"La p¨¦rdida de autoridad es un problema de toda la sociedad, no es espec¨ªfico del aula"
La catedr¨¢tica de Psicolog¨ªa de la Educaci¨®n de la Complutense Mar¨ªa Jos¨¦ D¨ªaz-Aguado comienza la conversaci¨®n aclarando que el acoso escolar "siempre ha existido, lo que pasa es que ahora se ha hecho visible". La profesora ha dirigido el que es, probablemente, el mayor y m¨¢s completo estudio hecho en Espa?a sobre la cuesti¨®n, el informe del Observatorio estatal de la convivencia escolar, un organismo en el que est¨¢n representados el Ministerio de Educaci¨®n, las comunidades, los Ayuntamientos y la comunidad educativa.
El estudio, del que se present¨® un avance en 2008, pero ahora se puede consultar ya en su versi¨®n completa, se hizo sobre un total de 23.100 estudiantes y 6175 profesores, y 10.768 familias. Como continuaci¨®n del informe, el grupo de trabajo del observatorio ha desarrollado una herramienta inform¨¢tica para el diagn¨®stico de la convivencia en los centros escolares que "se va a proporcionar seguramente en las pr¨®ximas semanas en toda Espa?a a trav¨¦s de las comunidades aut¨®nomas (esperamos que lo hagan las 17) y desde el Ministerio de Educaci¨®n". Del estudio, su directora saca ahora una primera conclusi¨®n: "Ha habido un toma de conciencia social que ha hecho que el acoso escolar empiece a ser erradicado".
Pregunta. ?En qu¨¦ se nota esa tendencia?
Respuesta. En la frecuencia con la que se produce este problema, se est¨¢ reduciendo. Las respuestas, tanto de los padres y los profesores como de los alumnos, son de mucho mayor rechazo. Por ejemplo, cuando preguntamos a los adolescentes si han escuchado el consejo "cuando te pegan, pega", que en otras ¨¦pocas era mayoritario, hoy dice que lo ha escuchado con frecuencia el 27%. Por el contrario, los consejos m¨¢s escuchados proponen alternativas a la violencia: recurrir a la autoridad, ignorar el problema o convencer de que hay alternativas para resolver pac¨ªficamente los conflictos. Adem¨¢s, a diferencia de lo que ocurr¨ªa antes, ahora los adolescentes que empiezan a sufrir acoso o aislamiento tienden m¨¢s a contarlo en casa. Esto se ve, por ejemplo, porque el n¨²mero de alumnos que dicen no tener ning¨²n amigo en el colegio es el mismo si se le pregunta a los adolescentes o a sus padres: el 1,2%.
P. En general, ?c¨®mo es el ambiente en las aulas?
R. La inmensa mayor¨ªa de las personas que est¨¢n en la escuela, alrededor del 90%, percibe su situaci¨®n como buena o muy buena. Pero tambi¨¦n hay gente, a la que hay que prestar especial atenci¨®n, que no lo percibe as¨ª, por ejemplo, a ese 1,2%. Adem¨¢s, un 4% de alumnos reconoce que molesta e impide e impide dar clases. Y un 15% se cambiar¨ªa de centro si pudiera.
P. ?Y los profesores?
R. La inmensa mayor¨ªa, el 82%, dice que se siente bastante o muy orgulloso de trabajar como profesor, pero hay un peque?o porcentaje, en torno al 3%, que manifiesta un desgaste importante. La falta de disciplina en el aula, que dice sufrir el 21% de los docentes y que reconoce causar un 4% de los alumnos, es lo que m¨¢s les desgasta. Tambi¨¦n se puede desgastar si trabaja en situaci¨®n de aislamiento. As¨ª que es fundamental para el profesor el apoyo que recibe de sus compa?eros, del equipo directivo y de las familias.
P. ?Por qu¨¦ se produce la indisciplina? ?El problema es mayor que antes?
R. Siempre ha existido, pero s¨ª, probablemente hay m¨¢s ahora. La revoluci¨®n tecnol¨®gica aumenta la dificultad para el esfuerzo, la atenci¨®n y la memoria controlada de los alumnos -les pasa tambi¨¦n a los adultos, aunque en menor medida-. Los procesos del mundo digital est¨¢n cambiando todo eso, y la escuela tiene que tenerlo en cuenta. Se nota tambi¨¦n en la Universidad, donde tampoco se puede dar hoy una clase como hace 20 a?os. Entre otras cosas, hay que darle mucha m¨¢s participaci¨®n al alumno. Y esto pasa mucho m¨¢s con los nativos digitales, es decir, los alumnos que ahora est¨¢n en primaria y secundaria. Adem¨¢s, la forma de manifestar el respeto a la autoridad tambi¨¦n ha cambiado como consecuencia de un cambio mucho m¨¢s profundo en toda la sociedad.
P. Pero ?es verdad que el profesor ha perdido autoridad?
R. El 58% de las familias lo creen, pero hay otro 42% que no. Sin embargo, los padres tambi¨¦n sienten que han perdido autoridad, luego no ser¨ªa un problema espec¨ªfico del aula, sino de toda la sociedad.
P. En cualquier caso, ?qu¨¦ se puede hacer desde la escuela?
R. Ejercer la autoridad y transmitir confianza al mismo tiempo. Es decir, ejercer una autoridad basada en la confianza, la autoridad de referencia en contraposici¨®n a la basada en el miedo [castigar a la m¨¢s m¨ªnima falta]. Los alumnos de profesores que tienen autoridad de referencia perciben mejor convivencia. Tambi¨¦n los directores que creen que su profesorado tiene ese tipo de autoridad perciben mejor convivencia en sus centros.
P. ?En qu¨¦ consiste esa autoridad?
R. Cuando los alumnos ven que el profesor les ayuda a alcanzar objetivos, le perciben como un aliado que est¨¢ ah¨ª para ayudarles, como alguien al que se puede acudir para buscar soluciones justas a los conflictos. Es decir, que le perciben como una autoridad moral, una referencia.
P. Entonces, ?hay que olvidarse de las sanciones?
R. Lamentablemente, la sanci¨®n tiene que seguir existiendo. Sin embargo, el estudio nos dice que para los estudiantes las sanciones suelen ser justas, pero ineficaces. Y lo mismo notan los profesores y los directores. Y es un problema que tambi¨¦n tienen muchas familias en sus casas. Rechazan los patrones de abuso de poder, y eso es bueno, pero no han encontrado otras formas para evitar que los chicos transgredan los l¨ªmites.
P. ?En qu¨¦ consiste la herramienta para diagnosticar la convivencia?
R. Tanto los profesores como los alumnos responden a un cuestionario breve. E inmediatamente los responsables del centro pueden obtener el autodiagn¨®stico. Habr¨¢ absoluta confidencialidad; solo el propio centro, a trav¨¦s de su equipo directivo, tendr¨¢ ese resultado. Con una evaluaci¨®n de 0 a 10, podr¨¢n saber, por ejemplo, si su profesorado sufre desgaste emocional, c¨®mo perciben los alumnos la calidad de la relaci¨®n con sus compa?eros y con los profesores o la eficacia de las sanciones. El siguiente paso es automatizar la conexi¨®n de ese diagn¨®stico con los recursos y las herramientas para combatir los problemas concretos. La herramienta inform¨¢tica se va a proporcionar seguramente en las pr¨®ximas semanas en toda Espa?a a trav¨¦s de las comunidades aut¨®nomas (esperamos que lo hagan las 17) y desde el Ministerio de Educaci¨®n.

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