Una mente abierta
Los investigadores han recurrido al m¨¦todo de Tarkowski para obtener quimeras de un primate
El actual director del instituto de zoolog¨ªa de la Universidad de Varsovia, Andrzej Tarkowski, se gan¨® el puesto en 1961, cuando public¨® en Nature la creaci¨®n de la primera quimera de un mam¨ªfero. Agreg¨® las c¨¦lulas de dos embriones de distintos ratones y obtuvo un rat¨®n quim¨¦rico, perfectamente normal en tama?o y en todo lo dem¨¢s, pero construido con poblaciones celulares de diferentes individuos. No hab¨ªa medio rat¨®n de un origen y otro medio del otro, sino que los dos tipos de c¨¦lulas aparec¨ªan en amor y compa?¨ªa en cualquier ¨®rgano, formando parte de un todo que nunca hab¨ªan previsto. Lo mismo se ha demostrado en ratas, conejos, ovejas y vacas.
El experimento pionero de Tarkowski se ha convertido hoy en la gran prueba de estr¨¦s para c¨¦lulas madre. Solo se consideran pluripotentes (capaces de formar cualquier tejido del cuerpo) aquellos cultivos de c¨¦lulas madre que, inyectados en un embri¨®n, colaboren con ¨¦l para formar cualquier tejido del cuerpo, como en las quimeras de Tarkowski. El problema es que ninguna l¨ªnea humana de c¨¦lulas madre ha superado ese test hasta ahora. Tampoco se ha logrado con otros primates. Este fracaso ha supuesto hasta ahora un grave escollo para la aplicaci¨®n de las c¨¦lulas madre a la medicina. El experimento de Oreg¨®n no despeja el obst¨¢culo, pero s¨ª revela c¨®mo salt¨¢rselo. Y no es tan dif¨ªcil, en realidad. La t¨¦cnica moderna para hacer quimeras es inyectar las c¨¦lulas madre de un cultivo en la zona apropiada de un embri¨®n. Y a los investigadores de Oreg¨®n les ha bastado volver al m¨¦todo m¨¢s arcaico de Tarkowski ¡ªmezclar c¨¦lulas de varios embriones en masa, por as¨ª decir¡ª para obtener quimeras de un primate. Hasta media docena de monos han llegado a contribuir al cuerpo de uno solo por este m¨¦todo.
La buena noticia es que las c¨¦lulas madre de los primates s¨ª son pluripotentes, despu¨¦s de todo. La mala es que solo parecen serlo cuando se extraen directamente de los embriones, y no cuando ya est¨¢n propagadas en cultivos de laboratorio. Esto reducir¨ªa la utilidad de los cientos de l¨ªneas de c¨¦lulas madre humanas ya establecidos. Pero saber algo siempre es mejor que ignorarlo.
Desde hace unos a?os, las estrellas de la investigaci¨®n en medicina regenerativa no son las c¨¦lulas madre embrionarias, sino las llamadas iPS (c¨¦lulas madre de pluripotencia inducida), que se obtienen retrasando el reloj de simples c¨¦lulas de la piel o el cabello para que recuperen su condici¨®n de c¨¦lulas madre. Tienen la gran virtud de ser gen¨¦ticamente id¨¦nticas a la persona que puso la piel. Pero ni las iPS existir¨ªan sin las c¨¦lulas madre embrionarias, ni progresar¨¢n hacia la aplicaci¨®n cl¨ªnica mientras no lo hagan estas. La receta del ¨¦xito es mantener una mente abierta.
Del blog Simetr¨ªas.
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