"La prioridad de los afganos no son los derechos. Es vivir"
El soci¨®logo dirige una ONG que usa el teatro para olvidar la guerra
Una de las cosas que Hadi Marifat asocia a su infancia es el polvo. Sal¨ªa como peque?as nubes mientras ¨¦l, con sus dedos de ni?o, trabajaba la lana para hacer alfombras en Pakist¨¢n. Lo hizo durante dos a?os, de los 8 a los 10, tras huir con su familia del sur de Afganist¨¢n. "No ten¨ªamos otra opci¨®n si quer¨ªamos comer. Mis padres no encontraban empleo. El ¨²nico trabajo que sal¨ªa era para los ni?os. Para ellos era una verg¨¹enza que sus hijos trabajaran para alimentarles, pero la alternativa era morir de hambre en la calle", recuerda Marifat. Acaba de cumplir 30 a?os y desde hace tres es el director de la Organizaci¨®n para los Derechos Humanos y la Democracia en Afganist¨¢n, la ONG que fund¨® para defender a las v¨ªctimas de la guerra en su pa¨ªs.
Su madre, que era profesora, le ense?¨® a leer y escribir hasta que una organizaci¨®n mont¨® una escuela para refugiados afganos en Pakist¨¢n. Los a?os que hab¨ªa perdido los recuper¨® pronto. Curs¨® dos carreras, en Sociolog¨ªa y Ciencias Pol¨ªticas. "Quer¨ªa encontrar una explicaci¨®n a la guerra en mi pa¨ªs, pero la ciencia pol¨ªtica ven¨ªa de Reino Unido, y no se pod¨ªa aplicar", bromea entre carcajadas. La teor¨ªa se quedaba siempre corta. Y ¨¦l quer¨ªa ver las cosas de primera mano. Por eso, en 2001, poco despu¨¦s del comienzo de la invasi¨®n de la coalici¨®n internacional liderada por EE UU para derrocar al r¨¦gimen talib¨¢n, volvi¨® a Kabul.
C¨ªrculo de Bellas Artes. Madrid
- Un t¨¦ y un agua: 4 euros
- Un caf¨¦ solo: 2
Total: 6 euros
No ten¨ªa m¨¢s recuerdos de Afganist¨¢n que el de jugar a las canicas con sus amigos en la calle. Lleg¨® a la capital afgana justo el d¨ªa despu¨¦s de que los talibanes abandonaran la ciudad. "A¨²n estaban en las afueras cuando llegamos. No me pod¨ªa creer que aquella fuera la capital. Todo estaba destruido y la gente no se cre¨ªa que los talibanes se hubieran ido". Junto a los tres amigos con los que se hab¨ªa escapado de Pakist¨¢n en contra de la voluntad de sus padres, empezaron a pensar qu¨¦ hacer. "Decidimos organizar un concierto. Los talibanes hab¨ªan prohibido la m¨²sica. Era la forma de demostrar que se hab¨ªan ido. Fuimos a buscar m¨²sicos por la ciudad. Ten¨ªa que ser un solo d¨ªa, pero vino tanta gente, miles y miles de personas, que dur¨® tres d¨ªas".
El soci¨®logo dirige una ONG que usa el teatro para olvidar la guerra
Era un ensayo de lo que se convertir¨ªa en su misi¨®n: hacer del arte un medio para aliviar el sufrimiento de los civiles. Fund¨® AHRDO y empez¨® a poner en marcha proyectos teatrales inspirados en la experiencia del Teatro del Oprimido del brasile?o Augusto Boal. "En Afganist¨¢n tenemos una gran tradici¨®n oral y pens¨¦ que el teatro pod¨ªa ser la forma que permitiera a personas de todas las clases sociales expresar su sufrimiento". Marifat habla r¨¢pido y olvida en la mesa el t¨¦ que ha ordenado.
Cuando se le pregunta por la situaci¨®n actual, por el di¨¢logo con los talibanes en busca de una soluci¨®n pol¨ªtica al conflicto, contesta: "EE UU y el Gobierno no est¨¢n teniendo en cuenta las consecuencias". La primera, el riesgo de que vuelvan al poder los talibanes. La segunda, otra guerra civil. "?Creen que los se?ores de la guerra se quedar¨¢n de brazos cruzados?".
?Y los derechos humanos? ?Se sacrificar¨¢n para conseguir las negociaciones? "La prioridad de los afganos hoy no son los derechos humanos. Quiero decir que es una cuesti¨®n secundaria. Lo primero es que no se repita la experiencia desastrosa de los a?os noventa. La prioridad de las personas es estar vivas. Cuando est¨¢s a salvo puedes empezar a pensar en los derechos humanos, en el sistema de salud, en la democracia...".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.