Grave error judicial en Holanda
Lucia de Berk, la enfermera condenada a cadena perpetua por siete asesinatos y tres tentativas, es inocente
Luc¨ªa de Berk, una enfermera holandesa de 46 a?os condenada en 2004 a cadena perpetua por el asesinato de siete de sus pacientes, y el intento de acabar con otros tres, era inocente. As¨ª lo cree ahora la Fiscal¨ªa General del Estado, que ha pedido a los jueces que la exoneren de todos los cargos. El caso es el peor error judicial cometido en el pa¨ªs, cuya legislaci¨®n exige cumplir hasta el final las penas de por vida. Presentada como la primera asesina en serie de Holanda, De Berk fue calificada en su d¨ªa por los propios fiscales de "psic¨®pata cl¨¢sica". Por eso le habr¨ªa sido tan f¨¢cil acabar con sus pacientes, todos ellos ni?os y ancianos. En 2008, y a la vista de que su condena se fundaba sobre todo en datos estad¨ªsticos y presunciones, sus abogados consiguieron la revisi¨®n del caso. Tras pasar seis a?os encerrada, y haber sufrido un derrame cerebral, fue puesta en libertad en espera de una sentencia firme. Los fiscales han admitido hoy que la causa de la muerte de los pacientes no se puede probar. Tampoco es posible demostrar que fueran debidas a una agresi¨®n externa. En medios judiciales holandeses se da por hecho que los tribunales confirmar¨¢n la petici¨®n de libertad de la fiscal¨ªa.
La odisea de Luc¨ªa de Berk, que siempre ha mantenido su inocencia, empez¨® en 2001 con la muerte de Amber, una ni?a de cinco meses enferma del coraz¨®n. El fallecimiento, s¨²bito, se produjo durante su turno de trabajo. Los m¨¦dicos que trataban al beb¨¦ no encontraron justificaci¨®n a lo ocurrido, y ella fue suspendida de empleo y sueldo. A partir de entonces se investigaron al menos una decena de muertes sospechosas en los tres hospitales donde trabaj¨®. Todas ocurrieron cuando la enfermera estaba de guardia, as¨ª que fue acusada de asesinato.
Seg¨²n los fiscales, ella habr¨ªa administrado una dosis letal de morfina y potasio a sus v¨ªctimas, "por las que no sent¨ªa la menor empat¨ªa". Pero nadie la vio hacerlo. Incluso en el caso de ?mber, qued¨® claro que no estaba presente en el momento del ¨®bito. A pesar de ello, un c¨¢lculo estad¨ªstico, presentado por la acusaci¨®n, dijo que "hab¨ªa menos de una posibilidad entre 342 millones de que las muertes hubieran coincidido con su turno". El dato fue definitivo para los jueces, que la condenaron. Sin embargo, las primeras dudas no tardaron en surgir. El fallo de 2004 dio por probadas s¨®lo dos muertes. El resto le fueron atribuidas por v¨ªa de la presunci¨®n. Seg¨²n los fiscales, en los dem¨¢s casos concurrieron circunstancias similares y no hac¨ªa falta investigar m¨¢s a fondo. El tribunal acept¨® dicho argumento, ahora rebatido.
La vida privada de la condenada tampoco le ayud¨® durante el juicio original. Hija de alcoh¨®licos, ejerci¨® la prostituci¨®n y hab¨ªa mentido sobre su t¨ªtulo de enfermer¨ªa. Llevaba, adem¨¢s un diario, donde algunas entradas eran ambiguas. Dec¨ªa haber "sucumbido a mi compulsi¨®n, que ha liberado a 13 personas de su sufrimiento". O bien cosas como la siguiente: "Menos mal que es mi ¨²ltimo d¨ªa. Hoy me he ocupado de cuatro casos muy complejos. Todas mujeres, claro. Qu¨¦ pesadas y quejicas". De Berk dijo que hablaba de su afici¨®n al Tarot, mal visto, si echaba las cartas a los pacientes. Tambi¨¦n admiti¨® que tantas muertes durante su horario "era algo muy extra?o", pero no culpa suya. Hoy ha escuchado nerviosa la petici¨®n de libertad, la ¨²nica forma de restaurar su reputaci¨®n.
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