Londres da el salto al autob¨²s ecol¨®gico
La ciudad ha resucitado el viejo autob¨²s sin puerta trasera para subir en marcha pero en una nueva versi¨®n aerodin¨¢mica y ecol¨®gica que emite un 40% menos de CO2

Los londinenses han recuperado esta semana la magia de ese gesto nost¨¢lgico que es subirse a un autob¨²s de dos pisos en marcha. En 2005 la capital brit¨¢nica retir¨® de la circulaci¨®n los ¨²ltimos modelos del cl¨¢sico Routemaster, que desde 1954 permit¨ªan subir y bajar del autob¨²s en cualquier momento con un salto ¨¢gil por su puerta trasera. Se eliminaron de la circulaci¨®n por viejos, pero tambi¨¦n por el riesgo de atropellos y para dar esquinazo a los espabilados que aprovechaban la puerta trasera para colarse. Desde esta semana vuelve a ser posible brincar al bus frente a la estaci¨®n de Victoria o junto a Covent Garden, con la gran diferencia de que esta vez el salto se dar¨¢ a un veh¨ªculo ecol¨®gico.
Todav¨ªa hay en Londres quienes recuerdan el estreno de aquel primer modelo que sustitu¨ªa a un tranv¨ªa de dos pisos. Sin aspirar a ello, aquel Routemaster ya comenzaba a respetar la naturaleza m¨¢s que sus predecesores. Era de aluminio, y mucho m¨¢s ligero, lo que permiti¨® reducir el consumo de combustible. Pero la versi¨®n 2.0 de este cl¨¢sico va mucho m¨¢s all¨¢.
Estos ocho autobuses, que circulan solo por la l¨ªnea 38, han costado casi 12 millones de euros
La empresa Wrightbus ha estado investigando durante dos a?os para poner a rodar este veh¨ªculo que funciona con un motor h¨ªbrido. Circula normalmente con bater¨ªa el¨¦ctrica y s¨®lo recurre al combustible di¨¦sel cuando necesita recargarse. El sistema de frenado es capaz de reciclar un 90% del calor que se produce al parar el veh¨ªculo que, en vez de ser expulsado al aire, se aprovecha para alimentar la bater¨ªa. Incluye algunos componentes ligeros utilizados por los coches de F¨®rmula 1 y as¨ª logra reducir hasta un 40% en sus emisiones de CO2. Quienes ya han montado en uno de estos nuevos modelos comentan que es silencioso y llega a la parada ¡°con un zumbido el¨¦ctrico¡±, seg¨²n describe el periodista del Telegraph Andrew Gilligan.
Cr¨ªticas por su elevado coste
Aunque el autob¨²s ha tenido una acogida entusiasta entre los ciudadanos, los laboristas han tachado la iniciativa como ¡°la propaganda m¨¢s cara de la historia¡±. En mayo ser¨¢n las elecciones a la alcald¨ªa de la ciudad y el candidato laborista Ken Livingstone lo ha visto como una estrategia efectista del actual alcalde conservador, Boris Jonson, para rascar votos. ¡°La gente quiere tarifas m¨¢s baratas y no proyectos caros de autobuses vanidosos¡±, ha criticado.
El sistema de frenado recicla un 90% del calor que se produce al parar y se aprovecha para alimentar la bater¨ªa
Y es que estos ocho autobuses, que circulan en la l¨ªnea n¨²mero 38, han costado casi 12 millones de euros, incluida la investigaci¨®n y el desarrollo del modelo. O sea, cada uno de los nuevos veh¨ªculos cuesta 1,6 millones de euros, mientras el bus tradicional de dos pisos tiene un precio de 224.665 euros.
Boris Jonson, se defiende diciendo que ¡°no es s¨®lo una cara bonita¡±. Su autob¨²s permitir¨¢ aligerar el tr¨¢fico al reducir el tiempo en las paradas. En vez de tener dos puertas, una delantera y otra a mitad del veh¨ªculo, tendr¨¢ una m¨¢s, la trasera. Y en lugar de tener una sola escalera de acceso al piso superior tendr¨¢ dos, para agilizar las entradas y salidas y reducir el tiempo entre paradas.
La idea es que sea posible subir en marcha cuando el tr¨¢fico es lento, sobre todo en ¨¢reas comerciales como la calle Oxford Street, seg¨²n ha dicho el alcalde.
Pero si los anteriores Routemaster fueron retirados poco a poco fue, entre otros motivos, por razones de seguridad. Para evitar los posibles atropellos se ha colocado en la parte de atr¨¢s de cada autob¨²s una gran pantalla que permite ver el tr¨¢fico, pero no es suficiente. La puerta trasera del autob¨²s requiere de la vigilancia de un revisor, que tambi¨¦n tendr¨¢ como misi¨®n evitar que la gente se cuele.
Por eso, el tiempo que se decida tener la plataforma trasera abierta depende tambi¨¦n el coste del autob¨²s. Se ha calculado que el personal extra podr¨ªa llegar a costar hasta 50 millones de libras (59 millones de euros) y los expertos en transporte vaticinan que la mayor¨ªa del tiempo ir¨¢ cerrada. El alcalde ha admitido que supondr¨¢n un coste extra pero dice tambi¨¦n que crear¨¢ empleo en tiempos dif¨ªciles.
El director del proyecto Transport for London, David Hampson¨CGhani ha dicho que, por ahora, ¡°no hay planes firmes¡± para poner m¨¢s autobuses ecol¨®gicos en las calles de Londres pero que existen ¡°muchas posibilidades de que se encarguen entre 30 y 50 m¨¢s, suficientes para convertir una l¨ªnea entera a la costosa nostalgia ecol¨®gica de los cl¨¢sicos Routemasters¡±.
Ecol¨®gico pero inaccesible
Cuando el primer prototipo fue presentado al p¨²blico en 2011 asociaciones de discapacitados se quejaron de que el modelo es "completamente inaccesible" para usuarios con sillas de ruedas grandes. Yusef Bey Zekkoub, de la asociaci¨®n Transport for All, narr¨® a la BBC como fue a probar uno y ¡°le defraud¨® completamente¡±. ¡°El espacio para la silla de ruedas es a¨²n menor que en los autobuses que yo cojo normalmente y es completamente inaccesible para sillas el¨¦ctricas¡±, afirm¨®.
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