Las aves 'premian' la fidelidad
Las hembras de las especies menos promiscuas reciben m¨¢s ayuda para sacar adelante las nidadas
Las especies de aves cuyas hembras son menos promiscuas tienen un premio a?adido para sacar adelante a sus pollos: el resto del grupo -sobre todo las cr¨ªas de puestas anteriores- las ayuda m¨¢s. Por el contrario, aquellas que son menos fieles se ven m¨¢s a menudo abocadas a sacar adelante a su prole solas. Esta es la conclusi¨®n de un estudio sobre 276 especies de aves que publica Nature.
Obviamente, los p¨¢jaros no hacen un juicio moral sobre quienes merecen ser ayudados y quienes no. Como todo en la naturaleza, el comportamiento tiene causas ego¨ªstas, entendido como hacer lo que es mejor para que los genes propios se perpet¨²en. Por eso los investigadores de la Universidad de Oxford que han hecho el trabajo creen que el comportamiento tiene una explicaci¨®n sencilla: si hay m¨¢s certeza de que los hijos de una hembra sean hermanos o familiares (porque ella haya sido fiel a su pareja), trabajar para sacarlos adelante es contribuir a que los genes propios se perpet¨²en. Cuando hay dudas, porque la hembra haya tenido varias parejas, ese inter¨¦s disminuye.
M¨¢s all¨¢ de esta relaci¨®n, el estudio del comportamiento de las aves y de cu¨¢ndo colaboran entre s¨ª sirve para explicar un paso importante en la evoluci¨®n: el del individualismo al grupo, indican los investigadores.
Los investigadores, dirigidos por Ashleigh Griffin, del departamento de Zoolog¨ªa de la Universidad de Oxford, ponen dos ejemplos extremos: el churrinche (Pyrocephalus rubinus), un ave del centro y sur de Am¨¦rica que es extremadamente promiscuo y cuyas hembras no reciben ninguna ayuda de otros p¨¢jaros de sus colonias. En el extremo opuesto est¨¢ el turcoide bicolor africano (Turcoides bicolor).
Pero este tipo de conducta del grupo respecto a las hembras no depende solo de la especie. Las hay que pueden tener o no ayuda, y tambi¨¦n dentro de estas son las hembras m¨¢s fieles las que se llevan la mejor parte.
Aparte de esta conducta, los investigadores quisieron comprobar si se cumpl¨ªa la llamada hip¨®tesis de la monogamia, que establece que ese comportamiento (o no) es clave en la evoluci¨®n desde animales aislados a las complejas colonias que forman otros. La hip¨®tesis se ha visto en insectos (hormigas, abejas) en las que el sacrificio del resto de los individuos llega al punto de que existe una casta de animales est¨¦riles (las obreras), cuyo ¨²nico fin es velar por el bienestar de la hembra reproductora. En los vertebrados estos casos no se dan, pero lo que los investigadores han visto es que las especies eran m¨¢s sociables si proven¨ªan de antecesores mon¨®gamos.
Quedaba una pregunta: si en los mam¨ªferos se dar¨ªa un caso similar. "No hay raz¨®n por la que las tasas de promiscuidad no influyan en la aparici¨®n de sistemas sociales en los mam¨ªferos, incluidos los primates", dice Griffin. "En t¨¦rminos evolutivos, el sexo es una fuerza antisocial".
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