Fumando bacterias
Los microorganismos contenidos en el tabaco pueden ser inhalados vivos junto con el humo y alojarse en los pulmones
A juicio de muchos, al que me uno, la llamada Ley Antitabaco que entr¨® en vigor en Espa?a el 1 de enero de 2006 no ha resultado un ¨¦xito. Algunas de sus disposiciones han impedido, en efecto, gozar de un ambiente libre de malos humos en todav¨ªa demasiados lugares; en particular en peque?os locales de hosteler¨ªa donde, adem¨¢s de los clientes, sus trabajadores est¨¢n continuamente expuestos a humo del tabaco de segunda mano.
De sabios es rectificar y, en este caso, tambi¨¦n de sanos. Por esta raz¨®n, esperamos que la presuntamente inminente modificaci¨®n de la ley que va a realizar el Gobierno proteja de una vez por todas a los no fumadores, y al mismo tiempo siga permitiendo a los fumadores dedicarse a su pasi¨®n en libertad, pero sin da?ar la salud de nadie, salvo la suya propia. Para estimular la aplicaci¨®n de la nueva ley lo antes posible, nada mejor que convencerse de su justeza apoy¨¢ndose en nuevos estudios sobre los efectos perjudiciales del tabaco, uno de los cuales vamos a explicar hoy.
Estos hallazgos arrojan una nueva luz sobre algunos efectos del tabaco todav¨ªa por esclarecer
Asesino humeante
Los estudios realizados acerca de los efectos del tabaco sobre la salud se han centrado, sobre todo, en las sustancias qu¨ªmicas contenidas en el humo. Resulta sorprendente que de ¨¦l se hayan aislado m¨¢s de 3,000 sustancias diferentes, muchas de ellas con efectos muy perjudiciales para la vida de las c¨¦lulas y para su integridad gen¨¦tica. Pr¨¢cticamente, cada calada que damos a un cigarrillo da?a al ADN de alguna de nuestras c¨¦lulas pulmonares, que puede entonces convertirse en tumoral. De no poseer las c¨¦lulas la capacidad de reparar su ADN da?ado, como sucede normalmente hasta que el tabaco acaba por da?ar al propio mecanismo de reparaci¨®n, el tabaco nos matar¨ªa de c¨¢ncer mucho antes.
La originalidad del nuevo estudio al que me refer¨ªa arriba, publicado por investigadores de la universidad de Maryland, EE. UU., en la revista Environmental Health Perspectives (Perspectivas de Salud Medioambiental), reside en que su enfoque no se centra sobre los efectos de una u otra sustancia qu¨ªmica, sino sobre las bacterias contenidas en el tabaco. Los autores demuestran que dichas bacterias pueden ser inhaladas vivas junto con el humo y alojarse en los pulmones. Aunque no es el primer estudio que se realiza sobre este tema, s¨ª es el primero en utilizar potentes t¨¦cnicas de biolog¨ªa molecular que permiten detectar miles de especies bacterianas a la vez.
Los cient¨ªficos estudiaron las bacterias contenidas en cigarrillos de cuatro marcas comerciales y los encontraron poblados por m¨¢s de 700 especies diferentes de bacterias, muchas de las cuales son conocidos agentes causantes de enfermedad. Antes de que el calor pueda acabar con ellas, la aspiraci¨®n del humo arrastra con ¨¦l a las bacterias contenidas en la parte del cigarrillo a¨²n no quemada y permite que alcancen los pulmones de los 1.200 millones de incautos fumadores que pueblan el planeta.
Fermentaci¨®n tab¨¢quica
?De d¨®nde provienen estas bacterias? Normalmente, la superficie de las anchas hojas del tabaco ya contiene bacterias, aunque en menor cantidad que el tabaco elaborado. Durante el proceso de elaboraci¨®n de cigarrillos, las hojas del tabaco fermentan en condiciones que permiten un denso crecimiento bacteriano, lo cual incrementa dram¨¢ticamente su contenido en bacterias. Se estima que cada cigarrillo puede contener cerca de un mill¨®n o m¨¢s de bacterias.
Estos hallazgos arrojan una nueva luz sobre algunos efectos del tabaco todav¨ªa por esclarecer. Es conocido que muchos microorganismos son capaces de producir infecciones agudas, pero son tambi¨¦n agentes que contribuyen al desarrollo de enfermedades inflamatorias cr¨®nicas, e incluso pueden contribuir al desarrollo de algunos tipos de c¨¢nceres. Sin embargo, estos estudios no demuestran todav¨ªa que las bacterias contenidas en el tabaco sean un factor que contribuya al desarrollo de enfermedades asociadas con su consumo, y son necesarios estudios adicionales encaminados a confirmar o refutar esta posibilidad.
Sea como fuere, podemos pensar ahora en la producci¨®n de un tabaco menos insano que, aunque siga conteniendo m¨¢s de 3.000 sustancias qu¨ªmicas, muchas de ellas perjudiciales, al menos se encuentre libre de bacterias pat¨®genas. Sin duda, no ser¨¢ la soluci¨®n a los problemas de salud causados por el consumo de cigarrillos y no cambiar¨¢ el hecho de que los ambientes contaminados con humo de tabaco seguir¨¢n siendo perjudiciales para la salud de todos. Los no fumadores tienen derecho a un ambiente libre de humos, aunque sean humos limpios de bacterias, y este derecho debe ser protegido.
Jorge Laborda es Catedr¨¢tico de Bioqu¨ªmica y Biolog¨ªa Molecular en la Universidad de Castilla-La Mancha
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