Dos personas paralizadas consiguen mover un brazo artificial con el cerebro
Los voluntarios pudieron beber sin ayuda por primera vez en a?os El sistema capta con electrodos las se?ales del cortex
La integraci¨®n entre el ser humano y las m¨¢quinas contin¨²a dando sus frutos. El ¨²ltimo, dos personas que, tras a?os paralizadas, han conseguido beber por primera vez sin ayuda gracias a un brazo artificial que han movido con el cerebro. Es el ¨²ltimo avance lo publica la revista Nature.
La idea lleva a?os en proceso de perfeccionamiento: si los impulsos cerebrales son de tipo el¨¦ctrico, tienen que poder traducirse por una m¨¢quina. Y en esta l¨ªnea est¨¢ el trabajo, financiado en parte por los Institutos Nacionales de Salud (NIH por sus siglas en ingl¨¦s) de Estados Unidos. El objetivo es construir una interfaz cerebro-ordenador.
El dispositivo consiste de un sensor del tama?o de una peque?a pastilla que se inserta en el cortex motor del cerebro del voluntario, la zona que controla los movimientos. Este receptor contiene un centenar de diminutos electrodos del tama?o de un capilar, que captan las se?ales el¨¦ctricas que produce el cerebro. Esta informaci¨®n se traslada hasta un receptor donde un programa lo traduce en ¨®rdenes para un brazo artificial. El nombre del proyecto lo dice todo: Braingate, puerta del cerebro en ingl¨¦s. As¨ª han conseguido los voluntarios agarrar una botella y llev¨¢rsela a la boca. Algo que llevaban a?os sin poder hacer por sus medios.
Los beneficiarios han sido una mujer de 58 a?os, paralizada por un ictus cerebral en 1996, y un hombre de 66, en la misma condici¨®n desde 2006. Ambos tuvieron que pasar un duro proceso de entrenamiento, hasta que aprendieron a pensar de manera que el dispositivo entendiera las ¨®rdenes y fuera capaz de traducirlas.
El proyecto Braingate no es nuevo. Empez¨® en 2004. Y hered¨® y mejor¨® otros trabajos, como los que, ya en 1998, permitieron que personas con par¨¢lisis movieran el cursor de un ordenador con el cerebro.? La diferencia es que ahora se trata de movimientos m¨¢s complejos y tridimensionales, frente a uno de arriba-abajo y derecha-izquierda con el que se empez¨®.
El proceso de aprendizaje, junto con su precio, es el que hace que el sistema sea, de momento, poco aplicable de una manera generalizada. Cada uno de los voluntarios necesit¨® de meses de entrenamiento acompa?ado por un experto que ayud¨® a calibrar el aparato. Empezaron manipulando objetos de espuma, para luego pasar a otros r¨ªgidos.
Otra limitaci¨®n, en personas con infarto cerebral como las que han participado en el ensayo, es que la parte del cortex a la que se conectan los electrodos tiene que estar sana y ser capaz de procesar los pensamientos de los voluntarios, ya que, si no, no habr¨¢ emisi¨®n de se?ales que el aparto sea capaz de traducir. En otros casos, como lesionados medulares, puede ser m¨¢s f¨¢cil, ya que su inmovilidad no est¨¢ causada por el cerebro.
El sistema tiene indudables aplicaciones, pero los propios autores admiten que no es la soluci¨®n definitiva para personas paralizadas. En ese caso, lo que se est¨¢ intentando es conectar las se?ales que son capaces de producir, sea a nivel de un nervio o del cerebro, con los m¨²sculos correspondientes. As¨ª se evitar¨¢ depender de dispositivos como el brazo artificial. En cualquier caso, son todo proyectos a largo plazo.
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