El coraz¨®n de las emergencias
El servicio de emergencias del Ayuntamiento de Madrid ejemplifica el peso de los voluntarios en algunos organismos p¨²blicos: tiene un cuerpo de 1.600 colaboradores altruistas, que cubren el 95% de sus servicios preventivos
Junto al mostrador de recepci¨®n de la base central de Samur-Protecci¨®n Civil (Servicio de Asistencia Municipal de Urgencia y Rescate de Madrid) hay una vitrina en la que se exponen algunos de los reconocimientos que este servicio ha recibido desde que se cre¨® en 1991. En la balda m¨¢s alta destacan tres galardones que conmemoran su actuaci¨®n del 11 de marzo de 2004. Los trabajadores de los que dispon¨ªa aquel d¨ªa no eran suficientes para hacer frente a las consecuencias de unos atentados que dejaron 191 muertos y 1.400 heridos. Sin embargo, una hora despu¨¦s de que lanzara la alerta, ya se hab¨ªan concentrado en su cuartel general m¨¢s de 300 de sus voluntarios, perfectos conocedores de sus procedimientos. "Esa es la grandeza del Samur. Que en tan poco tiempo puedas juntar a tanta gente que est¨¢ igual de capacitada que tus funcionarios", afirma con orgullo Montserrat Marcos, su responsable de formaci¨®n.
El 11-M, una hora despu¨¦s de lanzar la alerta, hab¨ªa m¨¢s de 300 voluntarios en la base central
Francisco Carvajal: "Muchos ciudadanos de Madrid no saben que trabajamos voluntariamente"
Fernando Prados: "No podemos dimensionar el servicio como si todos los d¨ªas fuera a haber un gran atentado o accidente"
Los 'naranjitos' forman a sus propios compa?eros y a otros sectores de la sociedad
"Muchos ciudadanos de Madrid no saben que somos voluntarios. Hay gente que se queda asombrada cuando se lo dices". A sus 38 a?os, Francisco Carvajal es toda una instituci¨®n. Operario de mantenimiento del Ministerio de Defensa, suma ya casi 18 a?os de colaboraci¨®n con el servicio. Casi dos d¨¦cadas en las que ha regalado m¨¢s de 26.000 horas de trabajo. "Muchas semanas estoy m¨¢s aqu¨ª que en mi puesto. Soy el que tiene m¨¢s horas de servicio", dice como quien no quiere la cosa. Y no ser¨¢ por falta de competencia: el Samur cuenta con un cuerpo de voluntarios de cerca de 1.600 personas -cifra que casi triplica a la de sus funcionarios-. Cada a?o forma a tres promociones de 100 e inicia en sus procedimientos a 60 m¨¦dicos y enfermeros que quieren colaborar. Adem¨¢s de salirle barata su formaci¨®n -la mayor¨ªa de las clases las imparten los propios compa?eros en aulas cedidas gratuitamente-, el trabajo que hacen le ahorra mucho dinero en costes de personal.
No es habitual encontrar organizaciones similares en otras ciudades espa?olas. Comunidades como Catalu?a, Andaluc¨ªa o Galicia tienen servicios de emergencias auton¨®micos que solo utilizan personal contratado. S¨ª se puede encontrar algo parecido en el Pa¨ªs Vasco, donde la mayor parte de las emergencias las atiende la DYA, asociaci¨®n de voluntarios creada en los sesenta. Tambi¨¦n la Cruz Roja refuerza las emergencias de muchas ciudades con ambulancias conducidas por voluntarios. La aportaci¨®n altruista al Samur es esencial para muchas de sus tareas, as¨ª como para atender emergencias excepcionales, como los grandes atentados o accidentes. "La idea es poder contar con el ciudadano en esos casos. No podemos dimensionar el servicio como si fuera a ocurrir un 11-M o un gran accidente todos los d¨ªas, los madrile?os nos arruinar¨ªamos. La soluci¨®n est¨¢ en poder tener una respuesta extraordinaria", explica Fernando Prados, jefe del departamento de Protecci¨®n Civil del Samur.
El trabajo de los naranjitos -se les conoce as¨ª por el color de su polo, que les diferencia del amarillo de los funcionarios- no se reduce a estos acontecimientos excepcionales. Cada d¨ªa refuerzan las emergencias conduciendo algunas de sus ambulancias. "Se les ense?a reanimaci¨®n cardiopulmonar, a utilizar un desfibrilador, a rellenar un informe asistencial... Salen de aqu¨ª con una profesi¨®n", dice la responsable de su formaci¨®n. Tambi¨¦n son los encargados de formar a los aspirantes y de dar cursos de primeros auxilios a polic¨ªas, bomberos o escolares. Adem¨¢s, de ellos depende la cobertura de los servicios preventivos -operativos que se despliegan en acontecimientos de riesgo previsible, ya sea por sus caracter¨ªsticas o por el n¨²mero de asistentes: conciertos, eventos deportivos, desfiles...-. "El 95% de los m¨¢s de 1.300 eventos que cubrimos preventivamente en Madrid cada a?o lo hacen ellos", asegura Prados. Montserrat Marcos pone un ejemplo: "El operativo desplegado en Madrid con motivo de la victoria espa?ola en el Mundial de Sud¨¢frica no habr¨ªa sido posible sin su ayuda [aquella noche se juntaron 200.000 personas en Cibeles y la celebraci¨®n del d¨ªa siguiente sac¨® a la calle a m¨¢s de un mill¨®n. En los dispositivos que se desplegaron en la capital a lo largo de la competici¨®n participaron 473 voluntarios y cerca de 50 funcionarios]".
Un perfil muy concreto
Para poder ser voluntario del Samur hay que someterse a un exigente proceso de selecci¨®n. Adem¨¢s de ser mayor de edad y de tener el graduado escolar, hay que superar un reconocimiento m¨¦dico, un test psicot¨¦cnico y realizar una entrevista con un psic¨®logo. Se busca un perfil determinado, elaborado a partir de los rasgos de los miembros activos que m¨¢s tiempo permanecen en el cuerpo o que m¨¢s horas le dedican. Algunos han llegado a hacer casi 3.000 en un a?o (una persona que haga en su trabajo 40 horas semanales, 46 semanas al a?o, trabajar¨ªa 1.840 anuales), aunque "m¨¢s del 50% cumple con poco m¨¢s del m¨ªnimo exigido para estar aqu¨ª [una guardia cada dos meses]", dice Prados. "Algunos tienen incluso m¨¢s experiencia que los funcionarios. Hay de todo, desde parados hasta gente que est¨¢ aqu¨ª todo el tiempo que no est¨¢ trabajando", explica el jefe de Protecci¨®n Civil.
Los que pasan m¨¢s tiempo en el servicio tienen que afrontar a menudo la incomprensi¨®n de su entorno. "Mi familia ya lo tiene asumido. Al principio hab¨ªa m¨¢s problemas, me preguntaban qu¨¦ hac¨ªa aqu¨ª tantas horas", cuenta Carvajal, cuya pareja sentimental tambi¨¦n forma parte del cuerpo: "Esto es como una familia, somos un c¨ªrculo, hacemos toda una vida juntos. Surge amistad, cari?o, muchos se han acabado cansando". "En mi familia algunos lo ven bien, otros me dicen que si ando mal de la cabeza por el tiempo que paso aqu¨ª", apostilla a su lado Jos¨¦ Mellado, de 31 a?os, naranjito desde hace uno. "Normalmente vengo un m¨ªnimo de ocho horas diarias. El que haya gente que necesita tu ayuda te hace olvidarte del cansancio", remata Mellado, actualmente en excedencia de su puesto como conductor de ambulancias en una empresa privada.
El objetivo del proceso de selecci¨®n es que entre el mayor n¨²mero posible de voluntarios de larga duraci¨®n. La media de permanencia es de cerca de dos a?os y medio. "Hay unas desviaciones enormes, porque tenemos unas 200 personas que est¨¢n desde que se fund¨® el cuerpo [en 1982; Samur y Protecci¨®n Civil se unieron en 1995] y luego hay gente muy activa, pero que suelen ser j¨®venes a los que les cambian las condiciones laborales o familiares y se van. Tambi¨¦n hay gente que se marcha durante la formaci¨®n", afirma Prados. Seg¨²n Marcos, la tasa de abandono en ese periodo ronda el 20%.
Momentos dif¨ªciles que merecen la pena
"La primera vez que hice una guardia sal¨ª muy nervioso, sin saber a d¨®nde iba ni lo que me iba a encontrar", recuerda Carvajal, a quien el tiempo ha deparado jornadas que sin duda fueron mucho m¨¢s duras. Estuvo ayudando en la calle T¨¦llez el 11-M y fue de los primeros en llegar a Barajas el 20 de agosto de 2008, cuando 154 personas murieron en el accidente del avi¨®n de Spanair. A las interminables jornadas vividas aquellos d¨ªas hay que sumar el impacto psicol¨®gico que implica enfrentarse a ese tipo de sucesos para personas que en su vida profesional se dedican a hacer pan, conducir autobuses o arreglar ordenadores. "Pasas unos d¨ªas muy malos, pero tienes el apoyo de la familia, de los compa?eros y de los psic¨®logos del Samur, hay que aprender a cambiar el chip", dice.
"Somos un equipo, todos somos uno y uno somos todos. Todos estamos ah¨ª cuando un compa?ero nos necesita", afirma Mellado. Los dos colaboradores ensalzan constantemente el compa?erismo que reina en el cuerpo, que consideran fundamental para salir adelante en un d¨ªa a d¨ªa que no siempre es f¨¢cil. Ambos se sienten orgullosos del reconocimiento con el que muchos ciudadanos valoran su labor y les devuelven su desempe?o. Orgullosos, seg¨²n dicen, no de s¨ª mismos, sino de todos sus compa?eros. Carvajal resume la rutina que le ha llevado a batir r¨¦cords: "Esto es como si te habit¨²as a tomarte un caf¨¦ cada d¨ªa, luego empiezas a tomar dos y cuando te quieres dar cuenta te est¨¢s tomando tres. Muchas veces echas m¨¢s horas de lo debido, pero es que esto es como tu casa".
M¨¢s all¨¢ del altruismo
El Samur ofrece gratuitamente a sus voluntarios el t¨ªtulo de T¨¦cnico en Emergencias M¨¦dicas (TEM), que se puede conseguir pagando en otros organismos. En la Cruz Roja, por ejemplo, obtener el TEM b¨¢sico y el avanzado cuesta 855 euros. En una escuela privada como el Centro de Formaci¨®n T¨¦cnica el precio es de 270 euros el b¨¢sico y 480 el avanzado. El TEM se ha convertido recientemente en un grado medio de Formaci¨®n Profesional, lo que a¨²n no se sabe es c¨®mo afectar¨¢ al voluntariado del Samur. En cualquier caso, no son pocos los que en los ¨²ltimos a?os han aprendido gratuitamente una profesi¨®n a trav¨¦s de su formaci¨®n.
Otros muchos hacen el voluntariado con la intenci¨®n de llegar a ser funcionarios del organismo. Montserrat Marcos explica que la mayor¨ªa son personas que ya tienen el TEM: "Lo tienen m¨¢s f¨¢cil, a nosotros tambi¨¦n nos interesa, no dejan de ser nuestra cantera. Las horas de actividad cuentan incluso en las oposiciones". No obstante, asegura que los que responden a ese perfil suelen ser los que menos tiempo permanecen en el cuerpo, ya que no tardan en descubrir que sus expectativas no son tan f¨¢ciles de cumplir como esperaban. "Muchos funcionarios han sido voluntarios. Y aunque nuestro t¨ªtulo puede servir para trabajar en empresas privadas, los que lo hacen no llegan ni al 5%", remata Prados.
En cualquier caso, la responsable de formaci¨®n reconoce que la cifra de los que desaparecen nada m¨¢s obtener el TEM es lo suficientemente alta como para que la organizaci¨®n haya pensado en rectificar su pol¨ªtica en este aspecto: "Estamos planteando que hasta que no terminen un periodo de capacitaci¨®n posterior a la formaci¨®n, que incluye un m¨ªnimo de 12 guardias en seis meses, no les vamos a dar el t¨ªtulo".
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