Cerco al dolor
Millones de espa?oles sufren dolor cr¨®nico y la mayor¨ªa considera que su enfermedad no est¨¢ bien controlada. Nuevos planes sanitarios intentan optimizar su prevenci¨®n, detecci¨®n y tratamiento
El dolor acompa?a al hombre en su andadura por la vida. Ya las antiguas civilizaciones lo trataban con adormidera (opio), belladona o corteza de sauce. Hoy, el alivio del dolor es un derecho humano, seg¨²n reconoce la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). El dolor cr¨®nico afecta a uno de cada cinco individuos en Espa?a, y en uno de cada tres hogares existe alg¨²n miembro que lo sufre. Existe una gran variedad de tratamientos farmacol¨®gicos, quir¨²rgicos, fisioterap¨¦uticos o terapias alternativas que lo curan o mejoran en la mayor¨ªa de los casos. En Espa?a hay 103 unidades hospitalarias especializadas en el tratamiento del dolor. Aun as¨ª, el dolor todav¨ªa est¨¢ infradiagnosticado e infratratado.
El malestar m¨¢s frecuente es el osteomuscular, el de artrosis y artritis
Alrededor del 21% de la poblaci¨®n espa?ola sufre dolor cr¨®nico, seg¨²n los estudios recientes de la Sociedad Espa?ola del Dolor (SED) con diferentes especialidades. Esta cifra coincide con los datos europeos de un estudio de la Asociaci¨®n Internacional para el Estudio del Dolor (EFIC, en sus siglas en ingl¨¦s). Un porcentaje que se acerca a la media europea que apuntaba otro trabajo de esta entidad en 2003, el Pain in Europe. En ese estudio, los datos espa?oles reflejaban que el dolor cr¨®nico afectaba al 11% de la poblaci¨®n; que el 83% de los pacientes se trata en atenci¨®n primaria; el 15%, en centros de especialidades, y el 2%, en las unidades de dolor. En otro trabajo auspiciado por la Sociedad Espa?ola del Dolor, en 2006, los m¨¦dicos de familia y de especialidades manifestaban que el 63% de los pacientes no est¨¢ bien controlado. M¨¢s del 90% de los enfermos opinan que su dolor no est¨¢ bien controlado.
Julio L¨®pez Bastida, del servicio de evaluaci¨®n y planificaci¨®n del Servicio Canario de Salud, y Juan Oliva, de la Universidad de Castilla-La Mancha, son dos de los economistas de la salud con m¨¢s experiencia en costes del dolor cr¨®nico en Espa?a. L¨®pez Bastida subraya que apenas se dispone de c¨¢lculos sobre los costes sanitarios directos que provoca el dolor. En cuanto a los costes no sanitarios, como por ejemplo las horas de dedicaci¨®n de los cuidadores, en 2002 y s¨®lo para el tratamiento del dolor producido por artritis reumatoide, se estima que se invirtieron entre 2.000 y 4.500 millones de euros.
Dos estudios recientes realizados por Oliva para el Instituto de Estudios Fiscales han puesto de manifiesto que el dolor cr¨®nico por incapacidad temporal genera un coste de 2.500 millones de euros al a?o. Por este tipo de dolor se pierden 52 millones de jornadas laborales al a?o y ocasiona un gasto de 18.577 millones de euros de p¨¦rdida laboral por incapacidad permanente.
El grupo de L¨®pez Bastida ha evaluado los costes humanos e intangibles del dolor. Un concepto novedoso que calcula la p¨¦rdida de calidad de vida relacionada con la salud. Concluye que en total los pacientes con dolor cr¨®nico pierden un total de 1.718.000 a?os de vida en buen estado de salud, lo que equivale a una p¨¦rdida en calidad de vida valorada entre 34.000 y 51.000 millones de euros.
Un estudio de la SED de 2004 revela que el coste total del dolor cr¨®nico, con gastos directos e indirectos, asciende a unos 16.000 millones de euros, lo que le sit¨²a en torno al 2,5% del producto interior bruto (PIB). El coste de las enfermedades cardiovasculares, por ejemplo, equivale al 1% del PIB. A la vista de las cifras, Manuel Rodr¨ªguez, ex presidente de la SED, responsable de la unidad de dolor del hospital Carlos Haya de M¨¢laga, insiste en lo que viene diciendo desde hace a?os: "Es m¨¢s caro no tratar el dolor que tratarlo".
Algunas comunidades aut¨®nomas han emprendido nuevas iniciativas que pretenden crear una red integrada del tratamiento del dolor con m¨¢s recursos.
El pasado mes de marzo se present¨® el Plan Andaluz de Atenci¨®n a las Personas con Dolor, 2010-2013. Est¨¢ enmarcado dentro de la Estrategia de Calidad de la Junta de Andaluc¨ªa. Se han establecido seis l¨ªneas estrat¨¦gicas que incorporan 15 proyectos. Va respaldado con un presupuesto de 1,8 millones de euros.
En esta iniciativa destaca la incorporaci¨®n de la atenci¨®n del dolor como un valor ¨¦tico, y el peso dedicado a la formaci¨®n tanto de la ciudadan¨ªa como de los especialistas. Se ha incorporado un m¨®dulo espec¨ªfico de formaci¨®n com¨²n complementaria para todos los m¨¦dicos residentes y se est¨¢ negociando incluir algunos contenidos espec¨ªficos del dolor en las titulaciones de grado.
"Se trata de un plan centrado en el paciente, participativo, equitativo e integrado con todos los recursos, que permitir¨¢ un mejor abordaje del dolor en todas sus fases, desde la prevenci¨®n primaria, detecci¨®n precoz, seguimiento y tratamiento", resume Jos¨¦ Luis Rocha, secretario general de Calidad y Modernizaci¨®n de la Consejer¨ªa de Salud de la Junta de Andaluc¨ªa.
En junio se pondr¨¢ en marcha la cuarta unidad del dolor de Extremadura. El programa del dolor de esta comunidad comenz¨® en 2002. Antes se reunieron 126 profesionales sanitarios que decidieron acercar el tratamiento al paciente formando a los profesionales sanitarios del centro de salud. Las unidades extreme?as se caracterizan porque dedican la mitad de su tiempo a la asistencia especializada, y la otra mitad, a la formaci¨®n de los profesionales.
El paciente llega a la unidad del dolor procedente del centro de atenci¨®n primaria (CAP). En el mismo d¨ªa le eval¨²a el m¨¦dico y la enfermera y se marcha con copia del historial m¨¦dico y del plan de cuidados de enfermer¨ªa, que entregar¨¢ luego al m¨¦dico y al enfermero del CAP, respectivamente.
S¨®lo en 2009 se impartieron m¨¢s de 300 sesiones docentes internas en centros de salud, hospitales, colegios profesionales y universidades. El servicio continuo de asesor¨ªa telef¨®nica resolvi¨® las dudas de unos 2.500 facultativos y se atendi¨® a unos 1.200 pacientes nuevos, adem¨¢s de revisar a otros 2.700. Las dos encuestas sobre la calidad de este servicio que se han realizado a los pacientes revelan que el nivel de satisfacci¨®n es superior al 90%. "Nuestros m¨¦dicos atienden y tratan bien el dolor, cuentan con una formaci¨®n continuada y est¨¢n comprometidos con esta enfermedad. Ahora, los pacientes tienen que cumplir su parte y seguir el tratamiento correctamente", dice Manuel Jim¨¦nez, coordinador regional del Programa del Dolor de Extremadura.
Catalu?a es una de las comunidades aut¨®nomas pioneras en el abordaje del dolor, sobre todo el de origen oncol¨®gico, dentro del Plan Director de Oncolog¨ªa. La mejora del tratamiento del dolor cr¨®nico no oncol¨®gico en esta comunidad vendr¨¢ de la mano de dos nuevas estrategias que se presentar¨¢n el pr¨®ximo mes de junio.
El nuevo modelo de atenci¨®n a los pacientes con dolor cr¨®nico tiene dos brazos: el que se ocupa del dolor osteomuscular (el m¨¢s frecuente) y el dolor neurop¨¢tico (el m¨¢s invalidante). El primero se abordar¨¢ desde un plan director de patolog¨ªas reum¨¢ticas y aparato locomotor, ya que las enfermedades reum¨¢ticas (la artrosis y la artritis a la cabeza) son la principal causa de dolor cr¨®nico. El segundo se plantear¨¢ en un documento aparte bautizado como modelo de atenci¨®n e intervenci¨®n en los pacientes afectos de dolor cr¨®nico, que se centrar¨¢ en la formaci¨®n pr¨¢ctica de los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria y en unas recomendaciones estructurales dirigidas a las unidades del dolor para que sean m¨¢s eficaces.
"Con el tiempo y con mucho esfuerzo personal se han generado m¨²ltiples herramientas. El objetivo de este modelo es reorganizar la atenci¨®n con los recursos que ya se disponen, incidiendo en la coordinaci¨®n entre la atenci¨®n primaria y especializada", apunta Elena Catal¨¢, directora del nuevo modelo de atenci¨®n al dolor y responsable de la unidad del dolor del hospital de la Santa Creu y Sant Pau de Barcelona.
Escalera hacia el infierno
El dolor tiene dos vertientes, una emocional -cada persona tiene un umbral de dolor distinto- y otra sensorial, que tiene que ver con los ¨®rganos espec¨ªficos del dolor (nociceptores o terminaciones nerviosas libres), con las v¨ªas anat¨®micas que conducen los est¨ªmulos hasta el cerebro o neurotransmisores y con sustancias que transmiten los impulsos nerviosos. Atendiendo a la raz¨®n de su clasificaci¨®n, el dolor puede ser:
1. Agudo, cuando tiene una duraci¨®n limitada y un tratamiento muy protocolizado, o cr¨®nico, cuando persiste m¨¢s de tres meses.
2. Oncol¨®gico o no oncol¨®gico.
3. Psic¨®geno, cuando predomina el aspecto emocional.
4. Neurop¨¢tico, que afecta a las estructuras nerviosas.
5. Nenociceptivo, es decir, ligado a los nociceptores. Este ¨²ltimo puede ser som¨¢tico (un dolor sordo, constante y localizado) o visceral (profundo, opresivo y mal localizado).
Para lograr el mejor abordaje del dolor, la OMS describi¨® en 1986 la escalera analg¨¦sica, que establece tres escalones de tratamiento en funci¨®n de la intensidad del dolor, la respuesta del paciente y la potencia analg¨¦sica de los medicamentos. En los ¨²ltimos a?os, la pr¨¢ctica cl¨ªnica aconseja incluir un cuarto escal¨®n para el dolor muy intenso y que comprende medidas analg¨¦sicas invasivas, entre ellas, la infiltraci¨®n directa del anest¨¦sico. Para determinados casos y profesionales experimentados, se baraja la posibilidad de que en vez de utilizar la terapia escalonada de analg¨¦sicos se administre la terapia intensiva acorde a la intensidad del dolor. Es lo que los expertos denominan "ascensor analg¨¦sico".
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