Coto a las especies invasoras
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente considera que las invasiones biol¨®gicas son la segunda causa de degradaci¨®n de los ecosistemas. La liberaci¨®n, accidental o voluntaria, y posterior expansi¨®n de especies for¨¢neas pone en serio peligro la biodiversidad de la Tierra tal y como la conocemos.
El conocimiento aportado por innumerables trabajos cient¨ªficos en la materia ha dado lugar a que la lucha contra las especies invasoras se haya trasladado a diversas normas vigentes en Espa?a desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas, que fruto de los compromisos internacionales y de la creciente problem¨¢tica ha desembocado en la aprobaci¨®n del Real Decreto de Especies Ex¨®ticas Invasoras el pasado oto?o.
Aun siendo muy mejorable, este Real Decreto es un avance para afrontar un problema de primer nivel, de muy dif¨ªcil control en muchos casos y que causa importante da?os no s¨®lo ambientales, sino tambi¨¦n econ¨®micos y sanitarios. Supone el primer intento serio de poner coto a la introducci¨®n y expansi¨®n de especies ex¨®ticas invasoras y de, si es posible, paliar sus perniciosos efectos, especialmente en el medio acu¨¢tico.
A pesar de la certeza cient¨ªfica del da?o que causan y del reconocimiento legal del problema, est¨¢n surgiendo voces que piden la derogaci¨®n del Real Decreto por afectar a determinadas actividades que se benefician del comercio o la extracci¨®n de algunas especies ex¨®ticas con reconocido car¨¢cter invasor. Es el caso del siluro, el black-bass, el lucioperca, la trucha arco-iris, la carpa, el hucho, los cangrejos ex¨®ticos, el lucio, el alburno, las variedades ex¨®ticas de trucha com¨²n y esturi¨®n, el arrui, el mufl¨®n, el vis¨®n americano, el mapache o el jacinto de agua, entre otras. No es de recibo que los sectores de la acuicultura, de la pesca y la caza intensivas o de las tiendas de animales quieran imponer un modelo de negocio basado en la explotaci¨®n de especies ex¨®ticas que causan graves problemas al medio ambiente y a otras fuentes sostenibles de actividad econ¨®mica, m¨¢xime cuando hay alternativas y se pueden dar plazos para una transformaci¨®n racional de estas actividades.
Entendemos que a pesar de sus deficiencias, el Real Decreto de Especies Invasoras es un buen comienzo para atajar los perjuicios provocados por estas especies. Por tanto, solicitamos a los responsables p¨²blicos que redoblen sus esfuerzos para exigir el cumplimiento de esta norma y para ampliar su objeto de aplicaci¨®n de modo progresivo, invirtiendo el dinero dilapidado en fomentar las especies ex¨®ticas en afianzar la restauraci¨®n del h¨¢bitat y la recuperaci¨®n de las especies aut¨®ctonas, muy perjudicadas por las invasiones biol¨®gicas. Entre las mejoras que debiera incorporar el Real Decreto en su desarrollo est¨¢n la del aumentar las medidas preventivas que eviten las sueltas, voluntarias o no, y la de evitar sacrificios de animales, promoviendo la captura en vivo de las especies ex¨®ticas existentes en el medio natural.
Por ¨²ltimo, recordamos que la liberaci¨®n de especies ex¨®ticas invasoras fue tipificada como delito por el C¨®digo Penal de 1995, lo que ha motivado la intervenci¨®n de la Fiscal¨ªa ambiental, y que la Ley de Responsabilidad Medioambiental de 2007 obliga a pagar por los da?os econ¨®micos que causan.
R¨ªos con Vida, Greenpeace, WWF, SEO/Birdlife, Ecologistas en Acci¨®n, Amigos de la Tierra, Unipesca, Grupo Especialista en Invasiones Biol¨®gicas, Asociaci¨®n Ib¨¦rica de Limnolog¨ªa y Sociedad Ib¨¦rica de Ictiolog¨ªa.
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