La Arena de la discordia
Decenas de personas protestan contra el dragado de la playa m¨¢s visitada de Vizcaya, en la que chocan planes ecol¨®gicos e industriales
La playa m¨¢s concurrida de Vizcaya tiene en La Arena un nombre que se ajusta con id¨¦ntica fidelidad a su principal atractivo y a la causa de la ¨²ltima pol¨¦mica que la rodea. Decenas de personas, con el alcalde de Muskiz a la cabeza, se concentraron ayer en el arenal para protestar contra el dragado del frente costero que pretende extraer materiales con los que ampliar el cercano Puerto de Bilbao. Un riesgo a?adido para un ecosistema de inter¨¦s para la Uni¨®n Europea que se debate entre millonarios planes de regeneraci¨®n medioambiental y no menos costosos proyectos industriales que amenazan la riqueza ecol¨®gica del enclave.
La playa m¨¢s emblem¨¢tica de la costa vasca occidental, capaz de atraer a m¨¢s de un mill¨®n de ba?istas durante los m¨¢s ben¨¦volos veranos, ha visto alteradas sus corrientes desde que a comienzos de a?o se iniciara la extracci¨®n de 10 millones de metros c¨²bicos de arena a menos de dos kil¨®metros de la costa. Los trabajos, promovidos por la Autoridad Portuaria de Bilbao, se han interrumpido durante la temporada de ba?os, pero se reanudar¨¢n en octubre. Apenas se ha extra¨ªdo hasta ahora una cuarta parte de los fondos marinos previstos.
La regeneraci¨®n de la marisma convive con las obras de la futura planta de coque
La construcci¨®n de cien viviendas restar¨ªa cr¨¦dito al derribo de locales hosteleros
Pero el dragado del frente costero, contra el que se han unido ba?istas, los partidos con representaci¨®n en el Ayuntamiento de Muskiz e incluso las Juntas Generales, no es la ¨²nica amenaza que se cierne sobre La Arena. Un escenario que representa con meridiana crudeza la incongruente acci¨®n de las instituciones en materia medioambiental. En efecto, el paisaje ha variado sobremanera en los tres ¨²ltimos a?os con la desaparici¨®n de los viejos tanques de hidrocarburos que permitir¨¢n regenerar la marisma y de los locales hosteleros que casi invad¨ªan la playa.
Las demoliciones son s¨®lo el primer paso del ambicioso proyecto que baraja el Gobierno central para regenerar la playa con un paseo mar¨ªtimo y varios senderos que atravesar¨¢n las dunas. Se reordenar¨¢n las plazas de aparcamiento y se habilitar¨¢ un bidegorri que facilitar¨¢ la movilidad sostenible. Ideas verdes que contrastan con el oscuro coque que Petronor pretende producir en su refiner¨ªa de Muskiz, enclavada a escasos metros de la playa. Las obras de la nueva planta avanzan a buen ritmo y culminar¨¢n en 2011.
Al dragado de los fondos marinos y la futura factor¨ªa se une, adem¨¢s, la pretensi¨®n de ocupar con un centenar de chal¨¦s y pisos un solar que linda con el arenal. Una iniciativa que restar¨ªa cr¨¦dito al ejecutado derribo de los locales hosteleros y contra la que se han posicionado los ecologistas.
M¨¢s madera para un enclave que mantiene su tir¨®n, pero al que las contradicciones abocan a un incierto futuro. Los usuarios de la playa no parecen dispuestos a quedarse de brazos cruzados.
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