Aprender a no estar gordo
Un 19% de los ni?os espa?oles son obesos y un 26% tiene sobrepeso. El Hospital General de Valencia completa el tratamiento diet¨¦tico con psic¨®logos, entrenadores y videojuegos educativos para ense?arles a cambiar su alimentaci¨®n y sus h¨¢bitos
El fot¨®grafo empieza a sudar cuando ve quitarse la camiseta a Jhon, de 13 a?os y complexi¨®n normal m¨¢s all¨¢ de alg¨²n michel¨ªn. "?No hay ning¨²n chico m¨¢s?, ?solo ¨¦l?", dice. Porque este chico de origen colombiano y nacionalidad espa?ola, educado, responsable, es nuestro modelo para ilustrar un reportaje sobre obesidad infantil. El encargo hubiera sido coser y cantar hace a?o y medio, cuando pesaba 68 kilos y med¨ªa 1,57 metros de altura. Obesidad leve. En Espa?a, el 19,1% de los menores de seis a nueve a?os son obesos y un 26,1% tiene sobrepeso, seg¨²n el reciente estudio de prevalencia ALADINO (alimentaci¨®n, actividad f¨ªsica, desarrollo infantil y obesidad) de la Agencia Espa?ola de Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n.
Es un mito que los adolescentes adelgazan cuando pegan el estir¨®n
Eso suma un 45,2% de ni?os y ni?as con kilos de m¨¢s. ?Culpables? El sedentarismo y los malos h¨¢bitos alimentarios, concluyen los investigadores. Curiosamente, solo Italia, otro pa¨ªs con dieta mediterr¨¢nea, supera a Espa?a en el ranking europeo.
Si el problema est¨¢ cuantificado y las causas identificadas, queda preguntar por las posibles soluciones. Y busc¨¢ndolas nos hemos encontrado con Jhon, paciente del Programa de Atenci¨®n Integral de la Obesidad Infantil (PAIDO) del hospital general universitario de Valencia, donde ha hecho gimnasia en el patio, ha sudado como nunca con la consola Wii y ha acudido a talleres de cocina. Ahora incluye ensalada en el almuerzo, fruta en la merienda y pescado en la cena. "Me encanta el gazpacho", enfatiza; "la lechuga, no tanto". Mide 1,65 metros y pesa 64 kilos (sobrepeso), y est¨¢ a punto de que le den el alta.
Lo acompa?amos en la que probablemente sea su ¨²ltima consulta. "Estar¨¢s desayunando, ?verdad?", quiere saber su pediatra, Julio ?lvarez Pezzi. "Un taz¨®n de leche con cereales", responde. Aqu¨ª no valen atajos como saltarse comidas ni se utiliza la palabra dieta, un t¨¦rmino que molesta a este facultativo. "El peso es casi lo ¨²ltimo que miro, me interesa ver si cambia actitudes e incorpora h¨¢bitos saludables. Se trata de que aprenda a comer bien". Tanto ¨¦l como su madre, que est¨¢ dejando lastre al mismo tiempo que su hijo.
"He perdido 10 kilos", sonr¨ªe radiante la mujer, que ten¨ªa sobrepeso cuando lleg¨® al programa; el padre, del que est¨¢ separada, era obeso. Jhon fue el t¨ªpico beb¨¦ trag¨®n y gordito, demasiado gordito desde los cuatro meses. "A m¨ª no me gustaba", reconoce la madre, pero a su alrededor nadie parec¨ªa darle importancia, ni siquiera su doctor de atenci¨®n primaria de aquel entonces, seg¨²n recuerda. A los 9 o 10 a?os se hab¨ªa consolidado en la categor¨ªa de ni?o gordo, no especialmente traumatizado ni acomplejado -"cuando se met¨ªan conmigo, pasaba"-, pero s¨ª limitado para correr o jugar al f¨²tbol, su gran pasi¨®n.
Apenas desayunaba, buena parte de su alimentaci¨®n se basaba en bocadillos de embutido graso y entre comidas se atiborraba de chucher¨ªas. Sufr¨ªa cefaleas y dolores abdominales. Hasta que su m¨¦dico, esta vez s¨ª, decidi¨® que lo mejor era que lo vieran en el PAIDO.
"Cuando el chaval tiene 12 a?os, ya vamos tarde; hay que actuar antes, desde los primeros momentos de la vida", tercia Basilio Moreno, jefe de endocrinolog¨ªa y nutrici¨®n del hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid. Habr¨¢ de hacerlo el pediatra del centro de salud, dando las pautas sobre la cantidad y composici¨®n de las papillas.
"Hablamos de un problema social de los pa¨ªses desarrollados", reconoce. De compleja soluci¨®n, lamenta, puesto que intervienen muchos factores para desencadenarlo, pero solo existen dos armas para enfrentarlo: "La alimentaci¨®n y el ejercicio f¨ªsico".
El diagn¨®stico
La prevenci¨®n no funcion¨® en el caso de Jhon, que acab¨® necesitando tratamiento cl¨ªnico. Acudi¨® derivado de su centro de salud, como casi todos. Lo pesaron y midieron, lo sometieron a ex¨¢menes para descartar da?os en ¨®rganos diana (ojos, arterias), le hicieron an¨¢lisis para determinar si su obesidad arrastraba consigo hipertensi¨®n, colesterol o diabetes. Los resultados fueron normales excepto en el caso del HDL (el colesterol bueno), un poco bajo.
Por este programa pasan de 450 a 500 ni?os al a?o, y un 33% de ellos vienen con al menos un factor de riesgo cardiovascular, propio de adultos, seg¨²n remacha Empar Lurbe, jefa de pediatr¨ªa del centro hospitalario valenciano. Un 14% se encuentra en peligro de padecer una apnea del sue?o. Su mal causa estragos en articulaciones y en la espalda, es la primera causa de hipertensi¨®n entre adolescentes, puede provocar pubertad precoz en las j¨®venes y se relaciona con determinados c¨¢nceres ya en la edad adulta, seg¨²n enumera el Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red-Fisiopatolog¨ªa de la Obesidad y la Nutrici¨®n (CIBERobn).
PAIDO, que funciona desde 2003, est¨¢ planteado como un gran puzle que da soluciones multidisciplinares: sesiones de ejercicio con dos profesores de educaci¨®n f¨ªsica, actividades y charlas con las familias (como los talleres de cocina o las reuniones con el dietista): una labor coordinada con un nefr¨®logo, un endocrino y un cardi¨®logo del hospital.
Desde 2006 forma parte del CIBERobn, lo que le ha permitido a?adir m¨¢s piezas, m¨¢s colaboradores externos, al engranaje: dos psic¨®logos que se encargan de la valoraci¨®n inicial de los pacientes (muchos aterrizan con la autoestima por los suelos) y los acompa?an durante el proceso; un ingeniero que dise?a software educativo y videojuegos para lograr que se muevan. En junio recogi¨® el Premio Estrategia NAOS en el ¨¢mbito sanitario.
?Se nace o se hace?
Y a todo esto, la gen¨¦tica ?qu¨¦ papel juega? O, en otras palabras, ?un obeso nace o se hace? "Se hace", salta como un resorte Empar Lurbe. "En los primeros a?os puede haber una patolog¨ªa que provoque el aumento de peso, pero lo normal es que con seis o siete a?os sea consecuencia de estilos de vida poco saludables; al menos as¨ª ha sido en todos los casos de nuestro programa", incide. "Se dice que en la obesidad hay un 40% de condicionante gen¨¦tico y un 60% de factores ambientales", apunta, menos tajante, Basilio Moreno.
Jhon, que nunca tuvo tele en su cuarto, dej¨® la maquinita en el sof¨¢ y se pas¨® a la Wii. Tom¨® conciencia de que durante toda su vida hab¨ªa llevado una indeseable mochila que dificultaba sus movimientos e hipotecaba su futuro.
"?Cu¨¢nto ejercicio haces?", interroga el pediatra. "Ahora, en verano [esta visita tiene lugar en agosto] nado en la playa y en la piscina, juego a correr en el parque por las tardes y paseo con mi madre", contesta. En septiembre se reincorpora a su equipo de f¨²tbol, con el que entrena cuatro d¨ªas a la semana. "?Las chucher¨ªas?", inquiere ?lvarez Pezzi. "Hace unas semanas me tom¨¦ una bolsita", confiesa un poco avergonzado. El facultativo lo tranquiliza: "No hay alimentos prohibidos, no pasa nada si de vez en cuando te comes una piza o una hamburguesa; el problema es que abuses". Como le sucedi¨® hace dos veranos, cuando apenas llevaba un mes de tratamiento y viaj¨® a Colombia, con sus abuelos. "Hab¨ªa un mont¨®n de chetos que no conoc¨ªa y los prob¨¦ todos", rememora. Subi¨® a los 72 kilos. Al regreso de sus vacaciones lo esperaba su madre, y se puso las pilas; en diciembre volv¨ªa a los 68 kilos y med¨ªa 1,60 metros.
Frenar la escalada es el primer gran reto del programa y se alcanza "casi al 100%", seg¨²n resaltan sus responsables; el segundo paso consiste en reducir, y se cumple, aseguran, aunque sin precisar cu¨¢nto ni en qu¨¦ medida. No hay manera de que Lurbe suelte prenda sobre el porcentaje de ¨¦xitos del PAIDO. "El ¨ªndice de abandonos es de menos del 5%", le da la vuelta a la pregunta.
La progresi¨®n de Jhon ha sido vertiginosa, reconocen los especialistas que lo tratan. "Los compa?eros se sorprenden, me dicen: 'Pero ?qu¨¦ has hecho?", comenta el aludido con orgullo. Ven¨ªa muy motivado y con un enorme respaldo materno. "Si la familia no le da importancia, o ve el exceso de kilos como algo normal, las posibilidades bajan dr¨¢sticamente", sabe por experiencia la doctora. Dentro de unos meses, si todo va bien, habr¨¢ alcanzado un peso normal. Misi¨®n cumplida.
Pero las cosas no siempre marchan tan fluidas. Hay chicos que llevan en la unidad dos o tres a?os. No pasa nada. En los casos m¨¢s graves, el ¨¦xito puede estribar en conseguir atarse los cordones de los zapatos; en otros, en correr durante media hora seguida. "Los estratificamos, tenemos claro qu¨¦ escalones ha de subir cada uno y vamos reduciendo con objetivos realistas, no cuantitativos, paso a paso y sin angustias", zanja la facultativa.
"Parece que el aumento de la obesidad infantil se est¨¢ estabilizando", concluye ALADINO tras comparar sus datos con los de su predecesor, el estudio enKid (1998-2000), y observar c¨®mo la obesidad infantil ha crecido ligeramente y el sobrepeso ha bajado m¨ªnimamente en esta d¨¦cada. "Es una de las pocas buenas noticias de los ¨²ltimos a?os", apostilla Moreno, que considera que s¨ª se est¨¢n haciendo cosas, pero poco tangibles y de dif¨ªcil medici¨®n a corto plazo. "Intervenir antes de que aparezca el problema es una cuesti¨®n de salud y prevenci¨®n de costes humanos, sociales y sanitarios de cara al futuro: no es lo mismo un infarto a los 30 que a los 70 a?os", enfatiza Lurbe.
Las estad¨ªsticas rebaten el mito de que los kilos de m¨¢s desaparecen cuando el adolescente da el estir¨®n: un obeso de 10 a 14 a?os tiene un 22,3% m¨¢s de probabilidades de seguir si¨¦ndolo entre los 21 y los 29. Lo que no significa que no se pueda salir. Con deporte y comiendo bien, "que no es comer poco ni mucho, sino adecuadamente", matiza el endocrino. Para demostrarlo tenemos a Jhon, a quien hemos dejado saltando frente a la consola.
La consola como aliada
La OMS recomienda al menos 30 minutos de actividad f¨ªsica moderada diaria y otros 20 m¨¢s de actividad "vigorosa" tres d¨ªas a la semana, en el caso de ni?os y adolescentes. Pero la realidad es que el sedentarismo infantil va en aumento a causa de la televisi¨®n y los videojuegos, seg¨²n denuncian los expertos. En lugar de se?alar las nuevas tecnolog¨ªas como causantes de todos los males, el Programa de Atenci¨®n Integral de la Obesidad Infantil (PAIDO) ha decidido ponerlas de su parte, utilizarlas como herramientas para enganchar, motivar y conseguir que sus chicos y chicas quemen calor¨ªas. Adem¨¢s de los videojuegos educativos, la Wii, y ahora tambi¨¦n la Xbox, a partir de septiembre comienza a implementar ETIOBE, ?
e-terapia inteligente para el tratamiento de la obesidad infantil. La iniciativa incluye camiseta biom¨¦dica, que permite medir en tiempo real el ritmo cardiaco y el movimiento; PDA o smartphones en los que los pacientes van apuntando lo que comen o el ejercicio que realizan (hasta ahora lo hacen en un diario, en papel); una web donde vuelcan toda esa informaci¨®n, juegan y reciben consejos nutricionales y refuerzo positivo ante sus progresos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.