El Defensor del Pueblo descubre cuerdas de sujeci¨®n y medicaci¨®n excesiva en un centro de menores de Galapagar
Ma?ana acudir¨¢n varios de los j¨®venes y testigos al juzgado n¨²mero 7 de Collado Villalba
El pasado 3 de febrero el Defensor del Pueblo visit¨® el centro de menores tutelado de Galapagar, una especie de internado para chicos desprotegidos dependientes de la Comunidad de Madrid. Le llamaron la atenci¨®n varias cosas. Por ejemplo, las caracter¨ªsticas de las sujeciones que se usan para inmovilizar a los ni?os. Tambi¨¦n la impresi¨®n que daban algunos de ellos de estar sobremedicados m¨¢s all¨¢ de la prescripci¨®n m¨¦dica. Y, sobre todo, las enormes contradicciones entre los relatos de los educadores y los chicos all¨ª recluidos.
La visita del Defensor no fue casual. Se debi¨® a una denuncia interpuesta por dos j¨®venes en un cuartelillo de Torrelodones. Uno de ellos abandon¨® el centro hace dos a?os. El otro a¨²n es menor. Ellos dos junto a otros dos, que ahora tambi¨¦n son mayores, pusieron esta demanda penal el pasado diciembre. Fue admitida a tr¨¢mite. Ma?ana los cuatro declaran como testigos en un juzgado de Villalba. Tambi¨¦n lo har¨¢n otros ni?os del centro y alguno de sus cuidadores.
En la sala se escuchar¨¢ el relato de los menores describiendo tormentos como estar una noche atados sin poder moverse y con orines encima. O las sistem¨¢ticas humillaciones verbales y castigos. O el exceso de medicaci¨®n m¨¢s all¨¢ de las normas legales que la regulan.
Pero tambi¨¦n se oir¨¢ que todo eso es pura fantas¨ªa. Y que esos chicos tienen cuadros psicol¨®gicos muy severos que recomiendan determinadas pr¨¢cticas. El abogado de los demandantes, Endika Zulueta, considera muy complejo el caso y precisa que la demanda es contra personas concretas y no contra el centro en s¨ª. La Consejer¨ªa de Asuntos Sociales, de la que depende el Instituto del Menor y la Familia, sostiene que los correajes hallados est¨¢n homologados y tambi¨¦n se pueden encontrar en un hospital. Aseguran que todas sus inspecciones al lugar fueron satisfactorias y que nadie les ha citado judicialmente por este caso. Un psic¨®logo que trabaj¨® en alguno de estos centros reconoce que las sujeciones son legales y est¨¢n homologadas pero que no son id¨®neas para este tipo de sitios "del mismo modo que no lo ser¨ªan en un instituto".
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