, la comunicaci¨®n", dice Mila Cahue. Pero ?pervive el deseo? "Si la mujer ha tenido una vida sexual m¨¢s o menos intensa, el deseo se mantiene en la madurez. Si has ido de m¨¢s a menos, cuando llega cierta edad echas el cierre", reconoce ?ngeles Sanz. En el hombre, la viagra ayuda, pero "si no le apetece, la pastilla no sirve", resume Valls.
Cuesti¨®n de aroma
Nuestro cuerpo produce unas sustancias qu¨ªmicas llamadas feromonas que nos inclinan al bienestar y al encuentro con los dem¨¢s. Mucho se ha especulado en las ¨²ltimas d¨¦cadas sobre su papel en el deseo sexual. Los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) ?ngel Guerrero y Carme Querol, pioneros en el estudio de las feromonas en insectos, aseguran que "existen evidencias claras de que hay hormonas que regulan ciertos comportamientos en humanos". Aunque se muestran cautos. Consideran arriesgado "extrapolar a los humanos el papel que las feromonas de insectos juegan en el comportamiento y reproducci¨®n de los mismos". De cualquier modo, creen que s¨ª son determinantes en la atracci¨®n sexual. Aunque, recuerdan, "el hombre y la mujer, a diferencia de los animales que se comportan en base a su instinto, nos controlamos m¨¢s desde un punto de vista racional".
Los especialistas cuentan que se han comercializado ya perfumes con lo que llaman hormona masculina y hormona femenina. Estas hormonas se han obtenido de las axilas y son aparentemente percibidas por un ¨®rgano olfativo denominado ¨®rgano vomeronasal (VNO). "Es probable que estas hormonas act¨²en como un agente de atracci¨®n complementario a otros que tambi¨¦n utilizan los animales en la naturaleza, como la visi¨®n, el sonido, etc¨¦tera. En ese sentido son un factor m¨¢s en el proceso de atracci¨®n sexual y reproducci¨®n en humanos. No en vano, el amor es un fen¨®meno complejo en el que juegan muchos par¨¢metros adem¨¢s de las propias feromonas", agregan.
Lo que s¨ª se ha contrastado es que el beb¨¦ reconoce a la madre a los pocos d¨ªa de nacer y, viceversa, la madre puede discriminar el olor de su peque?o frente a otro de la misma edad a trav¨¦s de alguna prenda que haya vestido previamente. Otro ejemplo: se ha observado que ni?os y ni?as entre tres y seis a?os consideran agradable el olor de las axilas femeninas, mientras que el de las axilas masculinas s¨®lo agrada a los ni?os, pero no a las ni?as.
El poder hormonal
"La principal hormona vinculada al deseo sexual es la testosterona", afirma el ur¨®logo Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Pi?eiro. "A menudo, los problemas de disfunci¨®n er¨¦ctil, eyaculaci¨®n precoz o de libido baja suelen estar mezclados. Al tener alguna dificultad f¨ªsica, el sujeto se inhibe, y esa actitud influye en una p¨¦rdida de deseo", explica. Por el contrario, cuando las relaciones sexuales son buenas en una pareja, hay una mayor motivaci¨®n a repetir esa experiencia, lo que a?ade ya un componente psicol¨®gico. "Aunque las disfunciones tengan un origen org¨¢nico, suele darse un factor psicol¨®gico asociado. Si el nivel de testosterona disminuye, repercute directamente en la libido. Esto se ha comprobado en personas con c¨¢ncer de pr¨®stata: al tratarlos, se les baja a prop¨®sito el nivel de testosterona y, como consecuencia, cae de inmediato tambi¨¦n el deseo". Otra hormona que interviene en el deseo es la prolactina. Si aumenta, disminuye la erecci¨®n y la libido.
La testosterona est¨¢ tambi¨¦n vinculada al deseo femenino, al igual que la DHEA y otras hormonas que fabrican las gl¨¢ndulas suprarrenales. "Se ha comprobado que algunas personas con tumores de gl¨¢ndulas suprarrenales experimentan un incremento de la libido. Al igual que en las deportistas de elite a las que se les administra testosterona", explica Mart¨ªnez Pi?eiro.
La edad desencadena una serie de problemas en el hombre. "Si mantiene la libido y los problemas son de erecci¨®n, las pastillas conocidas como Viagra, Cialis o Levitra pueden ser una ayuda. Pero hay que tener presente que estas pastillas no incrementan el deseo: mejoran el rendimiento, y eso hace que afronten las relaciones de pareja mejor y, como consecuencia, puede reactivar el inter¨¦s sexual y sus expectativas", precisa el especialista. "Sus efectos son similares. La diferencia es que Viagra y Levitra deben tomarse de media hora a una hora antes de la relaci¨®n, y su efecto suele durar unas seis horas. Cialis se puede tomar con la comida y con alcohol, y tiene una horquilla de tiempo m¨¢s amplia. Con una peque?a dosis continuada, pacientes diab¨¦ticos pueden mantener una vida sexual normal", a?ade Mart¨ªnez Pi?ero. Aunque cada uno tiene sus preferencias, matiza. Adem¨¢s de tomarla con control m¨¦dico, no se puede mezclar con nitroglicerina, empleada para tratar la angina de pecho.
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