Mbapp¨¦ ya est¨¢ fuera de control
Lleg¨® en verano Godzilla a Madrid y este mi¨¦rcoles, por fin, el monstruo que el Madrid ense?aba al mundo atenuando su impacto, amortiguando su destrucci¨®n, sali¨® del mar desatado
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Hay que ponerse varias veces la repetici¨®n del segundo gol del Madrid. De qu¨¦ manera se pone a juguetear Courtois con sus guardaespaldas como Vito Corleone con su nieto correteando entre los naranjos del invernadero. Pero en lugar de morir, en lugar de desplomarse en el suelo v¨ªctima de la presi¨®n del City, enviar un cambio de juego a la banda derecha del Madrid y edificar all¨ª, en un descampado, el futuro urban¨ªstico del Madrid en Champions. En este club, ¡°casa¡± no es Bernab¨¦u, sino Copa de Europa.
Un control de Rodrygo que fue como sentarse en el suelo en medio de la fiesta, ese silencio imposible que propiciaba Butrague?o cuando bajaba los brazos despreocupado en el ¨¢rea como si el ¨¢rbitro hubiese pitado ¡°es benigno¡±. Un intercambio con Valverde como si se pasasen una lista de la compra triunfal, Mar¨ªa Jim¨¦nez y Lichis mediante, que arregla el hogar un mes. Y al final Bellingham, abriendo para Vini y este para Rodrygo otra vez (hay que vender a Rodrygo, ?eh?, a ver si lo que tenemos que hacer es regalarte a ti) que le mete un ca?o a uno para asistir a Kylian Mbapp¨¦. Recorte, y gol. Fue el segundo. Ya hab¨ªa marcado el 9 uno de vaselina (agresiva, imposible, nada lenta y po¨¦tica, sino pura dinamita) tras un pase de Asencio: el Madrid no pari¨® un defensa con Asencio, pari¨® un Kroos que lanza desde ¨¢rea propia.
Lleg¨® a haber un tercer gol que fue puro Ronaldo Nazario. Camin¨® Mbapp¨¦ por el borde del ¨¢rea delante del esqueleto de un tibur¨®n, que era el City, y le arre¨® a la pelota con la zurda de forma tan id¨¦ntica al brasile?o que fue dif¨ªcil que a los madridistas no nos temblasen las piernas.
Kylian Mbapp¨¦, el deseado Mbapp¨¦, el mismo delantero que encaden¨® cuatro partidos indefinibles con el Madrid al punto de reconocerlo ¨¦l y pedir disculpas, es hoy la piedra Rosetta de un proyecto tan deportivo como extradeportivo. El mejor jugador del planeta, un delantero sin discusi¨®n, el hombre que mejor se desmarca, que mejor remata y que mejor regatea del mundo en carrera: Florentino P¨¦rez trajo a Godzilla a Madrid despu¨¦s de a?os infructuosos y este mi¨¦rcoles, por fin, el monstruo que el Madrid ense?aba al mundo atenuando su impacto, amortiguando su destrucci¨®n, sali¨® del mar con su mutaci¨®n a cuestas. Godzilla ya est¨¢ suelto y sin control. Godzilla no sabe pisar el campo sin dejar un agujero. Ni golpear una pelota sin hacer temblar una porter¨ªa. El franc¨¦s ha llegado a casa. Y est¨¢ c¨®modo.
Alejado kil¨®metros, f¨ªsicos y sentimentales, de los partidos de la Liga, donde el arbitraje no consiste en pitar, sino en alertar al VAR cuando interesa, el Madrid se dispuso a continuar una racha apenas perceptible por los esc¨¢ndalos. Y es que el Real, digamos sorprendentemente, est¨¢ jugando bien: muy bien. Las cabezas nucleares del ataque est¨¢n sacrific¨¢ndose en defensa (si lo hubieran hecho desde el principio algunos problemas se hubieran ahorrado) y arriba la mecha cada vez es m¨¢s r¨¢pida: el bal¨®n vuela, los delanteros no aterrizan, ni siquiera se entiende lo que dicen en ingl¨¦s los jugadores, incluso los brasile?os. Quiz¨¢ sea esta la Champions del Madrid del fuck off, signifique eso lo que signifique, tanto el Madrid como el fuck off.
Lo que s¨ª ha sido, esta eliminatoria, es la demostraci¨®n de que este equipo est¨¢ por encima de tantas cosas que a veces da miedo asomarse a ¨¦l, como cuando uno roza con los dedos un agujero negro. Sin defensa titular, apaleado en Arabia, vacilado en Espa?a, el Madrid ha cogido al City de Guardiola y le ha pasado la mano por la cara, en Inglaterra y en Espa?a, con una indiferencia mortal, como si se hubiese tropezado con alguien de quien no repara el nombre. Y a¨²n estamos jugando en manga larga.
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