Retos pendientes en VIH
El d¨ªa 8 de noviembre se inaugura en Sevilla el III Congreso Nacional GeSIDA, donde investigadores y m¨¦dicos de todo el pa¨ªs debatimos sobre los grandes retos sanitarios y sociales que plantea hoy la transmisi¨®n del VIH y su tratamiento en sociedades avanzadas como la nuestra. Unos retos que est¨¢n indudablemente marcados por tres prioridades muy concretas: la primera, la prevenci¨®n espec¨ªfica en colectivos donde la transmisi¨®n de VIH est¨¢ repuntando de forma preocupante; la segunda, el tratamiento temprano del virus, fundamental desde el punto de vista sanitario y de la sostenibilidad de las prestaciones p¨²blicas, pues cada diagn¨®stico tard¨ªo supone un paciente con menos posibilidades de curaci¨®n, menor calidad de vida y con un tratamiento m¨¢s costoso; y la tercera y ¨²ltima, la lucha contra las co-mobilidades y co-infecciones asociadas al VIH, campo ¨¦ste ¨²ltimo en el que la investigaci¨®n cient¨ªfica espa?ola se sit¨²a a la altura de la mejor del mundo. Hay un cuarto y ¨²ltimo campo de acci¨®n donde indudablemente se ha avanzado mucho, el de evitar la estigmatizaci¨®n del paciente con VIH, aunque no todo lo necesario, y quiz¨¢ ello est¨¦ relacionado con los numerosos casos de diagn¨®stico tard¨ªo que seguimos encontrando.
Empezando por el primer reto, los datos muestran con inequ¨ªvoca claridad que la transmisi¨®n del VIH en nuestro pa¨ªs se produce en un porcentaje elevad¨ªsimo de casos por v¨ªa sexual, sobre todo entre hombres que mantienen relaciones con hombres, y dentro de estos, entre la poblaci¨®n inmigrante, con particular incidencia en los j¨®venes menores de 30 a?os, con baja formaci¨®n o escasa conciencia sobre la transmisi¨®n del virus y sus consecuencias. Uno de los estudios m¨¢s recientes, que se va a presentar en el Congreso de Sevilla, realizado en el Centro Sanitario de Enfermedades de Transmisi¨®n Sexual Sandoval de Madrid (ETS), advierte del incremento de las pr¨¢cticas de riesgo entre estos colectivos y apunta espec¨ªficamente a que los propios pacientes del estudio, en el 55% de los casos, relacionan el sexo desprotegido con la pareja estable como la m¨¢s probable fuente de la infecci¨®n. Asimismo, advierte de la asociaci¨®n de estas conductas con el consumo abusivo de alcohol y de drogas no inyectadas en la mitad de los casos. Parece indudable, pues, a la luz de estos datos, que debemos afrontar el objetivo de desarrollar una intervenci¨®n espec¨ªfica y m¨¢s efectiva de car¨¢cter preventivo dirigida al colectivo de hombres que practican sexo con otros hombres, sobre todo entre los j¨®venes y los inmigrantes.
La poblaci¨®n homosexual parece, por el contrario, la m¨¢s concienciada de la importancia del diagn¨®stico temprano (lo cual quiz¨¢s revele tambi¨¦n que es la que se siente menos estigmatizada por la enfermedad). En Espa?a se estima que en torno al 30% de las personas infectadas con VIH no lo saben. El diagn¨®stico tard¨ªo es proporcionalmente mayor en Espa?a en aquellos que se infectaron por v¨ªa heterosexual o parenteral y en las personas de mayor edad. Donde el diagn¨®stico tard¨ªo es tan preocupante como la falta de prevenci¨®n es en las personas inmigrantes, asociado muy probablemente a la falta de formaci¨®n y a la procedencia de pa¨ªses con una cultura m¨¢s conservadora y un mayor rechazo social a los portadores del virus. Favorecer la accesibilidad a las pruebas del VIH y por tanto permitir el diagn¨®stico temprano de la enfermedad debe ser un objetivo prioritario para todos los profesionales del sistema sanitario, y por supuesto para las autoridades. Otro estudio que va a presentarse en Sevilla, y que ha sido realizado en el Hospital Ram¨®n y Cajal (Madrid), muestra que cada paciente diagnosticado de forma tard¨ªa le cuesta al sistema sanitario once mil euros anuales m¨¢s. Pero si el coste econ¨®mico del retraso es importante, el sanitario y social lo es mucho m¨¢s, por su vinculaci¨®n inversa con la efectividad de los tratamientos y la mejora de la calidad de vida de los pacientes. Hasta hace relativamente poco, los tratamientos s¨®lo se iniciaban cuando se confirmaba un deterioro inmunol¨®gico importante. La disponibilidad de nuevos f¨¢rmacos y la optimizaci¨®n del uso de los existentes ha hecho posible que en la actualidad pueda iniciarse el tratamiento muy pronto, con terapias simples y administradas una ¨²nica vez al d¨ªa, algo que parec¨ªa ut¨®pico hace tan s¨®lo unos a?os, y que permiten mantener el virus en situaci¨®n latente y la infecci¨®n totalmente controlada.
En tercer lugar, y como comentaba antes, estamos luchando contra las comorbilidades y coinfecciones asociadas al VIH. Entre estas ¨²ltimas, y herencia de la ¨¦poca de mayor virulencia de la epidemia, asociada a la infecci¨®n por v¨ªa parenteral, est¨¢ la Hepatitis C, principal causa de mortalidad en pacientes VIH. Especialmente preocupante es la elevada tasa de coinfecci¨®n, sobre todo en hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, por el Virus del Papiloma Humano (VPH), hasta tal punto que la prevalencia en esta poblaci¨®n es ya diez veces superior a la de la mujer. Y en este ¨²ltimo punto, precisamente, tengo que volver a insistir sobre las medidas de prevenci¨®n dirigidas espec¨ªficamente a este grupo de riesgo y sobre el diagn¨®stico precoz, s¨®lo posible mediante screening universal para evitar o detectar a tiempo una neoplasia.
Finalmente, y asociado a estos tres retos anteriores, debemos trabajar por acabar con la estigmatizaci¨®n de la persona con VIH, aunque sin llegar nunca a frivolizar sobre el virus y haciendo a todos muy conscientes de que, mejor que enfrentarse al VIH, es no tener que enfrentarse a ¨¦l, porque es para toda la vida. Para ello, la ¨²nica vacuna hoy disponible es la prevenci¨®n y el diagn¨®stico precoz.
Pere Domingo Pedrol es Presidente de GeSIDA del Grupo de Estudio del Sida de la Sociedad Espa?ola de Enfermedades Infecciosas y Microbiolog¨ªa Cl¨ªnica (SEIMC)
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