El cielo que perdimos
La luz artificial de las ciudades oculta el espect¨¢culo nocturno del firmamento. Pero esta contaminaci¨®n lum¨ªnica puede paliarse iluminando solo lo necesario
S i usted vive en una ciudad y de noche levanta el rostro hacia el cielo, en vez de admirar los miles de estrellas que nos acompa?an si?lenciosas desde que el hombre es hombre, alimentando nuestra imaginaci¨®n, lo que ver¨¢ ser¨¢ un cielo turbio en el que apenas resplandecen la luna, alg¨²n planeta y un pu?ado de las estrellas m¨¢s brillantes.
Esta contaminaci¨®n del cielo, tal vez menos conocida que la poluci¨®n o la contaminaci¨®n ac¨²stica, es la contaminaci¨®n lum¨ªnica. Y adem¨¢s de robarnos el espect¨¢culo del firmamento, puede afectar a nuestra salud y a los ecosistemas. Para colmo, supone un gran derroche de energ¨ªa (es decir, dinero) enviada hacia el cielo sin ninguna finalidad.
Evitarla no es muy complicado. Basta con seguir ciertas directrices sencillas: "Sobre todo, no iluminar hacia el cielo", explica el f¨ªsico Carlos Herranz, presidente de la Asociaci¨®n Cielo Oscuro, dedicada a la lucha contra este fen¨®meno. "Tambi¨¦n hay que iluminar el suelo de forma adecuada, nunca en exceso, y apagar las luces innecesarias a partir de cierta hora de la noche. No tiene sentido tener encendidos los anuncios luminosos toda la noche ni las farolas de los aparcamientos de los centros comerciales. Hay ermitas perdidas en la cima de montes iluminadas a altas horas de la madrugada en pleno invierno".
Se debe alumbrar con luces amarillas o anaranjadas, no?blancas
Tambi¨¦n se debe evitar la luz blanca e iluminar con luces anaranjadas o amarillas (las l¨¢mparas de sodio de alta y baja presi¨®n). Actualmente, en pos del ahorro energ¨¦tico, est¨¢ en boga la instalaci¨®n de l¨¢mparas led (diodos emisores de luz) cuya luz blanca es altamente contaminante en este sentido.
La iluminaci¨®n es competencia de las comunidades aut¨®nomas, y solo seis han legislado en esta direcci¨®n: Catalu?a, Cantabria, Navarra, Islas Baleares, Andaluc¨ªa y Castilla y Le¨®n. Adem¨¢s existe legislaci¨®n estatal: un real decreto sobre eficiencia energ¨¦tica en el alumbrado de 2008. "El problema es que estas normativas siguen un modelo de 2001. Desde entonces ha habido muchos estudios sobre c¨®mo se difunde la luz en la atm¨®sfera. Antes se pensaba que a cinco kil¨®metros de la ciudad ya te hab¨ªas quedado sin luz, y se ha visto que algo queda hasta 200 kil¨®metros", comenta Herranz.
Un ejemplo de buenas pr¨¢cticas es Puente la Reina (3.000 habitantes), en Navarra, que ha sido asesorado por Cielo Oscuro para renovar completamente el alumbrado. "Hemos obtenido mejores niveles de iluminaci¨®n ahorrando un 50%. Utilizamos bombillas menos potentes, pero mejor dirigidas, y alumbramos solo donde hace falta. A media noche reducimos la potencia a la mitad. Al final resulta que es m¨¢s barato iluminar bien que mal", explica Fernando J¨¢uregui, astr¨®nomo del Planetario de Pamplona y miembro de Cielo Oscuro. Para premiar la buena calidad del firmamento, la Unesco y el Instituto Astrof¨ªsico de Canarias, entre otras instituciones, han creado el certificado Starlight, que se otorga a zonas que mantengan su cielo libre de contaminaci¨®n lum¨ªnica. Una suerte de "reservas de estrellas", similares a las playas con bandera azul. Cipriano Mar¨ªn, delegado de Starlight en Espa?a, indica que La Palma hace tiempo que tiene certificado Starlight y "est¨¢n pr¨¢cticamente aprobados los de Monfrag¨¹e, Do?ana, la costa norte de Fuerteventura y la reserva de la biosfera de La Rioja".
"Si se hicieran bien las cosas, te subir¨ªas a una azotea en medio de una gran ciudad y se ver¨ªan todas las estrellas y hasta la V¨ªa L¨¢ctea, mientras que abajo las calles estar¨ªan bien iluminadas", concluye el f¨ªsico Carlos Herranz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.