Nadie se responsabiliza de Iv¨¢n
Canarias deja en la calle a un discapacitado tutelado al cumplir los 18 A Las autoridades admiten que hay que revisar la protecci¨®n de menores
Cuando cumpli¨® 18 a?os pudo salir a la calle definitivamente. Despu¨¦s de pasar media vida en centros de menores, Iv¨¢n L. B. pernoct¨® fuera de una instituci¨®n de acogida. Podr¨ªa haber sido una buena noticia. Pero Iv¨¢n, que tiene un 40% de discapacidad intelectual, ahora duerme habitualmente en un parque. No tiene a nadie y nadie se hizo cargo de ¨¦l al salir del ¨²ltimo centro, en la Playa de las Canteras (Las Palmas de Gran Canaria). Picotea la vida callejera, y los brotes psic¨®ticos que sufre hacen que de vez en cuando tenga ser atendido en el hospital m¨¢s cercano.
Iv¨¢n cumpli¨® 18 a?os los primeros d¨ªas de mayo. Poco despu¨¦s, el joven, que llevaba viviendo en centros de menores desde que a los cinco a?os las autoridades les retiraran la custodia a sus padres, hab¨ªa cambiado de isla. Solo unos d¨ªas antes de su cumplea?os, el 27 de abril, el Gobierno de Canarias interpuso una demanda para que un juzgado dictaminara si la incapacidad de Iv¨¢n le imped¨ªa valerse por s¨ª mismo y para que las autoridades asumieran su tutela. As¨ª, el joven habr¨ªa sido trasladado a un centro adaptado. Sin embargo, este tipo de procedimientos tardan, seg¨²n fuentes judiciales, como m¨ªnimo seis meses. Por lo que Iv¨¢n, a pesar de su estado, est¨¢ desde mayo en la calle.
Ya en Tenerife cuenta que merode¨® las asambleas del 15-M. O m¨¢s bien, el 15-M se plant¨® donde ¨¦l dorm¨ªa. Una gran familia se instal¨® en su nueva casa, la calle. Particip¨® e incluso tom¨® el meg¨¢fono. De hecho, uno de sus miembros traslad¨® a Iv¨¢n a urgencias cuando uno de sus brotes le impidi¨® continuar durmiendo a la intemperie.
Hace unos d¨ªas se instal¨® en el parque de San Telmo, en Las Palmas de Gran Canaria. Cuenta su vida al que le pregunte. No tiene problema. Se sienta con uno y con otro. Camina, corre. Pero no sonr¨ªe mucho. Todo el que se ha preocupado por ¨¦l ha sido informado de primera mano. Aunque, seg¨²n dice, no todo el mundo le mira.
Iv¨¢n confirma que sus coqueteos con la vida de la calle empezaron cuando a¨²n estaba de centro en centro ?solo en los ¨²ltimos cinco a?os pas¨® por seis? y no hab¨ªa cumplido la mayor¨ªa de edad. As¨ª consta tambi¨¦n en su expediente. Con 18 a?os, la Administraci¨®n le empuj¨® definitivamente a la carretera. "Aqu¨ª me busco la vida. Hago lo que puedo, lo que s¨¦", aclara el joven.
El de Iv¨¢n no es un caso aislado. Hace semanas un juez orden¨® a un centro de Las Palmas que acogiera a V. G. M., otro joven discapacitado que al cumplir la mayor¨ªa de edad hab¨ªa tenido que abandonar la instituci¨®n en la que viv¨ªa. El chico, con un 54% de discapacidad mental, llevaba institucionalizado desde los cuatro a?os. En ese caso, la demanda de las autoridades canarias tambi¨¦n lleg¨® tarde y el joven tuvo que saltar de un centro a otro hasta que el juzgado de guardia dict¨® que deb¨ªa ser acogido.
Jos¨¦ Moreno,
director general del Menor del Gobierno canario, reconoce que hay que modificar el sistema para evitar situaciones como las de estos j¨®venes. "Hay que cambiar, porque las competencias est¨¢n muy divididas entre administraciones y hay momentos vitales que no est¨¢n protocolarizados", dice Moreno, que lleva 104 d¨ªas en el cargo. Momentos como qu¨¦ ocurre cuando un joven discapacitado sin red familiar cumple 18 a?os.
"Los juzgados podr¨ªan resolver, si quisieran, la situaci¨®n en 24 horas", dice Moreno. Pero solo si act¨²a un juzgado de guardia, como le ocurri¨® a V. G. M., donde el juez cubre las lagunas administrativas. "Siempre intentamos que se solvente en el menor tiempo posible", argumenta el director general del Menor.
Saltando Charcos es una asociaci¨®n de Burgos que trabaja la inserci¨®n laboral de los j¨®venes que han estado institucionalizados durante un largo tiempo. Luis ?scar Caballero, uno de sus responsables y un referente en esta materia, asegura que la ley es ambigua en temas de protecci¨®n. "Vincula el esfuerzo de la Administraci¨®n hacia los j¨®venes con el comportamiento que hayan tenido mientras estuvieron institucionalizados. La Administraci¨®n se mueve m¨¢s y m¨¢s r¨¢pido por unos que por otros", analiza.
?Qu¨¦ unos y qu¨¦ otros? "El hecho de institucionalizar a un joven durante m¨¢s de cinco a?os le resta sensibilidades afectivas", asegura Caballero. "Eso trastorna su comportamiento", dice. Y tras el trastorno llega el castigo. "Empezamos a pensar que la Administraci¨®n ralentiza tr¨¢mites que podr¨ªa hacer con tiempo para quitarse de encima j¨®venes problem¨¢ticos", abunda.
Como en el caso de Iv¨¢n L. B. Por eso, Caballero insiste en que hay que trabajar m¨¢s en la prevenci¨®n e insta a las autoridades a "plantear m¨¦todos, no castigos".
En el caso de Iv¨¢n no hay ni contexto familiar, ni vital. La ma?ana del pasado jueves el joven ya no estaba en el parque de San Telmo. Tampoco el viernes. Seg¨²n fuentes sanitarias, en los ¨²ltimos d¨ªas ha sido examinado por un m¨¦dico en la provincia de Las Palmas. La Administraci¨®n no sabe donde est¨¢. ?Qui¨¦n lo sabe? Probablemente nadie.
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