El lado negativo del optimismo
El pensamiento positivo dicta que la actitud influye en la evoluci¨®n de las enfermedades y en el logro de objetivos, lo que, a veces, victimiza al que fracasa. Pero querer no siempre es poder. ?Qu¨¦ es m¨¢s eficaz: cambiar de ideas o de acciones?
Cuando a la escritora Barbara Ehrenreich le detectaron un c¨¢ncer de mama descubri¨®, para su sorpresa, que todo lo que rodeaba a la enfermedad era de color de rosa. Lo importante era mantener una actitud positiva, eso ayudar¨ªa a curarla. Las enfermas no eran v¨ªctimas, sino luchadoras. Los lazos rosas y ositos de peluche, emblemas de las asociaciones contra este c¨¢ncer, acompa?aban al tratamiento. Al fin y al cabo la enfermedad no era m¨¢s que un reto y una oportunidad para reinventarse y evolucionar.
Pero Ehrenreich se encontraba asustada, furiosa y, en medio de tanta positividad, bastante sola. Quer¨ªa comprensi¨®n y no sonrisas. El s¨²mmun de esta perversi¨®n, a ojos de la escritora, son las palabras del ciclista Lance Armstrong (ganador de siete Tours) cuando, una vez recuperado, declar¨®: "El c¨¢ncer es lo mejor que me ha pasado en la vida".
No se trata de rendirse, pero el ¨¦xito no depende de uno solo
El pensamiento positivo dicta, seg¨²n explica Ehrenreich, que la actitud personal influye en el desarrollo de la enfermedad y, en general, condiciona un¨ªvocamente la consecuci¨®n o no de los objetivos de los individuos. El ¨¦xito o el fracaso dependen exclusivamente de uno mismo y no del azar o de sus circunstancias vitales. Esto produce una victimizaci¨®n del que fracasa: todas las culpas recaen sobre uno mismo. "Cada vez parece que hay menos excusas para no ser felices, comienza a ser una obligaci¨®n", explica Juan Antonio Huertas, profesor de Psicolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid (UAM).
"Los enfermos no te piden ser felices sino que te adaptes a sus demandas y a sus necesidades. Generalizar la obligaci¨®n de ser feliz siempre es, en ocasiones, una obligaci¨®n tir¨¢nica. Hay estudios que demuestran, por ejemplo, que para mejorar el bienestar y la predisposici¨®n de un paciente no hay que intentar que cambie su actitud y empiece a pensar en positivo, es m¨¢s eficaz cambiar acciones que ideas, por ejemplo, dejar que pueda controlar algo de su vida en el hospital (cuando se despierta, sus visitas, que alguien conteste a sus preguntas, etc¨¦tera)", apunta Huertas.
En su ensayo Sonr¨ªe o muere: la trampa del pensamiento positivo (Turner), Ehrenreich parte de su experiencia con la enfermedad (que super¨®: es una superviviente) para dar un repaso a las diferentes facetas de este tipo de pensamiento, que considera germen de la autoayuda, los telepredicadores televisivos estadounidenses, la psicolog¨ªa positiva, e, incluso, causante en buena medida de la galopante crisis econ¨®mica mundial. Todo ello conectado por el hilo del optimismo.
"No abogo por el optimismo ilusorio, que aboca al desastre, pero s¨ª por un optimismo inteligente: los optimistas toman las riendas de su vida, mientras que los pesimistas se rinden a las circunstancias. Lo realmente necesario es un punto de vista realista, aunque el realismo es un arduo problema filos¨®fico, pero con la ilusi¨®n de la transformaci¨®n del mundo", disiente Carmelo V¨¢zquez, profesor de psicolog¨ªa de la Universidad Complutense y coautor, junto con Mar¨ªa Dolores Avia, del libro Optimismo inteligente (Alianza).
"La psicolog¨ªa positiva es una aproximaci¨®n diferente a la psicolog¨ªa, tradicionalmente enfocada en los problemas psicol¨®gicos. Intentamos completar la visi¨®n desde el otro lado, estudiando el gozo, la alegr¨ªa, no solo la depresi¨®n, sino lo bueno que tenemos", agrega.
"En autoayuda", contin¨²a V¨¢zquez, "hay libros mal¨ªsimos, como los de algunos gur¨²s de la felicidad. Es lastimoso. Pero existen autores dignos en la psicolog¨ªa positiva". Pese a todo, Ehrenreich arremete contra todo el negocio de la autoayuda, el coaching, etc¨¦tera. Ejemplo: libros como el best seller El secreto, de Rhonda Byrne, y su ley de la atracci¨®n, seg¨²n la cual la visualizaci¨®n de objetos y situaciones y la actitud positiva, conduce a su consecuci¨®n de forma casi m¨¢gica. Para tener el coche de tus sue?os, basta con visualizarlo y desearlo con suficiente intensidad.
La excusa perfecta
"Los libros de autoyuda se apropian de unos resultados cient¨ªficos, aparentemente novedosos, los amplifican y los simplifican. Lamentablemente los trabajos cient¨ªficos de base que vampirizan no tienen tales aspiraciones. Al pasar del ¨¢mbito cient¨ªfico al popular se tiende a banalizar. El secreto, en efecto, habla de cosas imposibles f¨ªsicamente, es pernicioso, crea ilusiones imposibles", opina el profesor Huertas.
El libro ?Qui¨¦n se ha llevado mi queso?, que Ehrenreich critica duramente, entronca el pensamiento positivo con el mercado laboral. En ¨¦l se explica que cuando uno pierde su empleo (su trozo de queso en la met¨¢fora del libro, que protagonizan unos ratones) no puede cegarse con la protesta o el victimismo, sino que debe correr r¨¢pido en pos de un nuevo trabajo (un nuevo y suculento trozo de queso) antes de que un competidor se le adelante.
Es una justificaci¨®n de la flexibilidad laboral. "Si la psicolog¨ªa positiva se ha instalado tan fuertemente dentro de la cultura y repercute como lo hace en la vida cotidiana de las personas no es tanto por su valor de verdad cient¨ªfico y psicol¨®gico, porque resulta muy ¨²til a ciertos intereses particulares. Uno de los campos al que m¨¢s pr¨¢ctico le ha resultado esta postura es al mundo empresarial", dice Edgar Cabanas, psic¨®logo investigador sobre este tema en la UAM."El pensamiento positivo crea ciudadanos d¨®ciles, menos cr¨ªticos. Identifica a los empleados con los valores de la empresa. Se aumenta la productividad al menor coste posible, y se lubrica la salida de los trabajadores de las empresas".
Y de ah¨ª, seg¨²n Ehrenreich, a la crisis econ¨®mica. Seg¨²n se explica en Sonr¨ªe o muere, durante la ¨¦poca de bonanza era anatema tener previsiones pesimistas: todo iba viento en popa y los analistas o asesores financieros que preve¨ªan el desastre eran mal vistos o, simplemente, despedidos. Nada malo pod¨ªa pasar.
Ehrenreich concluye que m¨¢s que vivir autoevalu¨¢ndose constantemente y tratando de ser positivo puede uno alcanzar el bienestar tratando de mejorar el mundo exterior de forma pr¨¢ctica: "Habr¨¢ que construir diques, llevar comida a los hambrientos, encontrar remedios... Quiz¨¢s no todo nos salga bien, seguramente no salga bien a la primera, pero podemos pasarlo muy bien mientras lo intentamos".
Aqu¨ª se vuelve a los planteamientos del profesor V¨¢zquez: "Si te fijas en el car¨¢cter de la gente transformadora, es optimista. Precisamente el m¨¦rito est¨¢ en los que somos pesimistas y nos esforzamos en ser optimistas. En la situaci¨®n actual del mundo, no podemos permitirnos perder la esperanza".
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