Hablando con lobos
La primera biograf¨ªa oficial recuerda a F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente, fallecido en un accidente a¨¦reo hace treinta a?os, como un hombre vitalista, contradictorio y apasionado
All¨¢ por 1977, nada m¨¢s celebrarse en Espa?a las primeras elecciones generales tras la muerte de Franco, la Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico intent¨® un fichaje que habr¨ªa supuesto docenas de titulares en la prensa de la ¨¦poca. Fue Jaime Lamo de Espinosa, entonces ministro de Agricultura con Adolfo Su¨¢rez, quien se dirigi¨® a F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente para ofrecerle un cargo de responsabilidad en el partido que acababa de imponerse en las urnas. El naturalista burgal¨¦s, un esc¨¦ptico de la Administraci¨®n P¨²blica, respondi¨® a la oferta de manera cordial, pero contundente. "Lo que yo hago no lo puedo ofrecer desde la vida pol¨ªtica", objet¨®. "El mensaje de la naturaleza nos ata?e a todos. Por eso, tengo que trabajar para el p¨²blico en general, no para quien simpatice con tal o cual partido".
Gran conocedor del ser humano, le gustaba reflexionar sobre la evoluci¨®n
Aquella jugada no le sali¨® bien, pero, en t¨¦rminos pol¨ªticos, Lamo de Espinosa hab¨ªa movido la pieza correcta. Rodr¨ªguez de la Fuente figuraba por entonces entre los personajes m¨¢s populares del pa¨ªs. Su Enciclopedia Salvat de la Fauna ib¨¦rica y europea hab¨ªa despachado millones de ejemplares, y las entregas de El hombre y la tierra concentraban frente al televisor audiencias muy similares a las de las grandes citas futbol¨ªsticas. Nunca un divulgador ambiental hab¨ªa alcanzado tales cotas.
F¨¦lix Samuel Rodr¨ªguez de la Fuente hab¨ªa nacido el 14 de marzo de 1928 en Poza de la Sal, un fr¨ªo enclave burgal¨¦s que simbolizaba bien la Espa?a rural de la ¨¦poca. La vida que llev¨®, sin embargo, result¨® poco convencional desde el primer momento. Su padre, un notario que gozaba de gran reputaci¨®n social, prefiri¨® que su primog¨¦nito no fuera al colegio durante los primeros nueve a?os: recelaba de la escolarizaci¨®n temprana y prefer¨ªa inculcarle ¨¦l mismo las nociones acad¨¦micas elementales. La de F¨¦lix fue una infancia montaraz y lib¨¦rrima, "con los vencejos como sonajero durante sus primeros meses", como expresa con vocaci¨®n po¨¦tica el periodista Benigno Varillas en el libro F¨¦lix: su vida, mensaje de futuro (La Esfera de los Libros), la primera biograf¨ªa oficial del personaje, que acaba de ver la luz coincidiendo con el trig¨¦simo aniversario de su fallecimiento.
Imposible olvidar el impacto emocional en Espa?a de aquel accidente de avioneta. Rodr¨ªguez de la Fuente perdi¨® la vida el 14 de marzo de 1980 cuando se dispon¨ªa a rodar una carrera de trineos en Alaska, cerca de los escenarios que veneraba por sus lecturas adolescentes de Jack London. Varillas temi¨® que, de tan conocidas, su repaso por las andanzas televisivas y profesionales del burgal¨¦s supusieran una colecci¨®n de redundancias, pero Su vida, mensaje de futuro se extiende a lo largo de 761 p¨¢ginas, y hasta puede que haya una segunda parte.
Odile Rodr¨ªguez de la Fuente, hija menor del naturalista y presidenta de la fundaci¨®n que lleva su nombre, ha clasificado todo el legado de su padre con una minuciosidad s¨®lo concebible desde la devoci¨®n. "Se le recordar¨¢ siempre por los 124 episodios de El hombre y la tierra, pero el aut¨¦ntico tesoro lo encontramos en sus m¨¢s de 300 horas de alocuciones en Radio Nacional entre 1973 y 1980. Aquel era F¨¦lix elevado al cubo", enfatiza esta mujer afable y corajuda de 38 a?os. El t¨¦cnico de sonido que le acompa?¨® siempre, Herminio Verd¨², a¨²n lo recuerda con gesto de asombro: Rodr¨ªguez de la Fuente irrump¨ªa en el estudio con una cuartilla y un bol¨ªgrafo y vert¨ªa sobre el micr¨®fono su verbo apasionado sin gui¨®n y ni un solo titubeo. As¨ª se gestaron tres series de programas -La aventura de la vida, Planeta azul y Salvar la naturaleza-, donde salpimentaba su pasi¨®n por el medio ambiente con otras consideraciones filos¨®ficas y antropol¨®gicas.
Treinta a?os despu¨¦s, Odile a¨²n recibe comentarios de admiraci¨®n cuando las cajeras del supermercado reparan en su apellido en la tarjeta de cr¨¦dito. "Pap¨¢ era un absoluto enamorado de la Vida con may¨²sculas. No s¨®lo un amigo de los animales, como le dec¨ªan, sino del fen¨®meno vital", le rememora desde su despacho, atiborrado de papeles."Si ¨¦l siguiera con nosotros, se habr¨ªa convertido en un gran estudioso del ser humano. Ya empez¨® a abordarlo en ?frica y con los esquimales canadienses, y le un¨ªa una gran amistad con Emiliano Aguirre, el descubridor de Atapuerca. Le fascinaba reflexionar sobre c¨®mo la evoluci¨®n animal hab¨ªa dado lugar a la conciencia".
La evocaci¨®n de su figura es, l¨®gicamente, apasionada tanto en labios de su hija como del bi¨®grafo, pero ninguno de los dos reh¨²ye el debate sobre las contradicciones que tambi¨¦n asaltaron a este divulgador, ambientalista, licenciado en medicina y extraordinario conocedor de los lobos. "No le gustaba la vida sedentaria, pero resid¨ªa en una casa convencional. Odiaba las m¨¢quinas, pero le gustaba conducir coches potentes. Modificaba a la sociedad con sus ideas, pero sin renegar del sector conservador del que proced¨ªa. Era pac¨ªfico y violento, humilde y soberbio, audaz y precavido", enumera Varillas. Odile asiente: "Esa dualidad, con sus aciertos y errores, le enriquece como persona. Nos inculc¨® la idea de mejorar a diario, de ser los l¨ªderes de nuestras vidas".
Inevitable conjeturar sobre c¨®mo ver¨ªa hoy un octogenario Rodr¨ªguez de la Fuente los debates sobre el cambio clim¨¢tico o el agujero de ozono. Es probable que aquel chaval¨ªn que con ocho a?os ya adopt¨® a un raposo, Tit¨ª, se habr¨ªa llevado las manos a la cabeza. Pero tambi¨¦n puede que su ascendente medi¨¢tico le hubiera permitido agitar conciencias, incluso m¨¢s all¨¢ de los Pirineos. No en vano la BBC segu¨ªa con lupa El hombre y la tierra y varias productoras japonesas le hicieron ofertas para que ejerciera como documentalista "a la manera de Cousteau", a raz¨®n de s¨®lo una o dos filmaciones al a?o.
"No se habr¨ªa callado, eso seguro", resume Odile Rodr¨ªguez de la Fuente. "Habr¨ªa seguido con todo lo que m¨¢s am¨®: salir a correr con sus perros, cazar con sus halcones, estar con la familia, leer. Porque mi padre no hac¨ªa lo que le gustaba, sino lo que le apasionaba".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.