La lata que invita al cine

Los pamplonicas miran con otros ojos la lata vac¨ªa del refresco que acaban de beberse. No porque les haya entrado un repentino amor por el aluminio, sino porque el residuo en cuesti¨®n ahora tiene valor para ellos: por cada 90 envases de pl¨¢stico y metal que depositan en una m¨¢quina recicladora de dise?o noruego instalada en la calle Ciudadela, en la parte vieja de su ciudad, consiguen una entrada para ir al cine. La instal¨® en enero la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona y a finales de mayo, tras 126 d¨ªas en marcha, se hab¨ªa tragado 951.916 envases (506.724 de pl¨¢stico y 445.192 latas), lo que supone una media de 7.554 envases diarios, y un volumen recogido como para reunir 10.577 entradas de cine (hasta la fecha van unas 3.000 canjeadas).

Hasta finales de mayo se tiraron en el aparato 951.916 envases, que corresponden a 10.577 entradas, de las que hasta esa fecha s¨®lo se hab¨ªan canjeado 3.000

Javier Torrens, presidente de la Mancomunidad, anuncia que ser¨¢ retirada durante los Sanfermines y vuelta a colocar despu¨¦s, en ¨¦sta u otra calle de la capital Navarra. "Ha llegado para quedarse", asegura. El aparato es el primero de sus caracter¨ªsticas ubicado en Espa?a, seg¨²n informa la Mancomunidad, pero el sistema est¨¢ muy extendido en el centro y norte de Europa, donde se utiliza para el sistema de dep¨®sito, devoluci¨®n y retorno. El consumidor introduce el envase (por el que ha pagado un poco m¨¢s en concepto de dep¨®sito), la m¨¢quina lo diferencia y separa por el tipo de material, lo compacta para facilitar su posterior transporte, y devuelve al usuario su fianza.

En Espa?a, la futura Ley de Residuos contempla la incorporaci¨®n de esta f¨®rmula pero, por ahora, s¨®lo existe la opci¨®n del contenedor amarillo. Mientras tanto, el dispositivo que triunfa en Pamplona se plantea como una llamada de atenci¨®n y sensibilizaci¨®n sobre la importancia del dep¨®sito diferenciado. La clave radica en dejar de ver el residuo como algo inservible, que da igual tirar al suelo, a la papelera o a la basura org¨¢nica, y empezar a valorarlo como un recurso, seg¨²n declara Torrens. "Esta experiencia piloto nos demuestra que el incentivo, por peque?o que sea, promueve un cambio de mentalidad, un inter¨¦s por el objeto que antes se despreciaba", insiste.