Recortando el derecho a la salud
La reforma sanitaria del Gobierno tiene consecuencias para muchos ciudadanos Algunos quedar¨¢n directamente excluidos del sistema, para otros la sanidad ser¨¢ un lujo
Un inmigrante en situaci¨®n irregular enfermo de c¨¢ncer que dejar¨¢ de recibir su tratamiento de radioterapia y quimioterapia. Un lesionado medular que tendr¨¢ que pagar una parte de su silla de ruedas y del transporte medicalizado que le lleva varias veces por semana a recibir su tratamiento. Una persona con un ictus que tendr¨¢ que abonar un porcentaje de los preparados nutricionales que debe recibir por sonda. Personas con nombres y apellidos que, desde el 1 de septiembre, quedan excluidas de la atenci¨®n normalizada o que tendr¨¢n problemas para seguir su tratamiento m¨¦dico. Estas son algunas de las consecuencias de las medidas sanitarias del Gobierno, que con el argumento de la insostenibilidad del sistema nacional de salud, ha iniciado una verdadera contrarreforma.
El proceso es equiparable, pero a la inversa, al puesto en marcha hace 26 a?os por el ministro socialista Ernest Lluch, que supuso la creaci¨®n del sistema actual y universaliz¨® la sanidad, aumentando la cobertura a ocho millones de personas que hasta entonces quedaban fuera del paraguas sanitario.
As¨ª, el Gobierno establece un nuevo sistema que restringe la atenci¨®n sanitaria a los inmigrantes en situaci¨®n irregular, unos 153.000 en toda Espa?a, que solo podr¨¢n acudir a urgencias; crea un nuevo sistema de copago farmac¨¦utico por el que los pensionistas, por ejemplo, tendr¨¢n que pagar por primera vez por los f¨¢rmacos; un modelo que incluye tambi¨¦n f¨®rmulas de pago en la prestaci¨®n ortoprot¨¦sica (como sillas de ruedas) o en los preparados dietoter¨¢picos que muchos enfermos necesitan para vivir
El decreto de medidas urgentes publicado esta semana en el BOE, con el que el Ejecutivo de Mariano Rajoy piensa ahorrar 7.200 millones, supone un verdadero cambio de modelo por el que los pacientes dejan de ser ciudadanos para pasar a la condici¨®n de asegurados en el mejor de los casos. O invisibles ante el sistema, en el peor.
Los rostros de la reforma
La reforma sanitaria cambiar¨¢ la vida para muchos ciudadanos. Algunos, como los inmigrantes en situaci¨®n irregular quedar¨¢n directamente excluidos del sistema. Para otros que viven una situaci¨®n econ¨®mica complicada, afrontar el coste de los medicamentos que necesitan para vivir convertir¨¢ la salud en un lujo. Estos son algunos de sus rostros:
"Necesito las pastillas del VIH y no podr¨¦ pagarlas". Chaouki Smaali, sin permiso de residencia, no tendr¨¢ acceso al tratamiento que necesita. Algo m¨¢s de 10.200 euros al a?o. Vive en Espa?a en situaci¨®n irregular. Solo puede conseguir los f¨¢rmacos que necesita a trav¨¦s de la farmacia hospitalaria p¨²blica. Una v¨ªa que tendr¨¢ cerrada a partir del 1 de septiembre, cuando el Gobierno desactive su tarjeta sanitaria. "?Qu¨¦ har¨¦ sin asistencia sanitaria?", se pregunta
Una cuesti¨®n de vida o muerte para Paula y Marta. Muchos enfermos necesitan tratamientos dietoter¨¢picos para vivir. Es el caso de Paula y Marta, de ocho y 14 a?os. Estas ni?as sevillanas padecen fenilcetonuria, una patolog¨ªa que les impide metabolizar las prote¨ªnas. Por eso tienen una alimentaci¨®n muy restrictiva a base de frutas y verduras. El resto de nutrientes vitales lo obtienen a trav¨¦s de batidos y preparados que cuestan 22.000 euros al a?o. Sus padres no podr¨¢n pagar su tratamiento.
Contra la enfermedad. Desde los 13 a?os, el argelino Salam pelea contra una enfermedad de coraz¨®n. En 2003 le implantaron en Francia una v¨¢lvula biol¨®gica. Ahora vive en Espa?a. No tiene papeles. La operaci¨®n le ha dado la vida pero necesita revisiones y medicaci¨®n que no podr¨¢ tener sin cobertura p¨²blica.
"Estoy angustiado". Adama llego a Canarias en una patera la nochevieja de 2007. All¨ª, al aprender a leer le detectaron degeneraci¨®n macular. Para no perder la vista se someti¨® a un trasplante de c¨®rnea. Necesita seguimiento m¨¦dico y f¨¢rmacos que no podr¨¢ pagar.
"Si dejo la medicaci¨®n morir¨¦". Demba Diaw tiene 40 a?os, lleg¨® a Espa?a desde Senegal en 2006. Tiene problemas de coraz¨®n y est¨¢ en situaci¨®n irregular. No sabe qu¨¦ har¨¢ cuando el Gobierno desactive su tarjeta sanitaria.
Adi¨®s a los tratamientos de salud mental. Mar¨ªa tiene de 47 a?os. Es de Cabo Verde. Lleva 25 a?os en Espa?a. Ahora est¨¢ en situaci¨®n irregular. Despu¨¦s de una dura vida en la calle y de caer en el infierno de las drogas logr¨® un trabajo gracias a C¨¢ritas. Poco despu¨¦s sufri¨® una crisis y le diagnosticaron esquizofrenia. Necesita seguimiento m¨¦dico para evitar reca¨ªdas.
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