Guerra cultural por el aborto
El debate sobre la interrupci¨®n del embarazo y los anticonceptivos se reabre en EE UU Una marea legislativa trata de limitar derechos
La p¨ªldora anticonceptiva se empez¨® a comercializar en Estados Unidos en 1961. Nueve a?os despu¨¦s, un congresista republicano de Tejas defend¨ªa que el Gobierno federal deb¨ªa subvencionar su coste a las mujeres sin recursos. "Debemos extraer todo sensacionalismo de este asunto para que no pueda ser utilizado por militantes sin conocimiento suficiente sobre la naturaleza de este programa y que lo utilizan como una plataforma pol¨ªtica". Hablaba George H. W. Bush y, poco m¨¢s tarde, el presidente republicano Richard Nixon firmar¨ªa la ley.
Han pasado casi 40 a?os y Estados Unidos vive una "guerra de culturas" que enfrenta a dem¨®cratas y republicanos, a mujeres y grupos religiosos, a progresistas y conservadores, en torno al aborto y la contracepci¨®n. El debate, lejos de estar enterrado, ha recobrado fuerza gracias a una avalancha de leyes que restringen el acceso a la interrupci¨®n del embarazo en t¨¦rminos de libertad religiosa. El bando contrario defiende ampliar la cobertura sanitaria de manera que m¨¢s mujeres tengan acceso a m¨¦todos anticonceptivos y pruebas m¨¦dicas. Y en el ¨²ltimo v¨¦rtice del tri¨¢ngulo quedan millones de mujeres cuya salud sexual y reproductiva depende de normativas que limitan derechos adquiridos hace mucho tiempo.
Legalizado en 1973, el aborto ha estado presente en todas y cada una de las citas electorales norteamericanas. Pero desde 2009 las manifestaciones de rechazo se han radicalizado especialmente gracias al ascenso del Tea Party y la campa?a electoral para las elecciones legislativas del a?o despu¨¦s. La victoria del Partido Republicano ayud¨® a abrir el camino a nuevas normativas y en 2011 se bati¨® el r¨¦cord de leyes estatales que limitaban el derecho al aborto. Por primera vez, 15 Estados contaban con una c¨¢mara legislativa y un gobernador que rechazaban abiertamente la interrupci¨®n del embarazo. "El debate ha dado a los republicanos la oportunidad de hablar de algo que no sea la econom¨ªa, justo cuando una peque?a mejora empieza a aliviar a Obama", dice Jessica Arons, directora del Programa de Salud y Derechos de la Mujer del Center for American Progress.
Algunos Estados han
intentado dar personalidad
jur¨ªdica al cigoto
Durante los ¨²ltimos 18 meses, EE UU ha discutido desde el momento en que el feto puede ser considerado una persona hasta c¨®mo alejar a las mujeres de la posibilidad de abortar. Los ciudadanos de Colorado rechazaron una ley por la que una mujer embarazada hubiera sido considerada como dos personas desde el momento de la fertilizaci¨®n. Aquella legislaci¨®n, que convert¨ªa a un cigoto en una persona legal, tambi¨¦n hubiera prohibido numerosos m¨¦todos anticonceptivos empleados como tratamiento m¨¦dico. Misisipi intent¨® aprobar la ley que fracas¨® en Colorado, con el mismo ¨¦xito, en 2010, por lo que diversos Estados optaron por una estrategia diferente: la disuasi¨®n. Desde Tejas hasta Virginia, m¨¢s de 20 Estados exigen a las mujeres someterse a una ecograf¨ªa antes de abortar.
En Tejas, la ley obliga adem¨¢s a recibir una descripci¨®n del feto por parte del m¨¦dico, que explicar¨¢ su tama?o y si ha desarrollado las extremidades, as¨ª como escuchar el latido de su coraz¨®n. Solo aquellas mujeres que puedan certificar que han sido v¨ªctimas de una violaci¨®n o incesto, o en el caso de que el feto sufra malformaciones, estar¨¢n exentas de o¨ªr la descripci¨®n. En Utah, el gobernador republicano firm¨® una ley que obliga a las mujeres a esperar 72 horas para abortar desde el momento en que el procedimiento es aprobado por un m¨¦dico. En Dakota del Sur, una ley similar est¨¢ paralizada por los tribunales. Y en Tenessee, apenas dos d¨ªas despu¨¦s de que se aprobaran nuevas restricciones en Utah, anunciaban un proyecto de ley que har¨ªa p¨²blicos los nombres de los doctores que practiquen abortos.
"Lo que estamos viendo es que la derecha m¨¢s radical ha utilizado a las mujeres como v¨ªa de escape porque no tienen ni idea de qu¨¦ hacer para solucionar la situaci¨®n econ¨®mica ni c¨®mo crear empleo", dice Erin Matson, vicepresidenta de la Organizaci¨®n Nacional de Mujeres, en Washington. "Han decidido recurrir a los derechos de las mujeres, elimin¨¢ndolos, y as¨ª atraer a un tipo de votante conservador".
La libertad religiosa
es esgrimida para
promover leyes m¨¢s restrictivas
El congreso estatal de Virginia, de mayor¨ªa republicana, estudi¨® hace unas semanas una ley que requerir¨ªa a todas las mujeres que quieran abortar someterse antes a una ecograf¨ªa transvaginal, siempre que una externa no pueda producir una imagen clara del feto. Los dem¨®cratas preguntaron si obligar al m¨¦dico a realizar esta prueba sin el consentimiento de la paciente equivale a exigirle que cometa un delito, ya que algunos Estados equiparan la introducci¨®n de un objeto en la vagina contra la voluntad de la mujer como una violaci¨®n. El gobernador -un republicano en la lista de candidatos a la vicepresidencia- no quiso arriesgarse y oblig¨® a retirar esta condici¨®n del proyecto de ley. Virginia aprob¨® finalmente una de las 24 leyes estatales que obligan a las mujeres a someterse a una ecograf¨ªa antes de abortar.
Matson considera que tanto el debate actual como el endurecimiento de las leyes, con m¨¢s de 92 enmiendas a regulaciones estatales del aborto, era totalmente innecesario. Pero lejos de apagarse, la pol¨¦mica puede conseguir que Obama y el candidato republicano acaben debatiendo en televisi¨®n, dentro de siete meses, sobre aborto, anticonceptivos y la familia norteamericana. "Lo m¨¢s sorprendente es la intensidad de los ataques que hemos escuchado. Est¨¢n poniendo en duda abiertamente la necesidad de garantizar el acceso a m¨¦todos anticonceptivos", comenta.
El debate sobre el aborto y el acceso a m¨¦todos anticonceptivos ha inspirado todo tipo de declaraciones desde su intensificaci¨®n hace unas semanas. El multimillonario conservador Foster Friess sugiri¨® recuperar el m¨¦todo anticonceptivo que "usaban" las mujeres en su ¨¦poca: "Sujetaban una aspirina entre las rodillas y no era tan caro", afirm¨® a la cadena MSNBC. Durante el debate sobre la ley del Estado de Virginia que hubiera impuesto una ecograf¨ªa transvaginal como condici¨®n previa al aborto, el delegado Todd Gilbert aleg¨® en defensa de la legislaci¨®n que "las mujeres ya hab¨ªan consentido ser penetradas cuando se quedaron embarazadas".
"Desde los 80 ha servido como un instrumento para atraer a todos aquellos que est¨¢n en contra de la independencia de la mujer y de su acceso al mundo laboral. El aborto es un catalizador para ellos", dice Arons.
Utah quiere publicar
los nombres de los m¨¦dicos abortistas
Una de las v¨ªctimas de los ataques del Partido Republicano ha sido Planned Parenthood, una organizaci¨®n que los conservadores han intentado retratar como el refugio donde miles de mujeres obtienen abortos y anticonceptivos pagados por todos los estadounidenses, algo que est¨¢ prohibido en EE UU. El objetivo es retirar toda la financiaci¨®n p¨²blica de esta instituci¨®n, el mayor proveedor de cuidados m¨¦dicos de todo el pa¨ªs para ciudadanos sin seguro. Pero la realidad es diferente: los abortos y los anticonceptivos, financiados con donaciones privadas, suponen apenas un tercio del trabajo que realiza esta ONG, que tambi¨¦n ofrece pruebas m¨¦dicas para detectar el c¨¢ncer de mama y de test¨ªculos, enfermedades de transmisi¨®n sexual, tratamientos de menopausia y planificaci¨®n familiar.
Planned Parenthood recibe desde hace m¨¢s de 30 a?os numerosas donaciones de instituciones privadas como Susan G. Komen for the Cure, la mayor organizaci¨®n de EE UU en la lucha contra el c¨¢ncer y tambi¨¦n la responsable de internacionalizar el s¨ªmbolo del lazo rosa, en solidaridad con pacientes de c¨¢ncer de mama. El pasado mes de septiembre, el Congreso abri¨® una investigaci¨®n a Planned Parenthood para determinar si utiliza fondos p¨²blicos para financiar abortos. Komen utilizar¨ªa despu¨¦s esa excusa para congelar las donaciones.
"?Por estar a favor del aborto merezco morir?". Es la pregunta que se hace Nikki Mackey, que con 30 a?os ha sobrevivido a un c¨¢ncer de mama. A las tres semanas de ser diagnosticada le practicaron una doble mastectom¨ªa. Era su ¨²nica opci¨®n para sobrevivir. Sin seguro m¨¦dico, Mackey tuvo que recurrir a Planned Parenthood. "Lo que est¨¢n diciendo a las mujeres es que si no comparten su sistema de creencias, no merecen ser ayudadas", explica Mackey. "No puedes limitarte a salvar s¨®lo a aquellas mujeres que no creen en la interrupci¨®n del embarazo".
Tejas obliga a las
mujeres a o¨ªr el latido
del coraz¨®n del feto
En protesta contra Komen, Mackey public¨® una fotograf¨ªa en la p¨¢gina de la organizaci¨®n en Facebook en la que aparec¨ªa con su torso desnudo. Fue eliminada a las pocas horas, cuando Komen ya sufr¨ªa una avalancha de cr¨ªticas y acusaciones en las redes sociales que durar¨ªa varios d¨ªas. La respuesta ciudadana hablaba no s¨®lo del posible error de la mayor asociaci¨®n en la lucha contra el c¨¢ncer, sino tambi¨¦n c¨®mo hab¨ªan intentado derribar uno de los pilares de la sanidad en el pa¨ªs, con un fiel respaldo popular. En una semana, Planned Parenthood ingres¨® cuatro veces m¨¢s que lo que Komen donaba cada a?o, unos 800.000 d¨®lares (600.000 euros). Entre los donantes hab¨ªa pol¨ªticos como el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que entreg¨® 250.000 d¨®lares de su bolsillo, poniendo en evidencia a una organizaci¨®n obligada a rectificar en cuatro d¨ªas.
"La pol¨ªtica no tiene lugar en el debate sobre la salud, todos los ciudadanos merecen ser atendidos", afirma Mackey. "No volver¨¦ a colaborar con Komen. Solo imaginar que alguien pueda morir por esta enfermedad, en un momento en el que hay tantas personas sin seguro m¨¦dico y que dependen de organizaciones como ¨¦sta... Se equivocaron completamente".
"Todav¨ªa nos preguntamos por qu¨¦ el Partido Republicano ha decidido que esto es un problema en este momento, estamos hablando de una crisis prefabricada", comenta Matson. "Los m¨¦todos anticonceptivos son ampliamente aceptados por la poblaci¨®n, sabemos que un 99% de las mujeres los han utilizado alguna vez a lo largo de sus vidas. Los pol¨ªticos no se dan cuenta de que est¨¢n alienando a un sector del electorado m¨¢s independiente. Es un suicidio electoral".
La experta en legislaci¨®n sobre aborto recuerda que los conservadores han apostado por centrar el debate en un asunto que, m¨¢s all¨¢ de la pol¨¦mica, cuenta con amplio respaldo en la sociedad. Un 51% de los norteamericanos respalda la legalidad del aborto en cualquier circunstancia, mientras que un 26% considera que s¨®lo es legal en determinadas condiciones, seg¨²n una encuesta de Gallup. Por otro lado, el aborto y otros asuntos sociales como el matrimonio homosexual siguen siendo los temas que menos preocupan a los votantes de cara a noviembre de 2012.
Una clara mayor¨ªa
apoya el derecho a
interrumpir el embarazo
Sin embargo, tanto los candidatos republicanos como Obama han asumido importantes riesgos electorales en este terreno. El presidente, percibido como m¨¢s favorable a los intereses de las mujeres, se jug¨® el importante voto cat¨®lico al anunciar que obligar¨ªa a las empresas y organizaciones religiosas a ofrecer a sus empleadas seguros que cubran el coste de los anticonceptivos. La p¨¢gina We The People, donde los ciudadanos hacen peticiones p¨²blicas a la Casa Blanca, recogi¨® en pocos d¨ªas casi 50.000 firmas relacionadas con la pol¨¦mica. La solicitud para que Obama eliminara este mandato super¨® las 29.000 firmas, mientras que otra petici¨®n para que el presidente se mantenga firme cuenta con casi 23.000 apoyos.
Las organizaciones cat¨®licas argumentaron que la exigencia inicial violaba su libertad de expresi¨®n, a pesar de que 28 Estados ya cuentan con esta legislaci¨®n. El 65% del electorado respaldaba la idea del presidente y, entre los cat¨®licos, el 58% est¨¢ de acuerdo. El porcentaje asciende al 55% de la poblaci¨®n general, el 62% de las mujeres, el 65% de los j¨®venes entre 18 y 29 a?os y el 73% de los dem¨®cratas. A¨²n as¨ª, Obama corrigi¨® su postura para exigir a las compa?¨ªas de seguros m¨¦dicos, y no a las empresas, que cubran esos gastos, por lo que crea una cobertura pr¨¢cticamente universal de anticonceptivos en EE UU. El presidente afirm¨® entonces que "las iglesias realizan muchas veces una mejor labor de ayuda a las comunidades que lo que nunca podr¨ªa hacer el Gobierno", pero tambi¨¦n enfatiz¨® que "la salud de las mujeres nunca deber¨ªa depender de quienes son, para qui¨¦n trabajan o cu¨¢nto dinero ganan".
Obama logr¨® que instituciones tan influyentes como la Asociaci¨®n Cat¨®lica de Salud, la Universidad de Notre Dame y la Asociaci¨®n de Colegios y Universidades Jesuitas le respalden, aunque siete Estados preparan una demanda porque consideran que el mandato viola su libertad religiosa.
Algunos creen que
este debate oculta la falta de
respuestas ante la crisis
En el bloque de candidatos republicanos, todos han blandido el argumento religioso como una de sus bazas para derrotar al presidente dem¨®crata, al que acusan de ser "la mayor amenaza" contra la libertad religiosa de los norteamericanos y advierten, como hizo el senador por el estado de Florida Marco Rubio, que "los derechos constitucionales seguir¨¢n bajo acecho mientras el Gobierno est¨¦ a cargo de la atenci¨®n sanitaria". En otras ocasiones, los aspirantes han radicalizado sus posturas en lo que parece una competici¨®n para encontrar al pol¨ªtico m¨¢s conservador de los cuatro. Mitt Romney ha abandonado su defensa del aborto para rechazarlo; Rick Santorum, que acaba de retirar su candidatura, defendi¨® que incluso las v¨ªctimas de una violaci¨®n deben dar a luz a sus beb¨¦s porque siguen siendo "regalos de Dios", independientemente de las circunstancias en que fueran concebidos.
Como resultado, el voto femenino se ha ido alejando de estos candidatos. El 40% de los votantes declar¨® en una encuesta de Public Policy Polling que no votar¨ªan a Mitt Romney porque hab¨ªa prometido eliminar la cobertura gratuita de anticonceptivos para mujeres. En el caso del electorado cat¨®lico, el 46% tambi¨¦n dejar¨ªa de votar por Romney, frente a un 28% que s¨ª votar¨ªa por ¨¦l por la misma raz¨®n. Solo entre las mujeres, el exgobernador ha perdido 18 puntos desde que pronunciara su oposici¨®n al aborto.
Para los expertos, el debate carece de sentido y habla de una falta de argumentos, sobre todo por parte de los pol¨ªticos republicanos. Seg¨²n Matson, "lo que quieren los votantes es que se hable de econom¨ªa, de soluciones. Esta es una batalla bastante est¨²pida en la que invertir fuerzas".
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