Terror a enfermar
Viven obsesionados por la posibilidad de padecer una dolencia grave. Interpretan cualquier s¨ªntoma inocuo como la prueba irrefutable de ello. Detr¨¢s de los hipocondr¨ªacos se esconde una angustia mal canalizada
Ana sufre desde hace un mes un dolor de cabeza que no cesa a pesar de tomar ibuprofeno y de que lleva siempre encima un term¨®metro. Acude preocupada a su m¨¦dico, convencida de tener un tumor cerebral. Luis est¨¢ asustado por una peca. A pesar de los resultados negativos de las pruebas, est¨¢ convencido de que lo matar¨¢. Quien sufre hipocondr¨ªa presta una exagerada atenci¨®n a su salud, y cualquier s¨ªntoma le hace temer que ha contra¨ªdo una enfermedad grave.
El prototipo del hipocondr¨ªaco es el del protagonista de El enfermo imaginario de Moli¨¨re, un personaje que sufre males inexistentes, pero que los vive como si fueran reales. Son pacientes que piden hora al m¨¦dico constantemente o que visitan a distintos especialistas, solicitan pruebas innecesarias y peligrosas, y pueden volver locos a familiares y amigos con sus quejas. Su preocupaci¨®n persiste a pesar de las exploraciones m¨¦dicas, porque no les convencen los resultados. Otras veces, el afectado evita pisar la consulta por el miedo a que le encuentren algo grave.
Que los m¨¦dicos les digan que est¨¢n sanos no les tranquiliza
Seg¨²n la d¨¦cima revisi¨®n de la Clasificaci¨®n Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud (CIE-10), la caracter¨ªstica fundamental del trastorno hipocondr¨ªaco es la preocupaci¨®n persistente por la posibilidad de tener una o m¨¢s enfermedades som¨¢ticas graves progresivas, puesta de manifiesto por la presencia de quejas o preocupaciones persistentes. Con frecuencia, el enfermo cree que sensaciones y fen¨®menos normales son excepcionales y preocupantes. Suelen centrar su atenci¨®n casi siempre en uno o dos ¨®rganos o sistemas del cuerpo.
Siete de cada diez espa?oles perciben su estado de salud como bueno o muy bueno, seg¨²n la Encuesta Nacional de Salud 2006, pero el porcentaje de los que sufren por la posibilidad de enfermar es una inc¨®gnita.
El hipocondr¨ªaco puede tener periodos m¨¢s o menos tranquilos, pero no mejora por s¨ª solo. Tiene una ansiedad enorme y presta excesiva atenci¨®n a su cuerpo y a su salud. Sus relaciones sociales se resienten, explica la catedr¨¢tica de Psicolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid Mar¨ªa Dolores Avia Aranda en su libro Enfermos imaginarios. La hipocondr¨ªa.
La hipocondr¨ªa es, de hecho, una de las formas m¨¢s frecuentes en las que puede presentarse la ansiedad, a?ade Mar¨ªa Jes¨²s Cerecedo, coordinadora del grupo de salud mental de la Sociedad Espa?ola de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC). El paciente llega a la consulta sintiendo verdadero pavor a sufrir una enfermedad. El perfil es muy variado: desde j¨®venes hasta mayores, y hombres y mujeres por igual. Todos pueden sufrir un cuadro de hipocondr¨ªa o presentar un episodio que luego se convierte en cr¨®nico, a?ade. Lo habitual es que aparezca a partir de los 25 a?os. "Los j¨®venes han tenido menos tiempo de acumular emociones negativas", afirma Ingeborg Porcar, psic¨®loga cl¨ªnica y miembro del equipo de emergencias del Colegio Oficial de Psic¨®logos de Catalu?a.
Pero esta no es una enfermedad moderna. Hace ya 2.000 a?os, Hip¨®crates describi¨® la hipocondr¨ªa como un mal org¨¢nico. En el siglo II, Galeno desarroll¨® el concepto de la enfermedad a trav¨¦s de s¨ªntomas mentales. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, m¨¦dicos y psic¨®logos han prestado m¨¢s atenci¨®n al trastorno.
"?Qui¨¦n no ha sufrido alguna vez ardor o quemaz¨®n en el est¨®mago y, a causa de estar muy pendiente, la sensaci¨®n va a m¨¢s? Esa actitud lleva a perder el apetito, empezar a adelgazar. El paciente llega a magnificar un s¨ªntoma peque?o y acude a la consulta necesitando que el m¨¦dico le diga que no tiene nada. El gran problema es que tampoco le va a ayudar. No le puede tranquilizar porque no tiene la certeza al 100% de que no tiene nada", a?ade Cerecedo.
A veces, el paciente puede interpretar, incluso, que si se le han hecho una radiograf¨ªa "es porque el m¨¦dico piensa que pueda tener algo". Ese pensamiento totalmente il¨®gico acaba derivando en conductas il¨®gicas: pide m¨¢s y m¨¢s pruebas complementarias y visita a m¨¢s especialistas. "Muchas veces esto y la ingesta compulsiva de f¨¢rmacos lo ¨²nico que hacen es convertir a estos pacientes en cr¨®nicos", remata Cerecedo.
?Por qu¨¦ se desencadena la hipocondr¨ªa? Las causas no siempre est¨¢n claras, pero van ligadas a la historia personal del enfermo. "Es una forma de manifestar la ansiedad: puede hacerlo como una conducta f¨®bica, como un cuadro obsesivo-compulsivo o como una hipocondr¨ªa. En definitiva, se est¨¢ abordando el miedo a la muerte y lo que eso conlleva", dice la especialista de SEMFYC.
De todas formas, los expertos como la doctora Cerecedo aseguran que "es una ventaja que un paciente hipocondr¨ªaco llegue a la consulta de atenci¨®n primaria". Esto permite diagnosticarles y tratarlos a tiempo.
?Qu¨¦ hacer con este tipo de personas? "La escucha activa es muy importante, conseguir que el paciente verbalice los miedos, porque eso s¨ª le va a ayudar." Es fundamental tambi¨¦n no desmentir sus palabras: "Si estoy convencida de que una persona con dolor de cabeza no tiene un tumor cerebral, lo exploro y no pido m¨¢s pruebas complementarias si veo que no hay necesidad". Tambi¨¦n es importante preguntarle por qu¨¦ cree que puede tener algo malo. Detr¨¢s de esa hipocondr¨ªa puede haber desencadenantes como un duelo, una situaci¨®n laboral o de pareja complicadas, lo que lleva a esta persona a proyectar la angustia en un s¨ªntoma f¨ªsico.
Cuando el m¨¦dico de atenci¨®n primaria se encuentra cuadros muy cr¨®nicos o severos, deriva al paciente al psic¨®logo o psiquiatra. "Pero deber¨ªamos tener formaci¨®n espec¨ªfica porque muchos enfermos tienen un comportamiento itinerante, pasan por un mont¨®n de manos y acaban regresando a nuestra consulta", a?ade Cerecedo. No existe ning¨²n psicof¨¢rmaco para controlar la hipocondr¨ªa, pero cuando se dan s¨ªntomas depresivos o de ansiedad, el especialista puede prescribir un medicamento. "Una buena educaci¨®n sanitaria preventiva tambi¨¦n podr¨ªa ayudar", dice Porcar. "Quienes sufren mucha angustia deben poder rebajar esa olla a presi¨®n en la que viven".
M¨¢s informaci¨®n: Enfermos imaginarios. La hipocondr¨ªa. Mar¨ªa Dolores Avia Aranda. Oc¨¦ano Grupo Editorial, 2000. 9,30 euros.
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