¡°Es f¨¢cil detectar a un director de orquesta impostor¡±
El trompetista de la Orquesta Nacional de Espa?a es uno de los m¨²sicos con m¨¢s proyecci¨®n


Todos los domingos de su infancia en Daimiel llevaba a cabo el mismo ritual. Sal¨ªa de casa con la moneda de 100 pesetas que le daba su madre, iba a misa de 11 y luego liquidaba el menudo capital en refrescos y recreativos. El cl¨ªmax de todo el asunto consist¨ªa en correr a casa y pegar la oreja a la radio para escuchar el concierto de la Orquesta Nacional de Espa?a (ONE). Y, claro, a los siete a?os ya sab¨ªa que quer¨ªa tocar la trompeta en aquella formaci¨®n. Hijo de un polic¨ªa local y un ama de casa, la familia hizo el esfuerzo y a los ocho le compr¨® el instrumento. Y la primera vez que sopl¨® aquella trompeta casi se desmaya. Hoy, con 26 a?os, no solo ha logrado ser solista de la ONE, sino que es uno de los m¨²sicos con m¨¢s proyecci¨®n de Espa?a. Un crac, que dir¨ªa ¨¦l. Y ya le llegan las ofertas de fuera: Leipzig, Berl¨ªn¡
La cita es junto al Auditorio Nacional, donde ensaya y toca los fines de semana. Restaurante habitual de m¨²sicos y especialistas en rabo de toro. As¨ª que no hay mucho debate acerca de un men¨² que comienza con un salmorejo bien espeso y, como no hay ensayo de tarde, media botella de vino.
Blanco y sus compa?eros esperan el nombramiento de un nuevo director titular. Josep Pons, que lo ha sido hasta ahora, se marcha al Liceo. Y para ¨¦l todo es agradecimiento. Para el futuro, en cambio, incertidumbre y pesimismo. ¡°Los planes dise?ados, si se respetan, son impresionantes. Pero tienen que poner al d¨ªa las promesas profesionales que nos han hecho. Es un problema de reconocimiento¡±, se?ala en referencia a la situaci¨®n laboral de la orquesta. El proyecto al que alude consist¨ªa en traer al joven y talentoso director alem¨¢n David Afkham. Una apuesta interesant¨ªsima que ilusionaba. Pero el secretario de Estado de Cultura, Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, se ha referido a ello como ¡°abortado¡±.
Socio y apasionado del Real Madrid, ganador de la ¨²ltima edici¨®n del prestigioso premio internacional de la ARD de M¨²nich (solo dos trompetistas m¨¢s lo lograron en 60 a?os, uno de ellos, el gran Maurice Andr¨¦), la analog¨ªa entre m¨²sica y f¨²tbol es obligada. Blanco suele tocar de memoria y puede observar atentamente a los directores que pasan por la ONE. ¡°Su trabajo tiene que ver con la motivaci¨®n, extraer lo mejor de cada uno. Y los m¨²sicos enseguida notamos cuando un director es bueno o no. R¨¢pidamente descubres qui¨¦n est¨¢ solo moviendo las manos o qui¨¦n est¨¢ disfrutando como un enano; o ves al que te frena un poco porque se ha tomado una copa de vino o pas¨® una buena noche. Es f¨¢cil detectar al impostor¡±, dice liquidando despacio el primero (luego sabr¨ªamos que estaba enfermo).
Pese a las ofertas, no se plantea hacer las maletas. ¡°Siempre he defendido que solo tendremos orquestas fuertes si nos quedamos¡±. Algo m¨¢s debe suceder para que la m¨²sica no sea un valor de referencia hoy entre los de su edad. ¡°Claro. Alemania tiene mucha industria, pero su fuerte es la riqueza cultural. Aqu¨ª ¨²ltimamente solo nos inculcan la cultura del mangoneo. La referencia es trabajar poco y ganar mucho dinero¡±.
Blanco no siente remilgos puristas. Si hay que innovar para recuperar p¨²blico, se hace. ¡°La idea es el mestizaje, hay que abrir la m¨²sica. La gente que est¨¢ tan cerrada deber¨ªa quitarse prejuicios, o acabaremos sentenciando de muerte la m¨²sica cl¨¢sica. Puedes educar al p¨²blico, pero tambi¨¦n hay que hacer concesiones¡±.
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