Nueva York se hace m¨¢s verde
Los neoyorquinos coinciden: el mejor regalo que ha recibido su ciudad durante la ¨²ltima d¨¦cada se llama High Line (con permiso del carril bici), un parque sobre las v¨ªas elevadas ya abandonadas del tren. El 8 de junio ve la luz el segundo tramo.
El primer tramo de este original parque elevado, que en total ocupar¨¢ los 2.3 kil¨®metros de v¨ªas abandonadas por donde anta?o circulaba un tren de mercanc¨ªas, abri¨® sus puertas hace ahora dos a?os. Y el mi¨¦rcoles se abre la segunda fase de este espacio extraordinario con el que un grupo de vecinos desafi¨® con ¨¦xito a los tiburones de la construcci¨®n inmobiliaria.
La idea surgi¨® en la d¨¦cada de los noventa, cuando el barrio de Chelsea comenzaba a renacer gracias a la llegada de m¨²ltiples galer¨ªas de arte que revitalizaron la zona oeste de Manhattan y contribuyeron a su positiva metamorfosis. Pero esas impertinentes v¨ªas de tren, que se elevaban a la altura de un tercer piso, se interpon¨ªan entre los constructores y sus deseos de a?adirle ladrillos al barrio, algo que tambi¨¦n hab¨ªan intentado hacer en la d¨¦cada anterior, pero un enamorado del ferrocarril les llev¨® a juicio y fren¨® sus planes. En los noventa, cuando se volv¨ªa a hablar de demoler las v¨ªas, un grupo de vecinos comenz¨® a rumiar una idea aparentemente imposible: reconvertirlas en un parque elevado para uso y disfrute de toda la ciudad. Crearon una fundaci¨®n y tras muchas gestiones y presiones vecinales, en 2002 consiguieron que el ayuntamiento se comprometiera a apoyarles. Pero ah¨ª comenzaba la parte m¨¢s dif¨ªcil, conseguir los 153 millones de d¨®lares que finalmente ha costado el parque.
La parte m¨¢s dif¨ªcil ha sido conseguir los 153 millones de d¨®lares que finalmente ha costado el parque
Desde la inauguraci¨®n del primer kil¨®metro el turismo se ha disparado y el mercado inmobiliario tambi¨¦n vive d¨ªas dorados
Fue clave el apoyo que recibieron del alcalde Michael Bloomberg, el multimillonario que incluso don¨® de su bolsillo alg¨²n que otro mill¨®n para atraer financiaci¨®n privada. Claro que por algo es uno de los veinte hombres m¨¢s ricos del pa¨ªs: Bloomberg vio enseguida que el parque ser¨ªa una fuente de ingresos para la zona y no dud¨® en que fuera el ayuntamiento el que aportara m¨¢s de la mitad de la financiaci¨®n. No se equivocaba: desde la inauguraci¨®n del primer kil¨®metro el turismo se ha disparado y, curiosamente, el mercado inmobiliario tambi¨¦n vive d¨ªas dorados precisamente por la atractiva presencia de esta ins¨®lita zona verde. Actualmente hay una treintena de proyectos en construcci¨®n o reci¨¦n terminados en los alrededores, muchos con nombre de arquitecto estrella, incluida una segunda sede para el Whitney Museum que firmar¨¢ Renzo Piano. El museo ten¨ªa planeada una ampliaci¨®n en otro barrio de la ciudad pero visto el ¨¦xito del parque decidi¨® mudarse a sus pies.
Dise?ado por los arquitectos Diller Scofidio+Renfro y por la firma James Corner Field Operation, el atractivo del High Line reside, m¨¢s all¨¢ de sus extraordinarias y a la vez extra?as perspectivas visuales, precisamente en lo inteligente de su dise?o. Mientras las v¨ªas estuvieron abandonadas sobre ellas crec¨ªan todo tipo de plantas salvajes as¨ª que los arquitectos decidieron respetar y emular los caprichos de la naturaleza plantando m¨¢s de 200 especies, no necesariamente selectas si no m¨¢s bien a prueba de asfalto. Muchas de ellas crecen precisamente entre las piedras o los ra¨ªles, ara?¨¢ndole espacio a la intervenci¨®n humana de forma natural. Hay tumbonas para disfrutar de las vistas del cercano r¨ªo Hudson, sombras bajo los cimientos del hotel Standard, un auditorio con vistas a la d¨¦cima avenida, por donde pasan raudos los coches, convirti¨¦ndose involuntariamente en extras de la extraordinaria pel¨ªcula neoyorquina que se ve desde los asientos de este genial espacio donde tambi¨¦n se ha celebrado alg¨²n que otro espect¨¢culo.
En el segundo tramo del parque, m¨¢s angosto que el primero, habr¨¢ adem¨¢s un c¨¦sped sobre el que tumbarse, una abundante presencia de ¨¢rboles y diferentes plataformas elevadas que dar¨¢n nueva perspectiva al espacio. El parque conectar¨¢ desde ahora la calle Gansevoort, al sur de la calle 14 con la calle 30, donde adem¨¢s se ha creado una zona, The Lot, por donde rotar¨¢n diferentes camiones de comida y bebida, se organizar¨¢n exposiciones y habr¨¢ actividades continuas todo el verano. Todo para disfrute del ciudadano, convirtiendo as¨ª una ciudad te¨®ricamente agresiva como Nueva York en un espacio en la pr¨¢ctica cada vez m¨¢s amigable para el ser humano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.