"La mujer no puede liberarse bajo ninguna religi¨®n"
Tiene 79 a?os y una actividad alucinante. La entrevista se realiza por tel¨¦fono durante su viaje a Oslo la semana pasada. Ahora se encuentra Nueva York y el pr¨®ximo d¨ªa 26 llega a Espa?a para participar en las jornadas de Mujeres en Segovia. Nawal el Saadawi es la principal feminista ¨¢rabe y la primera en denunciar la castraci¨®n de las mujeres. Sus cr¨ªticas acerbas a las leyes y a la interpretaci¨®n del islam que institucionalizaban el patriarcado represivo que imped¨ªa crecer a las mujeres la llevaron a perder todos sus puestos en la sanidad p¨²blica de su pa¨ªs, a la c¨¢rcel y posteriormente al exilio. Hoy, tras participar en las revueltas de la plaza de Tahrir, que acabaron con 30 a?os de dictadura de Hosni Mubarak , se siente m¨¢s esperanzada que nunca: "Es el momento de la mujer egipcia", dice feliz.
Pregunta. ?Qu¨¦ significado tiene la revoluci¨®n de Tahrir para la mujer?
Respuesta. Much¨ªsimo. Por primera vez, las mujeres y los hombres de Egipto han sido iguales. Mujeres de todas las edades y clases estuvieron en la plaza de Tahrir, incluso madres con ni?os de pecho durmieron en la plaza.
P. ?Usted fue a la plaza?
R. Por supuesto. Desde el principio; muchos d¨ªas. Ahora estar¨¦ unas semanas fuera de Egipto, pero cuando regrese volver¨¦ a Tahrir todas las veces que sea necesario hasta que ganemos.
P. ?Qu¨¦ espera en concreto?
R. Deber¨ªan de habernos incluido en el comit¨¦ para la reforma de la Constituci¨®n. Nombraron a ocho hombres y ninguna mujer, por ello estamos organizando una marcha de un mill¨®n de mujeres para el martes (hoy) en El Cairo y confiamos en recibir el apoyo de las mujeres en Espa?a.
P. ?Cu¨¢l es la consigna de la marcha?
R. Que todos los comit¨¦s e instituciones del nuevo Egipto deben de contar con mujeres. Se ha acabado eso de que solo sean hombres los que deciden.
P. ?Teme que despu¨¦s de la revoluci¨®n todo quede igual que antes?
R. No, ya hemos conseguido que caiga Mubarak y algunos de sus hombres, pero el problema de las mujeres es cr¨®nico y est¨¢ enraizado en el patriarcado y la religi¨®n. Por eso pedimos una Constituci¨®n secular, un c¨®digo familiar secular y un Estado secular separado de la religi¨®n. Las mujeres han muerto en Tahrir igual que los hombres y tienen que tenernos en cuenta.
P. ?Est¨¢ de acuerdo con las reformas constitucionales que ha hecho ese comit¨¦, que deber¨¢n votarse el pr¨®ximo d¨ªa 19?
R. Era un comit¨¦ muy tradicional. Solo ha hecho peque?os cambios. Nuestra marcha es para exigir el cambio radical que las egipcias necesitan.
P. ?No ser¨¢ contraproducente exigir tanto?
R. No vamos a aceptar la discriminaci¨®n otra vez despu¨¦s de haber participado en la revoluci¨®n. Tenemos que rebelarnos y luchar por nuestros derechos. No tenemos miedo de perder nada, porque no tenemos nada excepto nuestra alma.
P. ?Por qu¨¦ estall¨® la revoluci¨®n?
R. Por acumulaci¨®n de la opresi¨®n y de la corrupci¨®n. El r¨¦gimen era tan corrupto que se hizo insoportable.
P. ?Qu¨¦ papel desempe?¨® la mujer?
R. Todos, incluida la muerte. Estuvimos all¨ª desde el principio, dispuestas a todo y sin diferencias con los hombres.
P. ?Esperaba algo as¨ª?
R. So?¨¦ con esto desde que ten¨ªa 10 a?os, lo que quiere decir que llevaba 70 a?os esperando. No me sorprendi¨® porque llevaba toda la vida luchando por ello, pero la irrupci¨®n fue sorprendente. Estoy feliz de haber llegado viva a la revoluci¨®n.
P. ?Pensaba que las egipcias ser¨ªan tan activas?
R. A mi casa vienen muchos j¨®venes, hombres y mujeres, a los que interesan mis libros; progresistas con los que debato distintos temas, pero ninguno cre¨ªamos que millones de egipcios tomar¨ªan las calles. Son m¨¢s de seis millones los que en un momento u otro han estado en Tahrir.
P. ?Piensa que esto es el despertar de la mujer egipcia?
R. Si, de las mujeres y de los hombres porque no podemos separar a unas de otros. La mujer no puede liberarse si el hombre no est¨¢ liberado, de la misma forma en que el hombre no se puede liberar sin que la mujer se libere y todos necesitan un pa¨ªs libre.
P. ?C¨®mo est¨¢ organizando la Marcha del Mill¨®n de Mujeres?
R. En realidad la idea parti¨® de un grupo de hombres j¨®venes y progresistas, que tienen acceso a twitter, facebook y otras redes sociales. Se organiz¨® en mi casa. Somos un grupo en el que trabajamos hombres y mujeres.
P. ?Volver¨¢ a El Cairo para la manifestaci¨®n?
R. No, no soy indispensable. Tenemos un liderazgo colectivo y son especialmente los j¨®venes los que deben de encabezar la marcha. Yo voy detr¨¢s, soy su respaldo. Dicen que soy la madrina, la madre espiritual de la revoluci¨®n.
P. ?Cu¨¢l es la situaci¨®n de la mujer egipcia en la actualidad?
R. Hay mucha discriminaci¨®n. Todav¨ªa tenemos poligamia y queremos abolirla, adem¨¢s el hombre puede divorciarse sin que se tenga en cuenta para nada a la esposa.
P. ?La Constituci¨®n respalda la poligamia?
R. S¨ª, porque dice que el C¨®digo Familiar no puede contradecir la sharia (ley isl¨¢mica) y la sharia permite la poligamia. Egipto tiene uno de los c¨®digos familiares m¨¢s atrasados del mundo ¨¢rabe.
P. ?Por eso quer¨ªa que hubiese mujeres en el comit¨¦ para la reforma constitucional?
R. Claro. Mujeres y hombres j¨®venes porque pusieron a hombres tradicionales y religiosos. Tendr¨ªan que haber sido hombres y mujeres seculares.
P. ?Considera que la elaboraci¨®n de una nueva Constituci¨®n ser¨¢ el principal logro de la revoluci¨®n?
R. S¨ª. Si tenemos una Constituci¨®n radicalmente secular y hombres y mujeres, cristianos y musulmanes son iguales ser¨¢ una gran contribuci¨®n frente al Estado tradicional. El secularismo es fundamental para una democracia aut¨¦ntica. En los cambios realizados estos d¨ªas han seguido manteniendo que Art¨ªculo 2 que dice que el islam es la religi¨®n de Egipto y eso debe de desaparecer.
P. ?Cree que la discriminaci¨®n tiene un origen religioso?
R. S¨ª. La religi¨®n es una ideolog¨ªa pol¨ªtica y tenemos que separar religi¨®n y pol¨ªtica. La mujer no puede liberarse bajo ninguna religi¨®n, ni cristianismo, ni juda¨ªsmo ni islamismo, porque las mujeres son inferiores en todas las religiones.
P. ?No le parece que este argumento es demasiado radical para Egipto?
R. No. Cuando estaba en Tahrir me encontr¨¦ a mucha gente que lo compart¨ªa. Muchos j¨®venes progresistas, incluidos muchos hombres de la nueva generaci¨®n de los Hermanos Musulmanes.
P. ?Teme que el nuevo Egipto pueda quedar bajo el control de los Hermanos Musulmanes?
R. No. Tengo miedo de Estados Unidos e Israel porque ellos ser¨¢n los que traigan a los Hermanos Musulmanes. Estuve en Ir¨¢n al principio de la revoluci¨®n de 1979. La revoluci¨®n iran¨ª al principio fue secular y socialista pero EEUU se sinti¨® amenazado por una revoluci¨®n socialista e impuls¨® su aborto. Jomeini lleg¨® a Ir¨¢n de la mano de Francia, Reino Unido y Estados Unidos. Ellos prefer¨ªan una revoluci¨®n religiosa antes que una socialista. El socialismo es el aut¨¦ntico enemigo del capitalismo. En Egipto ha sucedido igual; de repente llevaron a Tahrir a un respetado cl¨¦rigo (Yusef el Karadawi, de 84 a?os y exiliado en Catar) para que hablara en la plaza. Nosotros estamos en contra de esto, pero no tememos a los Hermanos Musulmanes porque son una minor¨ªa.
P. ?Qu¨¦ le pedir¨ªa al nuevo Gobierno?
R. Lograr la destituci¨®n de Ahmed Shafik (nombrado primer ministro en los ¨²ltimos d¨ªas de Mubarak) tambi¨¦n ha sido un logro de Tahrir. Confiamos en que el nuevo jefe de Gobierno Essam Sharaf apoye la creaci¨®n de un consejo presidencial formado por hombres y mujeres honestos que, de forma transitoria, ejerza el poder que ahora tienen los militares y que sin prisa -porque hace falta que se formen los nuevos partidos- organice unas elecciones libres y la redacci¨®n de una nueva Constituci¨®n secular.
P. ?Conf¨ªa en la voluntad democratizadora del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que ahora dirige Egipto?
R. No es una cuesti¨®n de confianza sino de poder. Si los manifestantes se van ahora a sus casas y el pueblo no vuelve a hablar, los militares har¨¢n lo mismo que el r¨¦gimen de Mubarak. Si el poder no ejerce su poder, sin no hay un Parlamento al que rendir cuentas, Egipto y en cualquier otro pa¨ªs del mundo caer¨¢ en una dictadura. El pueblo que ejercer su poder. Si los militares no cumplen los compromisos adquiridos con el pueblo, volveremos a Tahrir. Esto es una revoluci¨®n.
P. ?Y usted cree en la revoluci¨®n?
R. S¨ª, la revoluci¨®n no ha acabado. Seguiremos en Tahrir hasta que cumplan.
P. ?Cree que el nuevo Egipto ha tenido un buen comienzo?
R. S¨ª, est¨¢ lleno de esperanza y la esperanza es poder.
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