Martin Gardner, gur¨² de los juegos matem¨¢ticos
Claves de un divulgador ir¨®nico, intelectualmente omn¨ªvoro y azote de la pseudociencia
Para el divulgador Martin Gardner, resolver un problema matem¨¢tico era una cuesti¨®n visceral. Algo particularmente intenso. "Existe una fuerte sensaci¨®n de placer, dif¨ªcil de describir, cuando consideras detalladamente una comprobaci¨®n elegante, e incluso un placer mayor al descubrir una comprobaci¨®n que no se conoc¨ªa", dec¨ªa Gardner. Ese esp¨ªritu inquisitivo es el que le llev¨® a divulgar juegos matem¨¢ticos durante 25 a?os desde su columna Mathematical Games, en la revista estadounidense Scientific American, que se convirti¨® en un referente de los juegos l¨®gicos.
Intelectualmente omn¨ªvoro, versado en teolog¨ªa, azote de la pseudociencia y sabueso de los juegos l¨®gicos de la novela Alicia en el pa¨ªs de las maravillas, Gardner falleci¨® a los 95 a?os el pasado 22 de mayo, en un hospital de Norman, en su Oklahoma natal (Estados Unidos). Estaba considerado como el padrino de las matem¨¢ticas recreativas y una motivaci¨®n para futuros investigadores, como John Horton Conway, Douglas Hofstadter y Roger Penrose.
Nacido en Tulsa, Oklahoma, en 1914, hijo de un rico empresario del petr¨®leo, se titul¨® en filosof¨ªa en la Universidad de Chicago y combati¨® en la Segunda Guerra Mundial. Su legado es tan vasto como lo fueron sus intereses, que se extend¨ªan desde las paradojas visuales del holand¨¦s M. C. Escher a las fractales y los rompecabezas japoneses. Abundantes referencias que inclu¨ªa en sus columnas para ilustrar y amenizar con un gran sentido del humor los m¨¢s escurridizos conceptos matem¨¢ticos. Quiz¨¢ s¨®lo su modestia superaba sus conocimientos. "Soy estrictamente un periodista", aduc¨ªa Gardner, ante los halagos. "S¨®lo escribo sobre lo que otra gente est¨¢ haciendo sobre la materia", a?ad¨ªa. Estas son algunas claves de su ingente producci¨®n, que abarca cerca de sesenta vol¨²menes.
Divulgador
Sosten¨ªa que sus propias carencias eran una gran baza. "M¨¢s all¨¢ del c¨¢lculo estoy perdido", aseguraba. "Ese era el secreto del ¨¦xito de mi columna. Me llevaba tanto tiempo entender de lo que estaba escribiendo que sab¨ªa c¨®mo escribirlo de manera que la mayor¨ªa de lectores lo entender¨ªa". Ese gusto por los rompecabezas matem¨¢ticos nutre buena parte de sus libros, en los que hace gala de un estilo ameno, e ir¨®nico, trufado de alusiones literarias y art¨ªsticas. Es el caso de las recopilaciones de art¨ªculos de ?Aj¨¢! Paradojas que hacen pensar, Matem¨¢ticas para divertirse y Rosquillas anudadas (los tres en la editorial RBA).
Azote de la pseudociencia
Poner al descubierto las carencias de la pseudociencia fue otra de sus pasiones vitalicias. Arremeti¨® contra todo tipo de fraude cient¨ªfico, ya fuesen los platillos volantes, la percepci¨®n extrasensorial o las teor¨ªas que aseguran que la Tierra es plana. En el prestigioso ?Ten¨ªan ombligo Ad¨¢n y Eva? desmontaba todo tipo de falacias, mitos y supercher¨ªas. De hecho, en 1976 se uni¨® a cient¨ªficos como Carl Sagan e Isaac Asimov para poner en marcha el Committee for the scientific investigation of claims of the paranormal, actual Committee for Skeptical Inquiry, una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que busca impulsar el pensamiento cr¨ªtico y la investigaci¨®n racional con el ¨¢nimo de desmontar falsas creencias y supercher¨ªas. En su revista, The Skeptical Inquirer, public¨® Gardner entre 1983 y 2002 una columna dedicada a cuestionar fen¨®menos paranormales.
En torno a Dios
Gardner se consideraba a s¨ª mismo "un te¨ªsta filos¨®fico" y sent¨ªa una atracci¨®n notable por los asuntos teol¨®gicos. Abord¨® cuestiones como la fe, la oraci¨®n, el mal y la inmortalidad en Los porqu¨¦s de un escritor filos¨®fico (Tusquets) y en The Flight of Peter Fromm, novela semiautobiogr¨¢fica en la que el protagonista y un profesor ateo debaten durante a?os en torno a la cuesti¨®n de Dios. "?Puede una novela cuya acci¨®n es esencialmente cerebral ser emocionante?", escribi¨® Martin Levin en una rese?a en The New York Times. Y respond¨ªa: "Por supuesto que s¨ª, si el novelista est¨¢ tan comprometido con la historia de las ideas como lo est¨¢ Gardner".
Tras la pista de Alicia
Antes de dedicarse de lleno a la divulgaci¨®n cient¨ªfica, Gardner escribi¨® cuentos y relatos infantiles. Un colecci¨®n de relatos moralizantes conforma el volumen Never make fun of a turtle, my son. Su aproximaci¨®n m¨¢s fecunda a la literatura, sin embargo, fue en la faceta de cr¨ªtico, en la que aplic¨® su m¨¦todo inquisitivo al an¨¢lisis de textos. Y en concreto, en su edici¨®n anotada de las novelas de Lewis Carroll Alicia en el pa¨ªs de las maravillas y A trav¨¦s del espejo. Pertrechado con sus conocimientos de f¨ªsica, historia, psicolog¨ªa y matem¨¢ticas, Gardner se aplic¨® a desentra?ar las claves de la s¨¢tira, los juegos ling¨¹¨ªsticos y las alusiones de la obra, l¨ªnea a l¨ªnea. Tom¨® el texto original y lo anot¨® profusamente con notas en los m¨¢rgenes y apretados comentarios. El resultado es Alicia anotada (Akal).
Viudo de su esposa, Charlotte Greenwald, con la que convivi¨® durante 48 a?os, fallecida en 2000, Gardner deja dos hijos, James y Tom, y tres nietos. Martin Gardner ha concitado la admiraci¨®n de cient¨ªficos e intelectuales como el poeta W. H. Auden, el bi¨®logo Stephen Jay Gould y el novelista de ciencia ficci¨®n Arthur C. Clarke. "La contribuci¨®n de Martin Gardner a la cultura intelectual contempor¨¢nea es ¨²nica, por su alcance, por su profundidad y por su comprensi¨®n de las grandes cuestiones que importan", escribi¨® Noam Chomsky, citado por The Washington Post.
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