Presumamos de bosques
Espa?a es el cuarto pa¨ªs con m¨¢s extensi¨®n forestal de Europa y donde m¨¢s ha aumentado la superficie verde en los ¨²ltimos a?os. El panorama para el pr¨®ximo medio siglo es esperanzador
La Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO) nos se?ala como el pa¨ªs europeo donde m¨¢s aumentaron los bosques en los ¨²ltimos a?os. El Inventario de da?os forestales, elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, concluye que el 85% de los ¨¢rboles estudiados presentan un aspecto saludable. La superficie forestal afectada por incendios en 2010 fue un 63% inferior a la media del decenio anterior.
En pleno A?o Internacional de los Bosques, y a las puertas de un verano en el que de nuevo se activar¨¢n todas las alarmas de cara a evitar incendios forestales, conviene recordar la val¨ªa de los bosques espa?oles, precisamente para impedir que las llamas destrocen uno de los tesoros bot¨¢nicos m¨¢s importantes de Europa y del mundo. Si se obvia la enormidad de Rusia (800 millones de hect¨¢reas de bosque) y los monocultivos de con¨ªferas de Suecia (28 millones de hect¨¢reas) y Finlandia (22 millones de hect¨¢reas), Espa?a emerge como l¨ªder en diversidad forestal con sus 18,5 millones de hect¨¢reas, en las que reparte encinas, pinos, hayas, robles, abetos y laurisilvas entre bosques atl¨¢nticos, mediterr¨¢neos, pirenaicos, canarios, dehesas y de ribera. Y la cosa podr¨ªa ir mejor, ya que m¨¢s de la mitad del territorio (27,5 millones de hect¨¢reas) est¨¢ declarado como forestal.
Espa?a pas¨® de 12 millones de hect¨¢reas a 18 en los ¨²ltimos 40 a?os
En los 18,5 millones de hect¨¢reas se incluyen tambi¨¦n los eucaliptales, pinares y choperas cuyo fin primordial es la producci¨®n de pasta de papel y madera, algo que para las asociaciones ecologistas las desacredita para ser consideradas como bosque. La Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n del Bosque Aut¨®ctono (ARBA) ha redoblado en este a?o conmemorativo su campa?a Un bosque no es un cultivo, en la que afirma que "no se puede meter a los dos en un mismo saco, como hace la FAO, y que de forma muy sibilina aprovechan las empresas del sector forestal para extender sus cultivos a nivel mundial". En un reciente informe presentado por Greenpeace y otras ONG, La conflictividad de las plantaciones de eucaliptos en Espa?a y Portugal, se acusa a la "eucaliptizaci¨®n" de alterar el suelo con aterrazamientos, ocupar espacios naturales protegidos y rebajar la biodiversidad. Por todo lo anterior, piden que "se acabe con esta expansi¨®n masiva y desordenada de las plantaciones".
Sin llegar al grado de intervenci¨®n industrial que denuncian los ecologistas, s¨ª parece claro que las masas boscosas necesitan de la mano de hombres y mujeres para que crezcan de manera ordenada. Durante la presentaci¨®n del informe de la FAO (Situaci¨®n de los bosques en el mundo), su director general adjunto y director del departamento de bosques, Eduardo Rojas, reconoci¨® el incremento notable de las forestas espa?olas, incluso reciente, ya que entre 2000 y 2010 alcanz¨® las 118.500 hect¨¢reas de crecimiento anual, l¨ªder europeo muy por delante de Suecia (81.400 hect¨¢reas por a?o), y desde 1975 se ha pasado de 12 a 18 millones de hect¨¢reas. Sin embargo, Rojas advirti¨® de que el aumento se debi¨® tanto a "las repoblaciones realizadas entre las d¨¦cadas de los a?os cuarenta y setenta como al abandono del medio rural y a la expansi¨®n espont¨¢nea de bosques en zonas de monta?a".
"El hundimiento del medio rural", a?ad¨ªa Rojas, "trajo consigo un decaimiento del cultivo y el pastoreo, que hizo posible el aumento de nuestros bosques", ventaja que no ser¨¢ tal si no se aplican pol¨ªticas m¨¢s activas que "nos lleven a controlar la expansi¨®n de manera deseable para evitar futuros incendios". "Debemos usar los bosques, porque si los usamos fomentamos su protecci¨®n dentro de los m¨¢rgenes de la sostenibilidad". Esto lo dice ?lvaro Picardo, asesor en temas forestales del Gobierno de Castilla y Le¨®n, ingeniero de montes y uno de los impulsores del Bosque Modelo de Urbi¨®n, entre Soria y Burgos, un ejemplo donde se combina la explotaci¨®n forestal (ganadera, maderera, resinas...) y la conservaci¨®n de la biodiversidad.
Picardo pronostica que el avance confirmado por la FAO "va a continuar al menos durante los pr¨®ximos 50 a?os, y cada vez va a ir a mejor porque estamos en un proceso natural en el que se va a incrementar la biomasa y la diversificaci¨®n de especies". Pero para que el crecimiento sea sostenible y a la vez tenga la funci¨®n que la sociedad demanda, el mismo Picardo se?ala que "de media, hay que intervenir en los bosques cada 15 a?os, para evitar riesgos de incendios, proliferaci¨®n de plagas, que haya densidades excesivas o, simplemente, para que sea m¨¢s agradable pasear".
Desde las filas ecologistas, F¨¦lix Romero, responsable del programa de bosques de WWF-Espa?a, est¨¢ de acuerdo en aprovechar los potenciales econ¨®micos y sociales de los bosques, pero "dentro de una pol¨ªtica de Estado". "La conservaci¨®n de los bosques", contin¨²a, "deber¨ªa ser algo estrat¨¦gico para el Gobierno central y para las comunidades aut¨®nomas, principalmente por todos los beneficios que reportan: agua, ox¨ªgeno, biodiversidad, madera, protecci¨®n de suelos... Es inconcebible que importemos madera de pa¨ªses tropicales, resina china y combustibles del norte de ?frica y Oriente Pr¨®ximo cuando todo lo podr¨ªamos obtener de nuestros bosques con una gesti¨®n eficaz". Una de las herramientas que se consideran id¨®neas desde el ¨¢mbito conservacionista para conseguir estos objetivos es la certificaci¨®n forestal.
Mucho ha de cambiar la situaci¨®n, porque solo el 13% de la superficie forestal espa?ola cuenta con planes de gesti¨®n. Seg¨²n Picardo, "porque el bosque no es rentable". Entre otras cosas, demandan un sistema que retribuya los servicios que prestan los bosques, y que principalmente ir¨ªa destinado a los propietarios, que en su inmensa mayor¨ªa (casi el 75%) son privados.
"No estamos en la mejor coyuntura econ¨®mica para invertir mucho m¨¢s en los bosques, pero s¨ª es cierto que cooperamos con las comunidades aut¨®nomas para implantar directrices de ordenaci¨®n de montes arbolados para incrementar y mejorar la gesti¨®n". Jos¨¦ Jim¨¦nez, director general de Medio Natural y Pol¨ªtica Forestal del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), recuerda que el Estado no ha perdido su papel de catalizador de las pol¨ªticas en este sector, m¨¢xime cuando pasan cosas que no ocurr¨ªan desde hace muchos a?os: "En las ¨²ltimas d¨¦cadas se han recuperado formaciones vegetales, como los quejigares, en zonas donde no se conoc¨ªan".
La sensaci¨®n general es que los bosques requieren una mayor valoraci¨®n, pol¨ªtica y social. Todav¨ªa hoy, estaciones de esqu¨ª, embalses, urbanizaciones y carreteras en varios puntos de Espa?a se se?alan como elementos perturbadores, cuando no aniquiladores, de la variedad forestal. Grandes referencias de la biodiversidad espa?ola y europea habitan en este mosaico bot¨¢nico: urogallo, oso pardo, buitre negro, murci¨¦lagos forestales, palomas end¨¦micas (rabiche y turqu¨¦), pinsapo, acebo, madro?o, musgo, l¨ªquenes, helechos, hongos...
Gregorio Montero, presidente de la Sociedad Espa?ola de Ciencias Forestales, pone tambi¨¦n sobre el tapete otra funci¨®n importante, la fijaci¨®n de di¨®xido de carbono (CO2), y avanza los resultados actualizados de un estudio del Centro de Investigaci¨®n Forestal del Instituto Nacional de Investigaci¨®n y Tecnolog¨ªa Agraria y Alimentaria (INIA). "Seg¨²n los ¨²ltimos datos", asevera, "los ¨¢rboles absorben cada a?o 87 millones de toneladas de CO2. Eso supone que fijan el 23,4% del total de emisiones anuales que se producen en Espa?a". Desde la Administraci¨®n, Jos¨¦ Jim¨¦nez a?ade que "otras de las funciones que hay que valorar mucho en los bosques es su preparaci¨®n para el cambio clim¨¢tico, intentar que sean menos sensibles a este fen¨®meno y potenciar su capacidad de adaptaci¨®n al mismo y su funci¨®n como fijaci¨®n de emisiones".
Todos aclaran que intervenir no significa solo aprovechamiento comercial. Por un lado, se ha visto que algunos bosques se recuperan de forma espont¨¢nea, como los quejigares, y, por otro, existen figuras de protecci¨®n que siempre tender¨¢n a salvaguardar forestas ¨²nicas por su biodiversidad. Adem¨¢s de las figuras espa?olas, la Red Natura 2000 europea va en la misma l¨ªnea de protecci¨®n. Como dice ?lvaro Picardo, "aprovechamiento de los bosques no significa que se siga el mismo criterio en todos, porque en algunos cant¨¢bricos o pirenaicos ¨²nicamente se busca una funci¨®n de protecci¨®n de cantaderos de urogallo, y punto".
Los m¨¢s amenazados
?Cu¨¢ntos tipos de bosques conocemos? Pinar, hayedo, alameda, alcornocal, robledal, casta?ar, chopera, encinar, olmeda, sabinar... Aqu¨ª van 10. Si hojeamos una obra de referencia, Bosque de bosques, de Joaqu¨ªn Ara¨²jo y Emilio Blanco, entre otros, la cifra se va a 60, y se citan acebeda, abedular, palmeral, quejigar, sauceda, tarayal, tejera, bosque de ribera, abetal... Si saltamos a un ¨¢mbito m¨¢s t¨¦cnico, el contenido en el Mapa forestal de Espa?a, la cifra se desboca hasta los 4.921 tipos de teselas, es decir, peque?as (incluso diminutas) y grandes formaciones forestales diferenciadas unas de otras. Un ejemplo: encinar adehesado sobre mosaico irregular de cultivos agr¨ªcolas y pastizal estacional denso.
Hace aproximadamente a?o y medio, WWF Espa?a public¨® Los bosques que nos quedan y propuesta de WWF para su restauraci¨®n. En este caso se revisaban tambi¨¦n cerca de 60 paisajes vegetales diferentes para identificar los bosques que se mantienen y las zonas prioritarias de restauraci¨®n forestal. El informe conclu¨ªa que "carrascales, carballeiras, robledales ib¨¦ricos y sabinares canarios se encuentran casi en peligro de extinci¨®n, ya que solo se conserva entre el 5% y 15% de su potencial".
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