Las emisiones actuales de CO2 determinar¨¢n el clima terrestre durante siglos

Las emisiones de gases de efecto invernadero debidas a la actividad humana superan ya la cantidad que puede ser sustra¨ªda por los sumideros naturales, como los oc¨¦anos, por lo que aunque no aumentasen, no se estabilizar¨ªan las concentraciones de di¨®xido de carbono en la atm¨®sfera, sino que seguir¨ªan aumentando. Es algo as¨ª como el agua de una ba?era, que si el grifo echa m¨¢s agua que la que el desag¨¹e puede sacar el nivel subir¨¢, aunque no se abra m¨¢s el grifo. Y el grifo de las emisiones antropog¨¦nicas se previsiblemente se abrir¨¢ m¨¢s a¨²n, mientras que para estabilizar esa concentraci¨®n atmosf¨¦rica habr¨ªa que hacer reducciones de las emisiones superiores al 80% respecto a las actuales. Son conclusiones de un informe independiente elaborado por la Fundaci¨®n Nacional de Investigaci¨®n (NRC, en sus siglas en ingl¨¦s), de EEUU, a petici¨®n de instituciones como la Agencia de Protecci¨®n Medioambiental de ese pa¨ªs y la Academia Nacional de ciencias. El documento advierte que lo que se haga a corto plazo respecto a los gases de efecto invernadero determinar¨¢ el clima terrestre durante siglos o incluso milenios.

"El planeta est¨¢ entrando en una nueva ¨¦poca geol¨®gica, a veces denominada Antropoceno, en la que las actividades humanas controlar¨¢n en gran medida la evoluci¨®n del medio ambiente terrestre", concluye el informe. "Las emisiones de carbono durante este siglo determinar¨¢n esencialmente la magnitud de los eventuales impactos y si el Antropoceno supondr¨¢ un cambio relativamente menor, a corto plazo, respecto al clima actual o una desviaci¨®n extrema que dure miles de a?os".

Los expertos no hacen recomendaciones en su informe acerca de objetivos de estabilizaci¨®n de las emisiones, puntualizando que dichos objetivos entran en el ¨¢mbito de las decisiones pol¨ªticas y responden a valores como cu¨¢nto riesgo o da?os a la naturaleza est¨¢n las sociedades dispuestas a asumir y cu¨¢nto les parece excesivo. La evaluaci¨®n del NRC lo que hace es cuantificar las relaciones entre las concentraciones de CO2 en la atm¨®sfera y los niveles de calentamiento y sus consiguientes impactos. El resumen es que habr¨¢ cambios en las precipitaciones, los caudales de los r¨ªos, los incendios forestales, las cosechas o la subida del nivel del mar, efectos -y algunos pueden ser muy graves- que afectar¨¢n a las futuras generaciones.

La concentraci¨®n actual de CO2 en la atm¨®sfera es de unas 390 partes por mill¨®n (ppm), que es el nivel m¨¢s alto de los ¨²ltimos 800.000 a?os, seg¨²n han podido medir los cient¨ªficos en varios registros naturales, como las muestras de los glaciares que conservan atrapadas en la nieve helada burbujas de aire del momento en que se form¨® cada capa. Dicha concentraci¨®n, se?alan los expertos estadounidense, ha aumentado aproximadamente un 35% desde la ¨¦poca preindustrial, 1750, y "los datos muestran que el incremento de los gases de efecto invernadero es responsable (con una probabildiad alta, superior al 90%) de la mayor parte del calentamiento que ha sufrido el planeta en el ¨²ltimo medio siglo. Los autores del informe recuerdan que, dependiendo de las tasas globales de emisi¨®n, la concentraci¨®n puede doblarse o casi triplicarse a finales de este siglo, con la consiguiente amplificaci¨®n de los efectos en el clima.

Dado que el CO2 permanece mucho tiempo en la atm¨®sfera y que se ha superado ya la capacidad de absorci¨®n de los sumideros, la estabilizaci¨®n ahora de las concentraciones no significar¨ªa la estabilizaci¨®n inmediata de las temperaturas. El calentamiento que se produce en respuesta a un incremento dado de CO2 significa s¨®lo la mitad aproximadamente del calentamiento total que a la larga generar¨¢, explica el informe del NRC. Por ejemplo, si las concentraciones de CO2 se estabilizasen a 550 ppm, el planeta se calentar¨ªa aproximadamente 1,6 grados cent¨ªgrados hasta llegar a ese nivel, pero incluso despu¨¦s seguir¨ªa subiendo la temperatura en las d¨¦cadas y siglos siguientes, hasta alcanzar un equilibrio de calentamiento en torno a los tres grados cent¨ªgrados.

Entre los diferentes escenarios analizados, el NRC destaca la lista de efectos asociados al calentamiento de entre uno y cuatro grados cent¨ªgrados: llover¨¢ entre un 5% y un 10% menos en el Mediterr¨¢neo, el suroeste de Norteam¨¦rica y el Sur de ?frica por grado de aumento de temperatura; el caudal de los r¨ªos se reducir¨¢ en un 5% a 10% (tambi¨¦n por grado cent¨ªgrado de calentamiento) en algunas cuencas, por ejemplo en R¨ªo Grande y Arkansas; algunas cosechas, como el ma¨ªz americano y africano, o el trigo de la India, se reducir¨¢n en un 5% a 10%, por grado de aumento de temperatura; la extensi¨®n del hielo en el ?rtico, como media anual y al final de verano, disminur¨¢ un 15% y un 25% respectivamente.

Aunque se espera que el nivel total de precipitaciones disminuya, en algunas ¨¢reas la mayor parte de las precipitaciones se concentrar¨¢ en lluvias torrenciales. Cabe esperar que un calentamiento de uno a dos grados cent¨ªgrados provocar¨¢ el aumento de la extensi¨®n de los incendios forestales en zonas del oeste norteamericano, en concreto, se multiplicar¨¢ de dos a cuatro veces. El aumento de tres grados cent¨ªgrados de temperatura expondr¨¢ a muchos millones de personas al riesgo de inundaciones costeras. Si la temperatura llegase a subir cuatro grados, se registrar¨ªan per¨ªodos estivales notablemente m¨¢s calientes que los actuales: en nueve de cada diez veranos, en pr¨¢cticamente todo el mundo, se registrar¨¢n temperaturas m¨¢s altas que las de los veranos m¨¢s c¨¢lidos de las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo XX.