El Gobierno quiere dejar v¨ªa libre a las fusiones entre universidades
Educaci¨®n ultima la regulaci¨®n de las integraciones, cuyos requisitos decidir¨¢n las autonom¨ªas El objetivo es optimizar recursos y aumentar el atractivo
El debate sobre si hay demasiadas universidades p¨²blicas en Espa?a (50, a las que se suman otras 28 privadas) o si el problema es que son muy parecidas (casi todas ofrecen casi de todo) ha sido permanente en los ¨²ltimos a?os. Sobre el discurso del Gobierno -los campus deben especializarse e iniciar proyectos de colaboraci¨®n entre ellos-, siempre ha sobrevolado la idea de llegar a fusionar universidades. As¨ª ha ocurrido en numerosos pa¨ªses europeos como Francia, Finlandia o Dinamarca.
?As¨ª que ahora, el Ministerio de Educaci¨®n quiere dejar sentada la legislaci¨®n para que, entre otras cosas, esas fusiones puedan ocurrir. Lo hace en el proyecto de real decreto que fija los requisitos b¨¢sicos para la creaci¨®n y funcionamiento de las universidades. En ¨¦l tambi¨¦n ha introducido alg¨²n punto del estatuto del docente universitario, cuya pol¨¦mica tramitaci¨®n hace casi imposible aprobarlo antes de las pr¨®ximas elecciones generales del 20 de noviembre. Educaci¨®n, dice, intentar¨¢ sacar adelante tanto uno como otro proyecto, pero reconoce que el tiempo es muy justo.
Sin mucho detalle, el texto, que se en enviar¨¢ en breve al Consejo de Estado, da sustento legal a las fusiones entre universidades, cuyo objetivo es aprovechar mejor los recursos en un contexto de crisis recortes, adem¨¢s, que est¨¢ ahogando econ¨®micamente a algunas universidades. Pero tambi¨¦n lo es competir con m¨¢s fuerza con campus de todo el mundo, siempre con los famosos ranking internacionales en la cabeza, que dejan a Espa?a sin representaci¨®n alguna en los 100 primeros puestos. Ser¨¢n las comunidades (una, si las universidades est¨¢n en la misma autonom¨ªa, m¨¢s, si est¨¢n en varias) las que establecer¨¢n los requisitos concretos de la fusi¨®n ("las especificidades", dice el texto). Estas nuevas universidades fusionadas podr¨¢n crear nuevas estructuras de gobierno y se podr¨¢n establecer mecanismos de financiaci¨®n para apoyarlos.
Las propuestas
Fusiones. Varias universidades podr¨¢n fusionarse voluntariamente. La comunidad aut¨®noma dir¨¢ c¨®mo.
Control. Las universidades p¨²blicas y privadas tendr¨¢n que someterse a evaluaciones cada cinco a?os. Si una universidad no cumple los criterios m¨ªnimos, se le dar¨¢n dos para arreglarlo. Si se sigue sin cumplirlos, se le revocar¨¢ el reconocimiento como universidad. El coste del examen correr¨¢ a cargo de los campus.
Colaboraci¨®n. "Las universidades p¨²blicas podr¨¢n establecer convenios de colaboraci¨®n o proyectos conjuntos que impliquen movilidad de su personal docente e investigador".
Unidades conjuntas. Se podr¨¢n crear departamentos interuniversitarios para lograr "el m¨¢ximo rendimiento de los recursos docentes". Tambi¨¦n se podr¨¢n crear institutos de investigaci¨®n entre varias universidades y otras instituciones.
El pasado lunes, una comisi¨®n de expertos internacionales que examin¨® la estrategia del Gobierno para las universidades recomend¨®, entre otras cosas, la fusi¨®n de algunas de ellas, y tambi¨¦n con organismos de investigaci¨®n. El ministro de Educaci¨®n dej¨® claro que estas ser¨ªan, en todo caso, voluntarias. Tambi¨¦n lo dice el borrador. El informe recomienda que esas integraciones se hagan sobre todo, aunque no ¨²nicamente, en el marco del programa Campus de Excelencia, que ha repartido fondos extraordinarios en los ¨²ltimos dos a?os a las iniciativas universitarias m¨¢s competitivas. Muchos de ellos son proyectos en los que colaboran varias universidades, organismos de investigaci¨®n, hospitales y empresas. Algunos expertos se?alan el camino de las fusiones como muy beneficioso mientras otros dicen que ser¨ªa mejor quedarse en otros tipos de colaboraciones, como la oferta conjunta de m¨¢steres y doctorados o proyectos de investigaci¨®n. El borrador de real decreto tambi¨¦n da m¨¢s cobertura a estas posibilidades. Por ejemplo, facilita la creaci¨®n de institutos de investigaci¨®n y de escuelas conjuntas de posgrado, as¨ª como el intercambio de profesores e investigadores entre unos y otros.
Esos intercambios estaban reflejados en el frustrado (o casi) estatuto del docente universitario. Tambi¨¦n un punto que se ha calcado literalmente en el decreto de creaci¨®n de universidades: el plan individual de dedicaci¨®n de los profesores. La universidad decidir¨¢ si cada profesional est¨¢ m¨¢s volcado a la docencia (clases, tutor¨ªas o preparaci¨®n de materiales docentes, entre otros), a la investigaci¨®n (proyectos, direcci¨®n de grupos, formaci¨®n de investigadores), a la innovaci¨®n (desarrollo de patentes, creaci¨®n de empresas de base tecnol¨®gica) o la direcci¨®n y gesti¨®n acad¨¦mica. Hasta ahora, la mayor¨ªa de los profesores tienen sus horas de clase y se organizan ellos mismos la parte investigadora. Esta era una reclamaci¨®n de algunos responsables universitarios para poder gestionar mejor sus recursos humanos, sobre todo, en los tiempos de recortes que corren. Pero los sindicatos temen que se produzcan injusticias si los responsables universitarios tienen las manos completamente libres para organizar esos planes individuales de dedicaci¨®n.
Con esta parte de reordenaci¨®n de recursos, y tambi¨¦n con el tema de las fusiones, tiene mucho que ver otra parte del decreto que permitir¨¢ la creaci¨®n de unidades docentes interuniversitarias que compartieran a los profesores. Por ejemplo, esto permitir¨ªa la creaci¨®n de un Departamento de Filolog¨ªa Espa?ola conjunto de dos universidades cercanas.
Demasiadas titulaciones
Algunos especialistas, incluido uno de los responsables educativos que estuvieron en el proceso, explican la proliferaci¨®n de universidades en Espa?a a partir de los a?os noventa como el resultado de decisiones pol¨ªticas que dejaron de lado cualquier tipo de planificaci¨®n. Otros, sin embargo, celebran esa pol¨ªtica "de proximidad" que consigui¨® la democratizaci¨®n de la ense?anza universitaria.
En cualquier caso, el resultado fue que cuando empez¨® a descender el n¨²mero de alumnos con la llegada del nuevo siglo, algunas carreras de algunas facultades empezaron a vaciarse: algunas filolog¨ªas, Humanidades, Estad¨ªstica, Matem¨¢ticas, distintas especialidades de ingenier¨ªa...
Quiz¨¢ no sobren universidades, como defienden algunos, pero desde luego hay demasiada oferta de titulaciones, a pesar de que est¨¦ volviendo a crecer con la crisis el n¨²mero de estudiantes: los propios rectores hablaron en su informe anual presentado el pasado mes de febrero de un "excedente de oferta". El discurso siempre ha sido el de la necesidad de reducir solo en unos pocos campus aquellas carreras con muy pocos estudiantes.
Pero salvo algunos intentos, no se ha logrado nada, a pesar de que la oportunidad estuvo ah¨ª, con la reforma de las carreras para adaptarlas a Bolonia. En el curso 2008-2009 las universidades ofrecieron 2.669 licenciaturas y diplomaturas (las mismas carreras muchas veces repetidas), y el curso pasado fueron 2.338 grados y 2.429 m¨¢steres oficiales.
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