Cinco claves para la mejora
No son pocas las cosas que la educaci¨®n espa?ola necesita que cambien
No se deben desaprovechar las oportunidades que las grandes crisis ofrecen para hacer reformas estructurales. Especialmente, las que puedan suponer la creaci¨®n de s¨®lidos cimientos en los que basar el progreso de un pa¨ªs. Lo ha reiterado recientemente el propio presidente Rajoy. Sin embargo, la reforma educativa anunciada por el Gobierno del Partido Popular, finalmente, parece que se va a quedar en poca cosa. Y desgraciadamente no es poco lo que la educaci¨®n espa?ola necesita cambiar.
La financiaci¨®n del sistema educativo, la mayor autonom¨ªa de los centros, la profesionalizaci¨®n de los equipos directivos, el cambio del paradigma educativo (sustituci¨®n de muchos contenidos por diferentes competencias) y la adaptaci¨®n a una nueva realidad respecto a la transmisi¨®n de conocimientos, dando un giro radical a la formaci¨®n de nuestro profesorado, son, en mi opini¨®n, las cinco cuestiones m¨¢s decisivas.
La formaci¨®n inicial del docente y el continuo aprendizaje marcan la diferencia
Empecemos por el final, por ser la piedra angular del asunto. La raz¨®n fundamental por la que unos pa¨ªses tienen mucho mejor nivel educativo que otros radica en la formaci¨®n de su profesorado. La propuesta de un MIR para profesores es un ejemplo magn¨ªfico, porque es cierto que Espa?a forma m¨¦dicos excelentes que siguen aprendiendo durante toda su vida. Pero, antes de llegar al MIR, sus calificaciones han sido las m¨¢s altas en el Bachillerato y se han formado durante seis a?os como m¨¦dicos generales antes de su especializaci¨®n. Casi exactamente igual que los estudiantes que quieren ser profesores en Finlandia, el pa¨ªs con mejor nivel educativo de Europa y de la OCDE. Sus profesores saben que de su formaci¨®n continua depende el que sus alumnos lleguen a ser ciudadanos competentes. As¨ª pues, o copiamos todo el proceso, o si solo copiamos el final nos quedaremos a medias. Las conclusiones del Informe McKinsey de 2007 son irrefutables. ¡°El nivel educativo de cualquier pa¨ªs depende de su capacidad para formar y motivar adecuadamente a sus profesores¡±. No le demos m¨¢s vueltas. Podemos cambiar todas las leyes educativas, a los ministros de Educaci¨®n, hacer todos los ex¨¢menes que queramos, incluso empe?arnos en politizar alguna asignatura. Si no cambiamos el modelo de formaci¨®n de nuestro profesorado, poco o nada cambiar¨¢.
Todos los colegios concertados habr¨ªan de ser entidades sin ¨¢nimo de lucro
En segundo lugar, el inevitable cambio del paradigma educativo pasa por una autonom¨ªa real de los centros que les permita establecer curr¨ªculos propios, modificar contenidos, incluso poder impartir nuevas asignaturas. ?Y que se les eval¨²e? Por supuesto que s¨ª. Hoy ya nadie deber¨ªa discutir la necesidad de hacer evaluaciones externas, porque es cierto que lo que no se mide no mejora. Pero utilizando como referencias criterios de evaluaci¨®n internacionalmente aceptados, como los del informe PISA, en lugar de ex¨¢menes que solamente miden conocimientos y olvidan las competencias. Para mejorar la acci¨®n docente de nuestro profesorado, habr¨ªa que aprovechar la inercia del cambio metodol¨®gico que el plan Bolonia ha obligado a iniciar en las universidades, adapt¨¢ndonos tambi¨¦n a Europa en la mejora de competencias de los alumnos de secundaria, en contrapartida con lo desmesurado de los contenidos que nuestro actual sistema educativo impone. Parece que nadie quiera darse cuenta de que el tiempo no se puede estirar, y entre unos y otros han ido a?adiendo asignaturas y contenidos a los curr¨ªculos de los alumnos, sin reparar en que los profesores cumplen los programas a costa de quedarse sin tiempo para trabajar adecuadamente todas las competencias que necesitar¨¢ un ciudadano de este siglo.
La educaci¨®n p¨²blica es, de las que existen en Espa?a (p¨²blica, concertada y privada), la m¨¢s importante para el futuro del pa¨ªs. Por eso urge modificar la gesti¨®n del sistema estatal que, a pesar de contar con muchos excelentes profesionales, es completamente esclavo de unos mal entendidos ¡°derechos funcionariales¡± que dificultan extraordinariamente cualquier planteamiento de cambio. Es necesario profesionalizar las direcciones de los centros p¨²blicos con la formaci¨®n y promoci¨®n de sus propios funcionarios, en lugar de pensar en privatizar su gesti¨®n. El ejemplo de los mejores colegios realmente privados de nuestro pa¨ªs deber¨ªa servir, en lugar de para proponer una gesti¨®n privada de la escuela p¨²blica, para utilizarlos como referencia de lo que realmente funciona en un centro educativo.
La educaci¨®n p¨²blica es la m¨¢s importante para el futuro del pa¨ªs
El ¨¦xito de estos colegios se basa en tres razones fundamentales: primero, tienen muy bien profesionalizada la funci¨®n directiva y siguen una estrategia educativa bien planteada. Adem¨¢s, forman permanentemente a su profesorado para su mejora e innovaci¨®n. En tercer lugar, logran crear equipos docentes estables y comprometidos.
Aunque hay bastantes profesores de la escuela p¨²blica individualmente concienciados respecto a su propia formaci¨®n continua, no es menos cierto que hay muchos m¨¢s que no lo est¨¢n y que se limitan a cumplir con el tr¨¢mite administrativo de una formaci¨®n, bien est¨¦ril, bien ficticia. Hay colegios que logran claustros de profesores excelentes porque su formaci¨®n continua es real y se adapta a las necesidades del centro, a la evoluci¨®n pedag¨®gica y a la innovaci¨®n. Es cierto que hay algunos (desgraciadamente pocos) buenos ejemplos de centros p¨²blicos y concertados que cumplen estas premisas y por eso tambi¨¦n son colegios excelentes. Imitar sus modelos supondr¨ªa avanzar m¨¢s que de cualquier otra manera.
Por ¨²ltimo, es necesario esclarecer con mayor precisi¨®n el marco de competencias y obligaciones de las Administraciones p¨²blicas e instituciones intervinientes, con unas ¡°reglas de juego¡± que se cumplan siempre, garantizando un escenario que beneficie al sistema educativo y permita la libre competencia. Para ello, hay que referirse inevitablemente al sistema de conciertos. Y sin pensar en su cuant¨ªa, que es de lo ¨²nico de lo que siempre se habla, lo primero y m¨¢s importante es establecer como requisito, para que un colegio de titularidad privada pueda ser sostenido con fondos p¨²blicos, la condici¨®n sine qua non de que sea una entidad sin ¨¢nimo de lucro. No resulta ni liberal ni social ni f¨¢cilmente entendible el que iniciativas privadas, que en algunos casos tienen poco que ver con la ense?anza, hagan un estupendo negocio con la educaci¨®n, en suelo p¨²blico y con dinero p¨²blico.
En definitiva, muchas son las cuestiones en las que, a mi juicio, se debe intervenir desde el punto de vista pol¨ªtico para mejorar la educaci¨®n en Espa?a. No se deber¨ªa dejar pasar la oportunidad de hacerlo. Y las organizaciones sindicales tambi¨¦n tienen la responsabilidad de contribuir a ello, dejando de poner obst¨¢culos a los intentos de reconducir adecuadamente un desempe?o m¨¢s profesional de la funci¨®n p¨²blica en la educaci¨®n y colaborando en la b¨²squeda del beneficio de los alumnos antes que cualquier otro fin.
Gabriel Castellano es presidente de la Asociaci¨®n de Colegios Privados Independientes (Cicae).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.