Libros sin tinta en las aulas
La irrupci¨®n del iPad obliga a las editoriales a adaptarse a los nuevos tiempos con el desarrollo de textos educativos en formato digital
Las familias estadounidenses se preparan desde hace d¨ªas para retomar el nuevo curso. Unos estudiantes cargar¨¢n sus mochilas a las espaldas, llenas con libros de papel que huelen a tinta. Otros, los que tienen la suerte de estudiar en un centro que se adapta r¨¢pido a las nuevas tecnolog¨ªas de consumo, llevar¨¢n mini ordenadores port¨¢tiles o tabletas de poco m¨¢s de medio kilo, en lugar de los 25 que pesa la pila de libros tradicionales.
La explosi¨®n de los dispositivos electr¨®nicos interactivos, entre los que el iPad est¨¢ marcando el camino a seguir a la competencia, obliga tambi¨¦n a las grandes firmas editoriales a adaptarse a los nuevos tiempos. Y la revoluci¨®n iniciada la pasada primavera por el artilugio de Apple acaba solo de comenzar. Para la temporada de compras navide?as, que arranca en noviembre con el conocido como Black Friday, se esperan muchos m¨¢s.
La Seton Hill University en Pensilvania se encuentra entre las primeras que est¨¢n dando a sus estudiantes un iPad para ir a clase, junto al port¨¢til que ya reciben al iniciar el curso, al que quiz¨¢s alg¨²n d¨ªa sustituya, como ya est¨¢ haciendo con los cuadernos, las revistas, algunos libros y el lapicero. No se trata tanto de reducir la carga en sus carteras, es como un nuevo estilo de vida que se abre camino sin prisa pero sin pausa en las aulas.
La compa?¨ªa Inkling ve el fil¨®n de la era de la interactividad en el ¨¢mbito educativo. Y para romper con el modelo tradicional, est¨¢ desarrollando textos en formato digital que permitan a los estudiantes intercambiar y comentar la experiencia en clase. Quiere ir m¨¢s all¨¢ de la descarga de documentos en pdf. Para ello, est¨¢ empezando a actualizar los libros m¨¢s populares y adaptarlos al tsunami de lectores que se espera con el iPad. Como se?alaba d¨ªas atr¨¢s The Wall Street Journal, aunque las ventas de libros electr¨®nicos han explotado literalmente en Estados Unidos, a los libros de texto en el ¨¢mbito educativo les est¨¢ costando mucho despegar. El gran obst¨¢culo hasta ahora se atribu¨ªa al elevado coste. El otro, est¨¢ vinculado a la misma capacidad del dispositivo y si este puede ser utilizado para penetrar en la vida privada de los estudiantes.
La Seton Hill, que reparti¨® en abril los primeros iPad a sus alumnos, tambi¨¦n va a probar la aplicaci¨®n desarrollada por Inkling. Esta firma de nueva creaci¨®n, que tiene a su frente a un antiguo empleado de Apple, no es la ¨²nica que ayuda a los editores de texto tradicionales a explotar el potencial de los dispositivos inal¨¢mbricos con pantalla t¨¢ctil. CourseSmart tambi¨¦n participa en esta carrera desde hace tres a?os. El gigante editorial estadounidense McGraw-Hill ya ofrece en la tienda electr¨®nica de Apple los primeros cuatro t¨ªtulos, a un precio de 2,99 d¨®lares por cap¨ªtulo o de 69,99 d¨®lares por la versi¨®n completa. El libro interactivo sobre biolog¨ªa ofrece modelos en tres dimensiones, por ejemplo, de un gen, y permite al usuario destacar textos, a?adir notas y compartirlas con otros estudiantes en el aula, a la vez que se consultan otros portales.
Junto a McGraw-Hill, la firma tecnol¨®gica est¨¢ negociando acuerdos con otros grupos editores. Los profesores, que tambi¨¦n deber¨¢n a adaptarse a las nuevas tecnolog¨ªas, reciben con los brazos abiertos estas aplicaciones y dispositivos, esperando que ayuden a los estudiantes a mejorar su rendimiento. Pero lo que est¨¢ por ver es si los padres est¨¢n dispuestos a a?adir un coste adicional m¨¢s a lo que invierten en la educaci¨®n de sus hijos.
La llegada de nuevos dispositivos rivales del iPad se espera que venga acompa?ada de una reducci¨®n de precios. Y el mismo formato de libro electr¨®nico suele ser mucho m¨¢s barato que en formato papel, cuyo precio por curso supera los 1.100 d¨®lares, seg¨²n datos del College Board. La f¨®rmula de poder comprar cap¨ªtulos tambi¨¦n reduce la factura. En los pr¨®ximos dos a?os, dicen los expertos, se ver¨¢ realmente el tir¨®n del libro digital.
Amazon ya ve como este segmento empieza a crecer. Pero no se trata solo de convencer a editores y padres a que den el paso. Admite que a¨²n hay mucho trabajo que hacer para que los editores de libros de texto se embarquen en esta empresa. Los dispositivos como su lector digital Kindle o los de Sony tienen todav¨ªa una capacidad muy limitada, porque no cuentan con pantalla t¨¢ctil, ni color y se limitan a descargas de documentos en pdf. La carrera est¨¢ lanzada.
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