¡®La part¨ªcula de Dios¡¯: un mote que no gusta
Los f¨ªsicos de part¨ªculas y los cosm¨®logos son, en general, gente con buen humor que disfruta buscando ¨Cy aceptando- nombres pegadizos para sus abstractos trabajos y descubrimientos. Ah¨ª est¨¢ el Big Bang, que se le ocurri¨® a un cient¨ªfico (Fred Hoyle) para criticar la teor¨ªa de la expansi¨®n del universo cuando daba sus primeros pasos. Era un apodo bueno y encajaba m¨¢s o menos bien en la idea, as¨ª que lo que naci¨® como una ridiculizaci¨®n sobre una gran explosi¨®n que originase el cosmos, se adopt¨® con gusto para denominar algo que t¨¦cnicamente ser¨ªa ¡°modelo est¨¢ndar de evoluci¨®n del universo en expansi¨®n a partir de una singularidad inicial¡±. Tambi¨¦n los agujeros negros valen, al fin y al cabo son un pozo gravitatorio del que no sale ni la luz, por tanto, negro. O la energ¨ªa oscura, que efectivamente no emite ni absorbe radiaci¨®n alguna.
Pero que la part¨ªcula de Higgs, que ahora est¨¢ tan de moda, se quiera llamar part¨ªcula divina o part¨ªcula de Dios, es algo que no cuaja ni se acepta entre los cient¨ªficos. No la usan ni siquiera las instituciones como el CERN, a la hora de divulgar sus investigaciones, mucho menos la emplean los f¨ªsicos en art¨ªculos, conferencias? o en charlas (siempre puede haber alguna rara excepci¨®n, por supuesto). Sencillamente se ve como un mote molesto que no aporta nada, por pegadizo que pueda parecer.
Surgi¨® como t¨ªtulo de un libro del divulgaci¨®n, La Part¨ªcula de Dios (1994), de Le¨®n Lederman, Premio Nobel de F¨ªsica estadounidense; un libro excelente, por cierto, que no habla de dios en absoluto, sino de la f¨ªsica de part¨ªculas y la dif¨ªcil b¨²squeda de la part¨ªcula de Higgs. El mismo Lederman reconoc¨ªa que no le gustaba ese t¨ªtulo de su libro, pero que su editor cre¨ªa que servir¨ªa para aumentar las ventas. S¨ª, tuvo raz¨®n el editor y el nombre result¨® pegadizo, pero solo para la prensa.
La ciencia no se mezcla con los asuntos divinos. Pero adem¨¢s, ese mote no aclara nada, no ayuda a la divulgaci¨®n o a la aproximaci¨®n coloquial de la idea, como el Big Bang, los agujeros negros o la materia oscura, porque no corresponde a ning¨²n concepto de f¨ªsica. La divinidad no evoca ninguna idea que ayude a comprender qu¨¦ significa la part¨ªcula de Higgs, ni ¨¦sta culmina en absoluto la f¨ªsica, puesto que hay mucho que investigar tras de ella.
Es curioso que ni siquiera el laboratorio Fermilab, en EEUU, del que el propio Lederman fue director, haya utilizado el apodo divino en su comunicado sobre los recientes avances de la investigaci¨®n en el CERN.
Encima, en Espa?a, a veces se ha confundido a Lederman con Sheldon Lee Glashow, tambi¨¦n Premio Nobel de F¨ªsica estadounidense, se?alando a este ¨²ltimo como autor de aquel libro La part¨ªcula de dios. A Glashow le desagrada tanto como a sus colegas que se utilice ese nombre y precisamente se?alaba la semana pasada en Madrid, aludiendo al abuso que muchos medios de comunicaci¨®n han hecho de ¨¦l, que en la comunidad cient¨ªfica ¡°a nadie le gusta, nadie lo usa¡±.
La ciencia es suficientemente divertida e interesante, no precisa falsos ganchos facilones para suscitar la curiosidad de la gente.
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