El matrimonio gay se abre paso hacia el Supremo en EE UU
Los activistas esperan una sentencia como la de 1967, que permiti¨® las bodas interraciales
El matrimonio gay se abre paso, lentamente, en el mundo occidental bajo la creciente sensaci¨®n de inevitabilidad avalada por medidas en su d¨ªa pioneras, como la de anterior Ejecutivo espa?ol, con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero a la cabeza, que legaliz¨® las uniones entre personas del mismo sexo en 2005. Pero, con leyes a favor o no, hay algo que los activistas han tenido que asumir recientemente: despu¨¦s de demandas a favor y en contra, que han llegado a las m¨¢ximas instancias judiciales, ser¨¢n los tribunales los que tengan la ¨²ltima palabra al respecto.
El Tribunal Constitucional espa?ol tiene que decidir sobre la legitimidad de estos matrimonios. Los defensores de la causa temen que el fallo judicial ponga fin a una ¨¦poca en que Espa?a se ha convertido en un pa¨ªs adelantado en ese campo, junto a Canad¨¢¡¤ o B¨¦lgica. En Estados Unidos, por el contrario, se aferran ahora a la m¨¢xima instancia judicial del pa¨ªs con la esperanza de que invalide todas las prohibiciones que pesan sobre las uniones gais.
Una larga lucha entre el legislativo y el judicial
- Seg¨²n una ley ratificada en 1996 por el entonces presidente, Bill Clinton, el Gobierno federal de Estados Unidos no reconoce los matrimonios gais. Deben ser los Estados los que los aprueben o proh¨ªban.
- En 2001, Holanda se convierte en el primer pa¨ªs en aprobar el matrimonio gay, por la v¨ªa legislativa. B¨¦lgica le sigue en 2003; y Espa?a, en 2005, fue pionero en equiparaci¨®n de derechos con cualquier matrimonio heterosexual.
- En 2004, el Tribunal Supremo del Estado norteamericano de Massachusetts (6,9 millones de habitantes) aprueba los matrimonios gais, cuando el ahora candidato republicano Mitt Romney era gobernador.
- En aquel mismo a?o, el alcalde de San Francisco, Gavin Newsom, concede licencias de matrimonio a gais por su cuenta. El Supremo estatal, sin embargo, las declar¨® inv¨¢lidas
- En 2006, Sud¨¢frica aprueba las uniones gais. Le siguen Noruega y Suecia en 2009, y Portugal, Islandia y Argentina en 2010.
- En 2009 Ciudad de M¨¦xico (8,7 millones de habitantes) legaliza el matrimonio gay. Las licencias concedidas en la capital se reconocen en el resto del pa?s.
- California aprueba, tambi¨¦n por la v?a judicial, las uniones gais en 2008. Los votantes las vetan en las urnas, dando pie a una larga batalla legal que ahora llegar¨¢ al Supremo de EE UU.
- En 2011 una mayor¨ªa?de los encuestados por la consultora Gallup en EE UU se pronuncia a favor del matrimonio homosexual.
Hoy, Christine Gregorie, la gobernadora de Washington (6,8 millones de habitantes) ha ratificado la norma que legaliza los matrimonios homosexuales en ese Estado. La semana pasada, el Congreso estatal aprob¨® la ley. Los detractores de las uniones gais ya han comenzado una campa?a para reunir las 120.577 firmas que necesitan para someter a votaci¨®n su revocaci¨®n. Si las urnas rechazan la ley, sus defensores han anunciado que esperan una larga batalla en los juzgados.
A diferencia de en Espa?a, donde fueron el Congreso y el Ejecutivo quienes aprobaron el matrimonio gay cambiando el C¨®digo Civil, en EE UU esas uniones se abrieron paso inicialmente gracias a la labor de activistas en los juzgados. De los siete Estados donde el matrimonio gay es legal, este fue aprobado en tres (Massachusetts, Connecticut y Iowa) por la v¨ªa judicial, hasta llegar al Tribunal Supremo estatal correspondiente.
Sucedi¨® del mismo modo en California (36,9 millones de habitantes), aunque luego los votantes ilegalizaron las uniones entre personas del mismo sexo en las elecciones de 2008. La semana pasada, de nuevo, un tribunal fall¨® a favor de esos matrimonios. Una Corte Federal de Apelaciones concluy¨® que los votantes no pueden denegar a dos personas el derecho a casarse.
Hacerlo, fall¨® el tribunal, "no tiene una mayor finalidad que la de rebajar la condici¨®n y la dignidad humana de gais y lesbianas en California y determinar que sus relaciones y las familias que conforman son inferiores a las de las parejas de sexo opuesto". En total, en los cinco meses de 2008 en los que el matrimonio gay fue legal en California, se casaron unas 18.000 parejas homosexuales, cuyas licencias siguen siendo v¨¢lidas, suspendidas en un limbo legal.
Entre los demandantes en ese caso se halla Jeff Zarrillo, casado con Paul Katami en 2008. "Fue devastador para Paul y para m¨ª ser considerados desiguales a los ojos de los dem¨¢s ciudadanos y del Gobierno. No estamos aqu¨ª para cambiar el mundo, la igualdad es algo sobre lo que nuestra naci¨®n siempre se ha basado", dijo la semana pasada, entre l¨¢grimas, al saber de su victoria. "Esta decisi¨®n es solo el principio. Estamos ya de camino al Tribunal Supremo". Esa ha sido, recientemente, la verdadera aspiraci¨®n de los activistas por los derechos de los gais. Llegar al Supremo es una buena noticia para ellos, saben que all¨ª tienen precedentes que obran en su favor.
Fue el Tribunal Supremo norteamericano el que en 1967 asest¨® el golpe mortal a las leyes que prohib¨ªan en 17 Estados el matrimonio entre personas de distinta raza. Abri¨® el caso la detenci¨®n de Richard y Mildred Loving, una pareja interracial, en Virginia. Un p¨¢rrafo de aquella sentencia es el que ha dado fuelle durante a?os a los activistas gais norteamericanos, que han luchado por definir su causa como un asunto de derechos civiles. "El matrimonio es uno de los derechos civiles b¨¢sicos del hombre, fundamental para la propia existencia y supervivencia", escribi¨® el Supremo en la sentencia de aquel caso, conocido como Loving versus Virginia. "Seg¨²n nuestra Constituci¨®n, la libertad de casarse o de no casarse de las personas de razas distintas recae en el individuo, y no puede ser violada por el Estado". Ahora, los activistas esperan que, donde dice "razas distintas", los jueces coloquen "mismo sexo".
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