¡°Yo vi todo el plan aniquilador de Hitler para los jud¨ªos¡±
Georges Loinger, el ¡®pasador de ni?os¡¯, evacu¨® a 350 peque?os a Suiza y los salv¨® del nazismo
A sus 101 a?os, Georges Loinger sigue aceptando todas las invitaciones para dar testimonio de los horrores causados por Adolf Hitler y su r¨¦gimen de terror. Acaba de llegar en avi¨®n desde Par¨ªs a Madrid para participar en un seminario organizado por Sefarad-Israel coincidiendo con el D¨ªa de la Memoria del Holocausto, que ayer se conmemor¨® en Madrid. Loinger tiene energ¨ªa suficiente para dar una conferencia en la Residencia de Estudiantes y atender a los periodistas. A la hora de la cena se le nota cansado. Inicialmente, no tiene demasiadas ganas de comer. Pero m¨¢s tarde se animar¨¢ a dar cuenta de la crema de calabaza y de la pechuga de pavo del men¨². Solo bebe agua.
¡°Estoy aqu¨ª porque quiero recordar a las generaciones futuras el plan aniquilador de los jud¨ªos trazado por Hitler. Yo lo vi todo¡±, cuenta cuando se le pregunta qu¨¦ le mueve a hacer el esfuerzo que supone un viaje para un hombre con m¨¢s de un siglo de vida.
Loinger organiz¨® en 1942 una red de la Organizaci¨®n de Ayuda a Ni?os (OSE, en franc¨¦s) para evacuar a menores jud¨ªos a Suiza, ante el peligro que supon¨ªa la persecuci¨®n desatada por el r¨¦gimen nazi en Francia. Para esas fechas, ya se intu¨ªa cu¨¢l era el destino de los trenes que part¨ªan de Drancy: los campos de exterminio.
La direcci¨®n de la OSE encarg¨® a Loinger la creaci¨®n de un entramado para el paso de ni?os desde Francia a Suiza, con base de operaciones en Annemasse. La organizaci¨®n ide¨® una ingeniosa estratagema: Loinger llevaba a los chiquillos a jugar al f¨²tbol junto a la frontera franco-suiza y, cuando la pelota ca¨ªa en territorio helv¨¦tico, el ni?o corr¨ªa tras ella... y ya se quedaba all¨ª. Estaba salvado. El ardid funcion¨® porque las patrullas de vigilancia estaban formadas por soldados italianos, aliados de Hitler, que no pon¨ªan gran empe?o en la tarea, seg¨²n recuerda Loinger. En esas labores era ayudado por su primo Marcel Mangel, quien con el correr de los a?os se convertir¨ªa en el c¨¦lebre mimo conocido como Marcel Marceau.
Un oficial puso una pistola en la cabeza de mi hijo menor y me advirti¨®: ¡®Si te mueves, mato al ni?o¡±, rememora este centenario
Loinger logr¨® poner a salvo personalmente a 350 de los 1.000 ni?os que evacu¨® la trama montada por ¨¦l. ¡°El peor recuerdo de aquella ¨¦poca est¨¢ ligado precisamente a mi propia vida. Cuando iba a pasar a mi esposa y a mis dos hijos, apareci¨® una patrulla alemana. Un oficial puso una pistola en la cabeza de mi hijo menor y me advirti¨®: ¡®Si te mueves, mato al ni?o¡±, rememora este centenario. Pero, aprovechando un momento de confusi¨®n, consiguieron ponerse a salvo y cruzar horas despu¨¦s a Suiza. ¡°No supe nada de mi familia, que estaba en Ginebra, hasta seis meses despu¨¦s¡±, a?ade.
El antiguo pasador de ni?os ser¨ªa m¨¢s tarde, durante 25 a?os, director de la Compa?¨ªa de Navegaci¨®n Israel¨ª en Par¨ªs. Hoy preside la Asociaci¨®n de Veteranos de la Resistencia Jud¨ªa en Francia.
?Qu¨¦ opina del resurgir de partidos neonazis que incluso est¨¢n llegando al poder en Europa? ¡°Suponen una minor¨ªa¡±, asevera. ¡°Lo esencial es que Alemania y Francia, los pa¨ªses m¨¢s fuertes, garantizan la estabilidad y nos protegen de ese peligro. Alemania, que tuvo el accidente de Hitler, es una de las grandes culturas del mundo¡±. Este ¡°ardiente europe¨ªsta¡± afirma que no le da miedo el florecer de estos grupos. ¡°Siempre habr¨¢ gente que odie a los jud¨ªos¡±, concluye.
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