Cara a cara con el asesino silencioso
En 10 a?os, el n¨²mero de hipertensos ha aumentado un 10%. En Espa?a ya hay m¨¢s de 12 millones. Tienen seis veces m¨¢s probabilidades de sufrir una insuficiencia cardiaca. Para cuidarse es m¨¢s importante bajar de peso que dejar la sal
A la tensi¨®n arterial alta (HTA) le llaman el asesino silencioso, y con fundamento. Sus s¨ªntomas son invisibles y se puede llegar tarde a su diagn¨®stico. En contra de lo que dice la creencia popular, no hace falta tener dolores de cabeza, estar intranquilo o sufrir insomnio para padecerla. Es un problema de?salud p¨²blica cr¨®nico, controlable pero no curable, que afecta a 1.500 millones de personas en el planeta, m¨¢s de 12 millones en Espa?a, seg¨²n datos de la Asociaci¨®n Espa?ola de Hipertensi¨®n (SEH-LELHA). M¨¢s del 30% desconoce que la sufre, y la edad a la que aparece se est¨¢ adelantando en los pa¨ªses desarrollados. La obesidad y la vida sedentaria son los culpables. Un hipertenso tiene tres veces m¨¢s probabilidades de tener un problema coronario y seis de padecer una insuficiencia cardiaca. Adem¨¢s, la HTA es el primer factor de riesgo para las enfermedades cerebrales y, pese a ello, s¨®lo un tercio de los enfermos est¨¢n controlados, como cuentan desde la SEH-LELHA. La presi¨®n puede afectar tambi¨¦n a las arterias de las piernas y causar dolor al caminar; a las de la retina y alterar la visi¨®n, e incluso causar impotencia.
El estr¨¦s puede disparar la enfermedad, pero no originarla
Las ¨²ltimas noticias, de febrero, invitan al sobresalto. Un ambicioso estudio sobre el impacto de la HTA en Espa?a, Carotens II, replica el realizado en 1999 con aciagos datos. Los han facilitado 1.000 m¨¦dicos de atenci¨®n primaria o cardi¨®logos y corresponden a 26.000 pacientes atendidos durante una semana concreta. "Hasta el momento s¨®lo disponemos de datos parciales, pero muy preocupantes: destaca el aumento en estos 10 a?os de la prevalencia de HTA del 33% al 43,8%. Hay una proporci¨®n de diab¨¦ticos que llega al 14% y un incremento alarmante en la obesidad. Est¨¢ complet¨¢ndose el an¨¢lisis de toda la informaci¨®n recogida y es probable que antes de dos meses tengamos los resultados definitivos", cuenta Pilar Palaz¨®n, presidenta de la secci¨®n de hipertensi¨®n arterial de la Sociedad Espa?ola de Cardiolog¨ªa (SEC) y encargada del estudio.
"Uno de los problemas m¨¢s importantes es la tendencia a dejar la medicaci¨®n", alerta Vicente Bertomeu, presidente de la Fundaci¨®n Espa?ola del Coraz¨®n. Nadie me conoce mejor que yo, piensan muchos enfermos. Y por eso mismo aumentan y disminuyen el n¨²mero de pastillas de la hipertensi¨®n a su libre albedr¨ªo. Si padecen un mal catarro, se autorrecetan menos para no meterse tanta qu¨ªmica al cuerpo. O al rev¨¦s: si se sienten intranquilos, la suben. El estr¨¦s puede disparar o contribuir a la manifestaci¨®n de la enfermedad, pero no la origina ni la mantiene elevada. Y, desde luego, no baja con tranquilizantes. Pero son muchos los que asocian estr¨¦s y presi¨®n arterial, y de resultas, en verano, coincidiendo con las vacaciones, abandonan las medicinas.
Las cifras de presi¨®n arterial se consideran altas si la sist¨®lica (m¨¢xima) est¨¢ entre 130 y 139 mil¨ªmetros de mercurio (mmHg), y la diast¨®lica (m¨ªnima), entre 80 y 89 mmHg. Son muchas las leyendas que circulan. Durante mucho tiempo se pens¨® que la m¨ªnima ten¨ªa que ser la mitad que la m¨¢xima. O se habla sin criterio de "presi¨®n compensada o descompensada". En realidad, hay tres medidas negativas: tener las presiones m¨¢xima y m¨ªnima elevadas, tener una de ellas subida o que una est¨¦ demasiado alta y la otra demasiado baja. "?Hasta cu¨¢nto hay que bajar la tensi¨®n alta?", se pregunta Bertomeu. "Antes se pensaba que cuanto m¨¢s, mejor. Pero varios estudios han demostrado que, en pacientes con enfermedades renales o cerebrales, no hay que obsesionarse con bajarla porque las consecuencias pueden ser peores".
Tres de cada 10 hipertensos lo son por el consumo excesivo de sal, seg¨²n calcula la Sociedad Espa?ola de la Hipertensi¨®n. Necesitamos muy poca para vivir. Nos vale con dos gramos diarios de sodio, lo que cabe en una cucharilla de t¨¦. La OMS aconseja tomar hasta seis gramos. Sin embargo, ingerimos hasta 20 gramos en la composici¨®n de los alimentos (el 75% proviene de ¨¦stos) y en la sal con la que sazonamos nuestros platos. "La carne o el pescado no hace falta salarlos. Basta con el uso de especias, cebolla o ajo. Pero a una sopa o un arroz, claro que se puede echar", explica Bertomeu.
La fruta y la verdura contienen poco sodio si se compara con la carne de cerdo, las v¨ªsceras, los frutos secos, las salsas o los mariscos. Adem¨¢s, el sodio se utiliza como conservante en latas, embutidos y precocinados, pero cuesta distinguirlo porque tan s¨®lo es salado cuando se combina con cloro (es decir, la sal com¨²n). El doctor Pedro Aranda, presidente de la SEH-LELHA, opina, sin embargo, que para un hipertenso es m¨¢s importante bajar peso que el comer soso: "Hay que ser m¨¢s estricto con la dieta que con la sal". Aunque, cuidado, sin descuidar el sodio, fuertemente ligado a los ictus y los infartos.
Bajar el consumo de sal no es sin¨®nimo de una bajada de la presi¨®n arterial. A un 40% de los pacientes no les sirve de nada y el problema es que no existe una prueba sencilla que diagnostique qui¨¦n es sensible a la sal y qui¨¦n no. Aunque siempre es bueno tirar poco del salero, pues influye en el rendimiento del coraz¨®n. Este ¨®rgano tiene que manejar mayor volumen de circulaci¨®n porque el sodio retiene el agua. Educar el paladar lleva su tiempo y hay que ir disminuyendo la sal poco a poco. Se aconseja tener una dieta rica en fibra -que sacia y no engorda- y en productos crudos, retirar el salero de la mesa, usar aceites con mucho sabor, leer en las etiquetas la cantidad de sodio u olvidarse de las carnes saladas o ahumadas. Un truco muy extendido es cocinar sin sal y a?adir una peque?a cantidad en el momento. As¨ª las papilas gustativas se estimulan muy r¨¢pido.
Existe la falsa creencia de que el caf¨¦ sube la tensi¨®n. Tomar no m¨¢s de tres tazas al d¨ªa no puede asociarse con un aumento de ¨¦sta, seg¨²n estudios como el de la Universidad de Harvard publicado por la revista Journal of the American Medical Association. Esta investigaci¨®n, sin embargo, asocia la subida de la HTA con los refrescos de cola. El caf¨¦, el t¨¦ y otros excitantes, eso s¨ª, son perjudiciales para las personas nerviosas. Tomar mucho potasio -presente en frutas frescas y verduras- puede mejorar el control de los hipertensos. Y tambi¨¦n el calcio de los l¨¢cteos, aunque no se recetan como suplemento porque su efecto global es m¨ªnimo.
La presi¨®n arterial de los fumadores es generalmente inferior a la de los que no lo son. Pero el tratamiento antihipertensivo en estos pacientes es menos eficaz, y los problemas asociados, m¨¢s importantes. "Es un debate est¨¦ril y nulo. No hay que fumar. Varios estudios europeos han demostrado que el ¨ªndice de infartos ha descendido un 13% en los pa¨ªses tras la aplicaci¨®n de la ley antitabaco", subraya Bertomeu.
El ejercicio, con efecto vasodilatador, modula la presi¨®n cuando se practica de forma peri¨®dica y continuada. "Lo recomendable es, por lo menos, 45 minutos tres veces a la semana andar, correr, montar en bicicleta o jugar a la pelota. M¨¢s aer¨®bicos, prolongados y suaves, que cortos e intensos", explica Bertomeu. En los ¨²ltimos 20 a?os se han identificado genes aislados que se asocian a la hipertensi¨®n. Se calcula que dentro de 10 o 15 a?os cada paciente dispondr¨¢ de su mapa gen¨¦tico, conocer¨¢ su riesgo de padecerla y se podr¨ªan tomar medidas. O al menos eso asegura el proyecto Ingenius-Hypercare, en el que trabajan 32 centros europeos.
C¨®mo tomarse la tensi¨®n
Cuando la presi¨®n arterial est¨¢ regulada, basta con medirla dos veces al mes. La medida domiciliaria se est¨¢ extendiendo por demanda del paciente m¨¢s que por indicaci¨®n m¨¦dica. Si el aparato cumple la normativa, los datos que se obtienen en casa son m¨¢s fiables que los de la consulta. Est¨¢ comprobado que ante "la bata blanca" la tensi¨®n es mayor. La medida en casa puede evitar entre un 20% y un 30% de decisiones cl¨ªnicas inadecuadas. "Al tomarse la tensi¨®n, el paciente se involucra m¨¢s en el tratamiento", se felicita Pedro Aranda, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Hipertensi¨®n SEH-LELHA.
1. Las tomas deben ser siempre a la misma hora y tras cinco minutos de reposo. A lo largo del d¨ªa, y dependiendo de la actividad, la tensi¨®n cambia.
2. El espacio debe ser tranquilo, sin ruidos y con una temperatura agradable (de 20 a 25 grados).
3. El paciente debe estar sentado, sin hablar, con las piernas sin cruzar, la espalda apoyada en el respaldo de la silla y el brazo sobre una mesa a la altura del coraz¨®n. Y bajo ning¨²n concepto puede haber comido, bebido o fumado media hora antes.
4. Es recomendable repetir la medida dos minutos despu¨¦s y hacer la media de las lecturas.
Grupos de riesgo
Diab¨¦ticos. Entre el 40% y el 60% de los diab¨¦ticos son hipertensos, lo que aumenta el riesgo de mortalidad cardiovascular entre dos y cuatro veces. Cada vez se diagnostica m¨¢s las dos patolog¨ªas al mismo tiempo.
Embarazadas. Una de cada 10 padece hipertensi¨®n. Sobre todo es com¨²n entre diab¨¦ticas, obesas, mayores de 35 a?os, primerizas o en embarazos m¨²ltiples. Aparece en la segunda mitad del embarazo y en el 70% de los casos se normaliza tras dar a luz. En un n¨²mero muy reducido de casos conlleva insuficiencia hep¨¢tica, renal y trastorno de la coagulaci¨®n. Se aconseja reposar y acostarse sobre el lazo izquierdo, porque boca arriba o sobre el lado derecho el ¨²tero comprime la vena cava y dificulta la circulaci¨®n sangu¨ªnea.
Ni?os. Es alarmante el n¨²mero de menores hipertensos debido a su obesidad. Dieta equilibrada, ejercicio y control de la presi¨®n arterial son vitales. Para medir su presi¨®n se necesitan manguitos adecuados a su brazo.
Mujeres. Los anticonceptivos orales y los tratamientos hormonales sustitutivos suelen producir una elevaci¨®n leve de la presi¨®n arterial y ser causa de hipertensi¨®n en una proporci¨®n peque?a de la poblaci¨®n femenina que los toma.
Tercera edad. El 60% de los mayores de 60 a?os padece hipertensi¨®n, pero, por suerte, el 90% se toma la tensi¨®n al menos una vez al a?o.
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