?Debe haber un ministerio de ciencia?
El nuevo Gobierno elimina el Departamento y lleva el ¨¢rea a la ¨®rbita de Econom¨ªa Los expertos urgen a la creaci¨®n de la agencia de investigaci¨®n
La ciencia espa?ola inicia, con el Gobierno de Mariano Rajoy, una nueva ruta: no tiene ministerio espec¨ªfico ni pasa a formar parte de Educaci¨®n, departamento que tradicionalmente ha tenido las competencias de la pol¨ªtica cient¨ªfica espa?ola. Ahora, la responsabilidad recae en una de las tres secretar¨ªas de Estado del nuevo Ministerio de Econom¨ªa y Competitividad, que dirige Luis de Guindos, pero sin reflejar la ciencia, la investigaci¨®n o la I+D en el t¨ªtulo de la cartera. ?Qu¨¦ significa el cambio?
Para algunos expertos, este modelo no tiene por qu¨¦ ser un inconveniente para el sistema cient¨ªfico e, incluso, podr¨ªa tener la ventaja de estar en un departamento econ¨®mico poderoso y m¨¢s cerca de la financiaci¨®n. Pero a nadie se le escapa el riesgo que corre la ciencia b¨¢sica de quedar un poco arrinconada si se va a impulsar una orientaci¨®n m¨¢s comercial de la investigaci¨®n.
¡°La verdad es que Econom¨ªa y Competitividad evoca a innovaci¨®n, pero lo m¨¢s importante es que no haya un par¨®n y que se ponga en marcha la Agencia Estatal de Investigaci¨®n¡±, afirma Carlos Andradas, presidente de la Confederaci¨®n de Sociedades Cient¨ªficas de Espa?a (Cosce). ¡°Sab¨ªamos que era dif¨ªcil que se mantuviera el ministerio, pero esper¨¢bamos que la ciencia apareciera reflejada en el nombre de alg¨²n nuevo departamento, que cualquier ciudadano supiera d¨®nde estaba integrada la investigaci¨®n cient¨ªfica y que viera que ten¨ªa un papel importante en el Gobierno¡±, se?ala este catedr¨¢tico de ¨¢lgebra de la Universidad Complutense.
¡°La ciencia no es un negocio y tiene su propia din¨¢mica¡±, dice un ex alto cargo
Desde luego, la ausencia expl¨ªcita de la I+D en la denominaci¨®n de los ministerios del nuevo Gobierno ha causado estupor e inquietud, alimentando el ambiente de incertidumbre suscitado antes por la ausencia de cualquier referencia la ciencia en el discurso de investidura de Rajoy.
Pero varios expertos consultados consideran que ahora lo esencial es que la nueva Secretar¨ªa de Estado de Investigaci¨®n, Desarrollo e Innovaci¨®n tenga el peso, la capacidad y la estructura necesaria para afrontar los retos urgentes y para resolver las carencias que tiene el sistema cient¨ªfico espa?ol. Hay que crear la agencia, desarrollar la nueva Ley de la Ciencia, la Tecnolog¨ªa y la Innovaci¨®n y dise?ar el nuevo Plan Nacional de I+D+i. No hay que olvidar, adem¨¢s, ¡°la necesidad de poner remedio urgente a la lamentable situaci¨®n presupuestaria en la que el Gobierno saliente ha dejado a los organismos p¨²blicos de investigaci¨®n (OPI), como el CSIC, el Ciemat, etc¨¦tera¡±, recalca Luis Sanz Men¨¦ndez, director del Instituto de Pol¨ªticas P¨²blicas del CSIC y presidente del Comit¨¦ de Pol¨ªtica Cient¨ªfica y Tecnol¨®gica de la OCDE.
Lo esencial es que la secretar¨ªa de Estado tenga peso y estructura
El Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n, dirigido por Cristina Garmendia, se cierra con tareas incumplidas. Sac¨® adelante este a?o (con la aprobaci¨®n del PP) la nueva ley, pero su desarrollo, sobre todo la agencia, no se ha hecho realidad y ahora depende de De Guindos su puesta en marcha. Tampoco ha preparado el nuevo Plan Nacional de I+D+i, limit¨¢ndose a extender un a?o m¨¢s el plan vigente, 2008-2011.
En el ¨²ltimo momento, Ciencia e Innovaci¨®n no ha cursado la esperada convocatoria de proyectos del Plan Nacional de I+D+i, dejando a la espera a miles de cient¨ªficos que conf¨ªan en que los nuevos responsables de Econom¨ªa y Competitividad aprueben lo antes posible este elemento considerado eje central de la estructura cient¨ªfica espa?ola. Amaya Moro-Mart¨ªn, investigadora del programa Ram¨®n y Cajal e impulsora de la Plataforma por una investigaci¨®n digna, hace tambi¨¦n hincapi¨¦ en los problemas e incertidumbres que plagan la labor de los j¨®venes cient¨ªficos pendientes de convocatorias, nuevos contratos, plazas de investigaci¨®n congeladas, etc¨¦tera,
¡°La nueva orientaci¨®n, muy vinculada a econom¨ªa y a la aplicaci¨®n industrial de la ciencia... No me parece mal, pero hay un riesgo: que quede relegada la investigaci¨®n b¨¢sica, la formaci¨®n de investigadores y la excelencia cient¨ªfica. La ciencia no es un negocio y tiene su propia din¨¢mica¡±, se?ala Miguel Angel Quintanilla, director del Instituto de Ciencia y Tecnolog¨ªa (Universidad de Salamanca) y ex secretario de Estado de Investigaci¨®n (2006-2008) que prepar¨® el actual Plan Nacional de I+D+i.
Moro-Mart¨ªn reconoce su preocupaci¨®n ante la situaci¨®n actual. ¡°Estamos alarmados por el hecho de que ni ciencia ni investigaci¨®n aparezcan en el nombre de ninguno de los ministerios¡±, dice. ¡°La mayor¨ªa de los pa¨ªses que est¨¢n por encima de Espa?a en los ranking cient¨ªficos, como Jap¨®n, Alemania, Reino Unido, Francia, Holanda o Suecia, coinciden en gestionar ciencia y universidades de forma conjunta bajo ministerios especializados, y el hecho de relegar la ciencia a una secretar¨ªa de Estado bajo el Ministerio de Econom¨ªa y Competitividad indica que el Gobierno ha hecho un an¨¢lisis err¨®neo de c¨®mo la investigaci¨®n cient¨ªfica puede ayudar a cambiar el modelo productivo¡±. Moro-Mar¨ªn es tajante en su valoraci¨®n: ¡°No se puede prescindir de la ciencia b¨¢sica, no hay atajos, no hay ciencia aplicada, sino aplicaci¨®n de la ciencia¡±.
Tambi¨¦n Quintanilla recuerda que la excelencia cient¨ªfica es imprescindible y que no se traduce directamente en potencia innovadora, pero que ¡°para que haya potencia innovadora es imprescindible, entre otros componentes, la investigaci¨®n b¨¢sica¡±, a?ade.
Lo esencial es que la secretar¨ªa de Estado tenga peso y estructura
El nuevo esquema ministerial con la ciencia adscrita a departamentos econ¨®micos no es una novedad desde el punto de vista internacional, y ni siquiera en Espa?a, donde se sigue en algunas comunidades aut¨®nomas como Andaluc¨ªa y Catalu?a, puntualiza Sanz. ¡°En Catalu?a¡±, recalca Sanz Men¨¦ndez, ¡°investigaci¨®n y universidades est¨¢n juntas con Econom¨ªa y Hacienda¡±. Al frente dicha Consejer¨ªa de Econom¨ªa y Conocimiento est¨¢ Andreu Mas-Colell, reconocido experto en pol¨ªtica cient¨ªfica.
Seg¨²n Pere Puigdomenech, director del Centro de Investigaci¨®n de Agrogen¨®mica (CSIC-IRTA-UAB-UB), en Barcelona, es irrelevante la adscripci¨®n de la investigaci¨®n cient¨ªfica a un ministerio u otro porque hay ejemplos positivos y negativos en varios pa¨ªses europeos con diferentes estructuras de la ciencia en el aparato del Estado, se?ala, y unas han funcionado, mientras que otras han resultado fallidas.
¡°La oportunidad que tienen actualmente los responsables de la investigaci¨®n en Espa?a es excepcional: una nueva ley, un proyecto de agencia para la gesti¨®n de los fondos, una conciencia de la necesidad de reconstruir los OPI y de hacer todo ello en un marco europeo y auton¨®mico¡±, dice Puigdom¨¨nech. ¡°Ser¨ªa un error considerar la investigaci¨®n como un aspecto marginal de la actividad de Gobierno cuando deber¨ªa ser un factor esencial para el desarrollo de una econom¨ªa moderna¡±, a?ade.
El desarrollo de la Ley de la Ciencia, la Tecnolog¨ªa y la Innovaci¨®n centrar¨¢, desde luego, la labor de quien tenga la responsabilidad directa del ¨¢rea en la secretar¨ªa de Estado. Sobre todo de la agencia, ¡°que es una antigua reivindicaci¨®n de la comunidad cient¨ªfica y que se est¨¢ tardando mucho en hacer¡±, recuerda Quintanilla. No hay que olvidar que las decisiones de pol¨ªtica cient¨ªfica tienen un doble componente, a?ade, y pone un ejemplo: a la hora de decidir si se construye o no un nuevo telescopio, hay que tener en cuenta los aspectos econ¨®micos, la oportunidad y la disponibilidad de fondos, pero el criterio acerca de si merece la pena, del inter¨¦s potencial que ofrece para investigaci¨®n, es una decisi¨®n cient¨ªfica.
El peligro es relegar la investigaci¨®n b¨¢sica en favor de la m¨¢s comercial
Joan Guinovar, director del Instituto de Investigaci¨®n Biom¨¦dica y expresidente de la Cosce, resume lo que parecen ser las aspiraciones generales de la comunidad cient¨ªfica. ¡°Pido que se cree y se ponga en marcha r¨¢pidamente la Agencia Estatal de Investigaci¨®n siguiendo el modelo del European Research Council (ERC), es decir, gestionada por cient¨ªficos, con criterios cient¨ªficos y protegida de los vaivenes pol¨ªticos. El ERC ha sido un gran ¨¦xito y ha revolucionado la ciencia en Europa y hay que aprovechar la experiencia y extenderla a Espa?a. Si se crea la agencia con estas caracter¨ªsticas, la desaparici¨®n del ministerio no ser¨ªa grave¡±.
Con la adscripci¨®n a Econom¨ªa y competitividad resulta clave la figura del secretario de Estado. Guinovart pide que sea una persona conocedora del mundo cient¨ªfico ¡°y plenamente consciente del valor de la investigaci¨®n para nuestro futuro¡±. Puigdomenech enfatiza la importancia ¡°de las personas que se nombren, de su amplitud de miras, de la inteligencia y ambici¨®n con que se aborden los temas y del apoyo pol¨ªtico y econ¨®mico conque cuenten en el nuevo ministerio y en el Gobierno¡±.
Una d¨¦cada de ajetreo ministerial
La ciencia es una actividad que exige estabilidad de gesti¨®n y predictibilidad, un marco estable de trabajo, ya que la investigaci¨®n tiene sus objetivos alejados en el tiempo: uno sabe c¨®mo comenzar un proyecto y los objetivos, pero no conoce de antemano el punto de llegada. De hecho, el Plan Nacional de Ciencia tiene un alcance de cuatro a?os y los proyectos de investigaci¨®n son trienales.
Desde que arranc¨® el Plan Nacional en 1988, las competencias de investigaci¨®n estuvieron adscritas al Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia, con una Secretar¨ªa de Estado espec¨ªfica dotada de una gran independencia y autonom¨ªa de gesti¨®n. En la primera legislatura del Gobierno del Partido Popular de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, se mantuvo la misma estructura y las competencias de ciencia estaban en la cartera de Educaci¨®n, que ocuparon Esperanza Aguirre (de 1996 a 1999) y Mariano Rajoy, de 1999 a 2000. A partir de ese momento, con el arranque de la segunda legislatura de Aznar, la I+D ha sufrido un gran ajetreo ministerial:
A?o 2000. Se crea el Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa sobre la reconfiguraci¨®n del departamento de Industria y al que se a?aden las competencias de investigaci¨®n cient¨ªfica. Se encargaron de la durante aquella legislatura los ministros Ana Birul¨¦s, Josep Piqu¨¦ y Juan Costa.
A?o 2004. La ciencia regresa a Educaci¨®n con el primer Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, pero con dos ministras (Mar¨ªa Jes¨²s Sansegundo y Mercedes Cabrera) en cuatro a?os, cambiando asimismo los secretarios de Estado de Investigaci¨®n.
A?o 2008. En la segunda legislatura de Rodr¨ªguez Zapatero, se vuelve a crear el ministerio espec¨ªfico liderado por Cristina Garmendia y, esta vez, denominado Ciencia e Innovaci¨®n, incluyendo universidades. Pero esta ¨²ltima competencia desaparece con la reestructuraci¨®n ministerial de 2009. En estos tres a?os y medio hay otros dos secretarios de Estado: Carlos Mart¨ªnez y Felipe P¨¦triz.
Ahora, la pol¨ªtica cient¨ªfica hace de nuevo el petate y se traslada a otro departamento, el de Econom¨ªa y Competitividad.
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