¡°Ser transexual me ha beneficiado en pol¨ªtica¡±
La candidata a la asamblea de M¨¦xico DF destaca los derechos conseguidos en la capital
Diana S¨¢nchez Barrios no suele tomar caf¨¦ en el desayuno; prefiere t¨¦. El caf¨¦ lo reserva para los d¨ªas en los que necesita energ¨ªa extra. Hoy toca, as¨ª que pide un americano. ¡°Estos d¨ªas no paramos ni un minuto, hay que hacer mucho esfuerzo¡±. Est¨¢ en la recta final de la precampa?a para conseguir un asiento en la Asamblea legislativa de la capital de M¨¦xico. Ella es una de las candidatas del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD). Y la primera transexual en intentarlo.
Diana quiso dejar de ser Javier Alejandro a los 16 a?os. Fue entonces cuando comenz¨® a reivindicar su identidad sexual, lo que le llev¨® a abandonar la escuela y la casa de sus padres. Sobrevivi¨® en el bullicio de las calles del centro hist¨®rico del Distrito Federal como vendedora de ropa o de tacos en el comercio informal. ¡°Se lleva una bolsita de chocolate por un pesoooooooo¡±. Diana abandona por un instante su plato de huevos a la mexicana y adopta el t¨ªpico tono de vendedor callejero. ¡°En estos trabajos hay m¨¢s oportunidades para las personas de diversidad sexual. Entonces era imposible encontrar empleo si te ped¨ªan los papeles y ve¨ªan a una mujer con unos documentos en los que figuraba un hombre¡±.
Hace ya dos a?os que en sus credenciales aparece el nombre de Diana, gracias a la Ley de Concordancia Sexo-Gen¨¦rica que aprob¨® el Gobierno de Distrito Federal. Es el ¨²nico lugar del pa¨ªs que reconoce este derecho. Al igual que ocurri¨® con la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, la capital de M¨¦xico se ha convertido en vanguardia de derechos sociales. ¡°Es un avance muy importante para nuestro colectivo. Veo c¨®mo es la vida de mis compa?eras en otros Estados, donde son perseguidas y discriminadas, incluso a algunas las han matado. Por eso tenemos que intentar llevar esos derechos al resto del pa¨ªs. Y tambi¨¦n facilitar informaci¨®n a la gente. As¨ª es como consegu¨ª que mi familia aceptara mi situaci¨®n¡±.
Pero las cosas no siempre fueron f¨¢ciles en el Distrito Federal. ¡°A los 22 a?os estaba en un restaurante y, aunque ya hab¨ªa empezado mi proceso de transformaci¨®n a trav¨¦s de hormonas, me echaron porque entr¨¦ al ba?o de mujeres. Entonces era muy joven y no sab¨ªa c¨®mo defenderme. Fue muy humillante, cosas que hieren. Pero te vas fortaleciendo y dices: esto tiene que acabarse, esto no puede seguir as¨ª¡±, recuerda ahora Diana desde la cafeter¨ªa de uno de los hoteles m¨¢s lujosos de la capital.
A los 26 a?os retom¨® la secundaria y luego comenz¨® una carrera t¨¦cnica de Administraci¨®n; a?os m¨¢s tarde fund¨® Prodiana, su actual asociaci¨®n, que le sirvi¨® de trampol¨ªn para presidir la Comisi¨®n Nacional de Diversidad Sexual del PRD. Y ahora aspira a sentarse en la asamblea del DF. ¡°En este punto ya no se trata de transexualidad, se trata de las capacidades de cada persona. Aunque, mira, yo creo que por una vez mi condici¨®n me ha favorecido, porque me permiti¨® llegar a la Comisi¨®n y conseguir logros en estos temas en varios Estados¡±.
Termina el desayuno y comienza la sesi¨®n fotogr¨¢fica. Diana posa y recuerda cuando a los 28 a?os se atrevi¨® a subir a la pasarela de un concurso femenino de belleza. Y, aunque a¨²n no dominaba los tacones, qued¨® segunda.
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