Los m¨¦dicos afirman que se "abusa" de la p¨ªldora poscoital

Con un 30% de las mujeres reincidentes, la p¨ªldora poscoital (del d¨ªa siguiente) se ha convertido en un f¨¢rmaco de abuso, seg¨²n las conclusiones del II Congreso de laProfesi¨®n M¨¦dica. En la reuni¨®n se decidi¨® por votaci¨®n que el medicamento es "abortivo", y, por tanto, se decidi¨® que los profesionales ten¨ªan derecho a objetar en su dispensaci¨®n. L¨®gicamente, para ello har¨ªa falta que fueran ellos quienes las dispensaran, lo que contradice la situaci¨®n actual, en que son las farmacias quienes la dan.

En l¨ªnea con esta reivindicaci¨®n, la asamblea decidi¨® que hab¨ªa que crear un protocolo de dispensaci¨®n espec¨ªfico.

Llama la atenci¨®n el asunto del mecanismo de actuaci¨®n del f¨¢rmaco, ya que es la clave para su rechazo. En general, funciona como la p¨ªldora anticonceptiva normal, es decir, impide la ovulaci¨®n. Pero parte de su eficacia se debe a lo que sucede si la mujer ya ha ovulado. Entonces, no est¨¢ claro por qu¨¦ no se produce el embarazo, y aqu¨ª entran las decisiones m¨¢s subjetivas, como la votaci¨®n.

Al principio -y as¨ª figura todav¨ªa en el vadem¨¦cum- se dec¨ªa que la p¨ªldora del d¨ªa siguiente interfer¨ªa en la funci¨®n lute¨ªnica. Es decir, imped¨ªa que un ¨®vulo fecundado anidara en la pared del ¨²tero. Y los grupos m¨¢s conservadores equiparan eso con un aborto, ya que para ellos un ¨®vulo fecundado ya tiene la condici¨®n de una persona.

Pero m¨¢s tarde organizaciones como la Federaci¨®n Internacional de Ginecolog¨ªa y Obstetricia y el Consorcio Internacional sobre Anticoncepci¨®n de Emergencia han descartado ese mecanismo de actuaci¨®n, y creen que lo que ocurre es que se produce un espesamiento del mucus cervical, lo que impedir¨ªa que los espermatozoides llegaran hasta el ¨®vulo. Las mismas organizaciones han determinado que no se impide la implantaci¨®n.

En este caso se tratar¨ªa de un anticonceptivo m¨¢s, igualmente rechazado por los m¨¢s conservadores, pero sin el car¨¢cter abortivo que le quieren dar los m¨¦dicos. Esta es la postura de la OMS, y, por tanto, del Ministerio de Sanidad espa?ol.