Los caballos primitivos encogieron por el calor
Hace 55 millones de a?os, los antepasados de los equinos llegaron a tener el tama?o de un gato Crecieron de talla cuando baj¨® la temperatura del planeta
A m¨¢s calor, menor tama?o corporal y con temperaturas m¨¢s bajas, mayor corpulencia. Los primitivos caballos, hace unos 55 millones de a?os, siguieron al dedillo esta regla en su evoluci¨®n y adaptaci¨®n a las condiciones del entorno, hasta el punto de que el Sifrhippus, el antecesor del caballo m¨¢s antiguo que se conoce en el registro f¨®sil, lleg¨® a tener el tama?o de un gato dom¨¦stico (y menos de cuatro kilo de peso) al encoger durante una fase de calentamiento pronunciado del planeta. Luego, cuando baj¨® de nuevo la temperatura, se hizo m¨¢s grande. Lo interesante de la investigaci¨®n realizada al respecto por unos cient¨ªficos estadounidenses, no es solo el cambio de tama?o de aquellos caballos remotos, sino que se produjera claramente asociado a un calentamiento (hasta cinco grados cent¨ªgrados) y enfriamiento posterior. Ross Secord y sus colegas lo explican en la revista Science.
El Sifrhippus surgi¨® en los bosques norteamericanos y pesar¨ªa algo menos de seis kilos. Pero en el per¨ªodo clim¨¢tico de la Tierra denominado M¨¢ximo T¨¦rmico del Paleoceno-Eoceno, en el que subi¨® la temperatura hasta cinco grados cent¨ªgrados, ese animal disminuy¨® su tama?o un 30%. Fue hace 55 millones de a?os, y aquel intervalo de calentamiento dur¨® 175.00 a?os. Cuando el clima se enfri¨®, el caballo primitivo aument¨® de tama?o y gan¨® peso, hasta un 75%, alcanzando los siete kilos.
En muchos mam¨ªferos se hab¨ªa observado esa correlaci¨®n entre tama?o y temperatura, la denominada regla de Bergmann, pero no estaba claro si esa tendencia hacia animales m¨¢s corpulentos en climas fr¨ªos y m¨¢s peque?os en climas c¨¢lidos estar¨ªa directamente relacionada con la temperatura (un animal m¨¢s voluminoso conservar¨ªa mejor el calor corporal que uno peque?o) o podr¨ªa deberse a otros factores ambientales, como la disponibilidad de alimento.
Secord (Universidad de Nebraska) y sus colegas han buscado una respuesta en los f¨®siles, en concreto en dientes de caballo hallados en el Estado de Wyoming, analizando su tama?o y la composici¨®n qu¨ªmica ya que los is¨®topos de oxigeno y de hidr¨®geno dan pistas sobre las condiciones del entorno del animal.
Jonathan Bloch (Museo de Historia Natural de Florida), coautor de la investigaci¨®n cuenta que a otro de los investigadores, Stephen Chester, entonces estudiante predoctoral, se le encomend¨® la tarea de medir los dientes de caballo, y cuando present¨® los datos se llevaron la sorpresa: ¡°Se?al¨® que los primeros caballos de la serie eran mucho m¨¢s grandes que otros posteriores; pensamos que algo estaba mal, pero no, era correcto y el patr¨®n fue m¨¢s claro a¨²n al acumular m¨¢s f¨®siles¡±. La sorpresa fue a¨²n mayor, contin¨²a Bloch, cuando Secord realiz¨® los an¨¢lisis geoqu¨ªmicos de los is¨®topos de ox¨ªgeno en los dientes ya que la curva de datos mostraba ¡°exactamente el mismo patr¨®n de la de tama?o de los dientes¡±. En total se midieron los dientes de 44 caballos y se analizaron qu¨ªmicamente f¨®siles de 150 mam¨ªferos.
¡°Por primera vez, retrocediendo en el tiempo decenas de millones de a?os hemos podido mostrar que la temperatura fue al causa esencial del cambio en el tama?o corporal de este linaje de caballos¡±, concluye Bloch en un comunicado de la Universidad de Nebraska. La investigaci¨®n comenz¨® hace siete a?os. As¨ª, descartan que la causa fundamental fuera la cantidad de alimentos, ya que durante aquella fluctuaci¨®n c¨¢lida, parece que el clima fue m¨¢s h¨²medo, por tanto m¨¢s productivo, sin embargo, los animales disminuyeron de tama?o.
Felisa A. Smith, especialista de la Universidad de Nuevo M¨¦xico, se?ala en Science que la tendencia al enanismo se hab¨ªa ya constatado en numerosos animales durante la ¨¦poca el per¨ªodo de calentamiento hace 55 millones de a?os, ¡°pero faltaba una evaluaci¨®n cuantitativa de c¨®mo influy¨® en la evoluci¨®n el tama?o corporal de los mam¨ªferos¡±.
Aunque la distancia temporal sea de m¨¢s de 50 millones de a?os, es inevitable buscar alg¨²n paralelismo entre el cambio clim¨¢tico actual y el efecto del M¨¢ximo T¨¦rmico del Paleoceno-Eoceno. Secord y sus colegas no lo evitan, al contrario. ¡°Estos hallazgos pueden ser importantes para comprender la respuesta evolutiva de los mam¨ªferos al futuro calentamiento global¡±, escriben en su art¨ªculo cient¨ªfico. Ellos recuerdan que las proyecciones de los climat¨®logos indican que en este siglo puede aumentar la temperatura media de la Tierra hasta cuatro grados, no muy lejos de los cinco de aquella fase de calentamiento.
Pero hay una gran diferencia, se?alan, y es la velocidad del cambio. En aquel m¨¢ximo t¨¦rmico la subida de la temperatura hasta cinco grados tard¨® entre 10.000 y 20.000 a?os, mientras que ahora se trata de un siglo o dos. ¡°As¨ª que hay una gran diferencia de escala y la pregunta es si vamos a ver el mismo tipo des respuesta, si los animales van a ser capaces de reajustar su tama?o corporal en dos siglos¡±, comenta Secord. No est¨¢ claro c¨®mo de r¨¢pido se pueden adaptar los animales al calentamiento, apunta Smith, advirtiendo tambi¨¦n ella que hay que tener cautela para extrapolar lo que sucedi¨® en el pasado a las condiciones actuales, porque el marco temporal fue entonces mucho mayor que el actual.
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