?Qui¨¦n cuidar¨¢ de nosotros cuando seamos viejos?
-La demanda de atenci¨®n aumentar¨¢ un 50% hasta 2050.-El trabajo no remunerado equivale al 53% del PIB
Cinco a?os de estudio intenso por parte de un equipo de investigaci¨®n social dejan un interrogante abrumador: ?qui¨¦n cuidar¨¢ en el futuro de los ciudadanos dependientes, cuyo n¨²mero no cesar¨¢ de aumentar por la creciente la longevidad? La demanda de cuidados en Espa?a crecer¨¢ un 50% de aqu¨ª a 2050, cuando la atenci¨®n a las personas dependientes requerir¨¢ casi la mitad de las atenciones -ahora requieren una cuarta parte-.
La respuesta es un fuenteovejuna en el que deber¨¢n intervenir las familias -como ahora, aunque con un reparto m¨¢s equitativo entre hombres y mujeres-, el Estado, el mercado y el voluntariado. La Ley de Dependencia no ha dado los frutos esperados, su aplicaci¨®n est¨¢ amenazada por la crisis, y, adem¨¢s, las mujeres, responsables del 80% de los cuidados que requieren los grandes dependientes, est¨¢n cada vez menos por la labor: su incorporaci¨®n al mercado laboral les resta tiempo para el trabajo no remunerado, ese "gigante escondido" de la econom¨ªa que no se computa pero que equivale al 53% del PIB espa?ol.
Son las l¨ªneas del estudio El trabajo no remunerado en la econom¨ªa global, comandado por la catedr¨¢tica de sociolog¨ªa econ¨®mica y profesora del CSIC Mar¨ªa ?ngeles Dur¨¢n con el apoyo de la Fundaci¨®n BBVA. Esta ma?ana se present¨® el avance del trabajo, a¨²n sin publicar. Cuantifica que ese tipo de tareas sin sueldo que incluyen el cuidado propio y sobre todo el ajeno (atenci¨®n a ni?os y mayores, especialmente) y del que son protagonistas sobre todo las ciudadanas. Aunque en los tiempos de bonanza se ha registrado un cierto trasvase al Estado (atenci¨®n p¨²blica de ni?os y mayores) y al mercado (guarder¨ªas, geri¨¢tricos...), esta situaci¨®n "se revierte con la crisis", seg¨²n explic¨® Dur¨¢n.
El estudio busca anticiparse a los problemas de atenci¨®n que se avecinan tanto en Espa?a -donde recae sobre todo en las familias, frente a otros modelos en los que priman los servicios sociales, por ejemplo- como en el resto de un mundo cada vez m¨¢s envejecido, tal como prev¨¦n las proyecciones de poblaci¨®n de Naciones Unidas. "Cambiar¨¢ la cantidad y el tipo de cuidados que habr¨¢ que ofrecer. Ahora se encargan sobre todo las mujeres, pero ya no est¨¢n por la labor. Se impone un modelo de reparto m¨¢s igualitario", se?al¨® Dur¨¢n, que centr¨® su intervenci¨®n en la situaci¨®n espa?ola.
Dado que en los pr¨®ximos a?os habr¨¢ muchas menos ciudadanas disponibles para hacerse cargo de los cuidados, ser¨ªa preciso cambiar la oferta de servicios en el mercado (contrataci¨®n de cuidadores, por ejemplo) y la oferta de servicios p¨²blicos, lo que entra?ar¨ªa una eventual "reestructuraci¨®n fiscal". Tambi¨¦n queda abierta la v¨ªa de tirar del "ahorro de toda la vida", es decir, la vivienda, para sufragar los cuidados, y la de importar mano de obra para hacerse cargo de estas tareas. Pero son v¨ªas que se agotan, seg¨²n Dur¨¢n.
Otra hip¨®tesis que se abre para solventar la situaci¨®n es rebajar la calidad o cantidad del cuidado (un "harakiri demogr¨¢fico", ya que pasa por reducir la natalidad, tal como se ha venido haciendo). Cuestiones no deseables, en suma, seg¨²n Dur¨¢n. De ah¨ª que apueste por un "reparto m¨¢s equitativo" de las tareas de cuidado, que deben incluir en mayor medida a los j¨®venes y, en general a los hombres. "El gran reto est¨¢ en la participaci¨®n de los varones, porque el reparto del trabajo no remunerado es extraordinariamente desigual", se?al¨®.
"Tenemos por delante un desaf¨ªo tan grande que hay que intentar todas las soluciones", plante¨® la catedr¨¢tica y profesora del CSIC. El mercado deber¨¢ ofrecer servicios m¨¢s eficaces y asequibles -en general requieren m¨¢s atenciones quienes menos pueden pagarlas- y quiz¨¢ los ciudadanos deban replantarse su resistencia a pagar impuestos, porque el modelo actual se dibuja como insostenible.
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