El vag¨®n de las delicias
El Museo de Azpeitia repasa con dos exposiciones el patrimonio ferroviario espa?ol - Ambas muestras viajar¨¢n despu¨¦s a Navarra
Recuperar y difundir el patrimonio de los ferrocarriles espa?oles permite trazar un mapa de v¨ªas y estaciones, de kil¨®metros de ra¨ªles oxidados, transitados por miles de viajeros de una ciudad a otra desde que se construy¨® en 1848 la primera l¨ªnea que cubr¨ªa el trayecto entre Barcelona y Matar¨®. Los andenes, testigos mudos de llegadas y despedidas o de trenes que se pierden, han dejado atr¨¢s locomotoras de vapor, di¨¦sel o el¨¦ctricas que revolucionaron el sistema de transporte en los siglos XIX y XX y que ya solo cobran protagonismo como vestigios del pasado en los museos.
Las exposiciones 25 a?os haciendo museo y Otras miradas sobre el ferrocarril recogen este legado, que se muestra desde ayer y hasta finales de mes en el Museo Vasco del Ferrocarril de Azpeitia. Tras esta parada, se trasladar¨¢n al Museo del Ferrocarril de Castej¨®n de Ebro, en Navarra. "Lo m¨¢s interesante es la visi¨®n global que se ofrece sobre los distintos museos del ferrocarril dispersos por Espa?a", explica Juanjo Olaizola, director del centro de Azpeitia.
"Cada uno damos una visi¨®n diferente", indica el director del centro guipuzcoano
Las instalaciones aumentan este mes su oferta de circulaci¨®n de trenes hist¨®ricos
El detonante de esta exposici¨®n itinerante, que arranc¨® en diciembre de 2009 organizada por la Fundaci¨®n de los Ferrocarriles Espa?oles, es la conmemoraci¨®n del 25? aniversario de la puesta en marcha del primer museo de Espa?a dedicado a los trenes, abierto en la madrile?a Estaci¨®n de las Delicias. Con 130 a?os de historia, esta estaci¨®n acogi¨® el rodaje de pel¨ªculas como Doctor Zhivago.
Otras miradas del ferrocarril repasa la actividad de preservaci¨®n y divulgaci¨®n del patrimonio ferroviario que realizan los restantes centros espa?oles. Cuenta con diversos paneles relativos a los abiertos en Vilanova i la Geltr¨² (Barcelona), el dedicado en Huelva al que funci¨®n¨® en las minas de R¨ªo Tinto o el John Trulock, parte de la Fundaci¨®n Cela de Padr¨®n (A Coru?a), que recuerda al abuelo del escritor, ya que John Trulock fue ingeniero del ferrocarril de Santiago a Carril.
"Aunque en Espa?a no haya muchos museos de trenes, los que hay ofrecen una visi¨®n diferente cada uno", cuenta Olaizola. Y en especial los cuatro m¨¢s grandes. El de Madrid, aparte de ser el decano, recuerda la historia de las compa?¨ªas privadas que existieron antes de la creaci¨®n de Renfe. El de Barcelona sirve de referencia sobre las locomotoras de vapor, y los de Gij¨®n y Azpeitia se especializan en los recorridos mineros e industriales y de v¨ªa estrecha, respectivamente.
Como no todo van a ser visitas est¨¢ticas, la entidad azpeitiarra incrementa este mes su oferta de trenes hist¨®ricos con dos circulaciones diarias de locomotoras di¨¦sel entre semana y de vapor los s¨¢bados, domingos y festivos. "Aunque los tres di¨¦sel no son tan vistosos, tambi¨¦n tienen su derecho a revivir y a poder hacer lo que les gusta, que es transportar viajeros desde un lado a otro", concluye Olaizola. Hasta que chirr¨ªen los frenos.
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