Un p¨¢jaro cantor ayuda a entender el habla
Un equipo internacional obtiene el genoma completo del pinz¨®n cebra, cuyos pollos aprenden a cantar imitando a su padre
El pinz¨®n cebra es uno de esos organismos favoritos de los cient¨ªficos porque se utilizan como modelo para investigar y hacer experimentos, se conocen razonablemente bien y permiten hacer comparaciones con otras especies. Tal vez no sea tan popular en los laboratorios este ave cantora como los ratones y las ratas, la mosca del vinagre o la arabidopsis, para los que se dedican a plantas, pero para los neurocient¨ªficos que estudian el cerebro de los vertebrados, el comportamiento y su evoluci¨®n, el pinz¨®n cebra es un p¨¢jaro especial, con relevancia incluso para los estudios del ser humano. Ahora se acaba de completar su genoma y los primeros an¨¢lisis, explican los investigadores, indican que en su habilidad cantora juegan un papel significativo unos 800 genes. Adem¨¢s, a?aden, han identificado potenciales rasgos gen¨¦ticos relacionados con la evoluci¨®n de la comunicaci¨®n vocal.
"Esta informaci¨®n nos proporciona pistas sobre c¨®mo se produce el aprendizaje de la vocalizaci¨®n al nivel molecular m¨¢s b¨¢sico, en aves y en personas", afirma Richard K.Wilson, director del Centro del Genoma, de la Universidad de Washington, y l¨ªder del equipo que ha secuenciado el genoma del pinz¨®n cebra.
Con menos de un cuarto de kilo de peso y las peculiares rayas blancas y negras en el cuello de los machos -de ah¨ª su nombre- el pinz¨®n cebra (Taeniopygia guttata) tiene una caracter¨ªstica atractiva: los machos aprenden complejas melod¨ªas de sus padres. Al principio, el pollo hace ruidos aparentemente aleatorios, como los balbuceos tempranos de los ni?os peque?os, pero con la pr¨¢ctica aprende a imitar el canto de su progenitor y lo repetir¨¢ el resto de su vida, pas¨¢ndoselo luego a la siguiente generaci¨®n. Las hembras, como otras aves, carecen de esta capacidad de comunicarse mediante una vocalizaci¨®n aprendida y la habilidad de los machos seguramente es, en origen, un reclamo sexual. Las melod¨ªas simples que aprenden los pollos de estos pinzones duran s¨®lo unos pocos segundos, pero responden a una tremenda complejidad gen¨¦tica, afirman los investigadores.
Hay m¨¢s animales, adem¨¢s de los humanos y los p¨¢jaros cantores, que se comunican mediante vocalizaciones aprendidas, como las ballenas, los elefantes, los murci¨¦lagos o los loros, pero la ventaja de los pinzones cebra es que se sabe c¨®mo aprenden y, como es posible que se hayan conservado bastantes genes comunes en los humanos, el ave sirve como modelo para estudiar el aprendizaje de la vocalizaci¨®n en las ni?os. Los investigadores especulan incluso con la posibilidad de identificar rasgos gen¨¦ticos relacionados con los problemas y enfermedades de memoria, habla y aprendizaje.
Al cantar o escuchar una melod¨ªa, se activa una extensa y compleja red de neuronas en el cerebro de este p¨¢jaro, pero lo sorprendente es que gran parte de los genes implicados act¨²an como controladores de la expresi¨®n de otros genes relacionados con el proceso cerebral de comunicaci¨®n vocal.
"Hay un paralelismo en el desarrollo funcional entre la forma en que aprendes a cantar estos p¨¢jaros y las personas, aunque el cerebro de las aves y el de los mam¨ªferos, incluidos los humanos, son muy diferentes, en la investigaci¨®n han salido a la luz algunos paralelismos sorprendentes", explica David Clyton, neurocient¨ªfico de la universidad de Illinois (EEUU) y uno de los autores del genoma del pinz¨®n cebra. El trabajo se publica en la revista Nature y han participado en ¨¦l cient¨ªficos de 27 instituciones de EEUU, Europa y Asia, incluidos cuatro investigadores de la Universidad de Oviedo.
El genoma del pinz¨®n cebra tiene unos mil millones de bases (las letras qu¨ªmicas del ADN), mientras que el del ser humano tiene unos 2.800 millones. Hasta ahora s¨®lo se hab¨ªa secuenciado el genoma de otro p¨¢jaro, la gallina. Ambos se separaron evolutivamente hace unos 100 millones de a?os y sus genomas comparten mucha caracter¨ªsticas, pero la segunda no canta. En preparaci¨®n est¨¢ el genoma de un tercer p¨¢jaro, el loro, que seguramente estar¨¢ terminado a finales de a?o.
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