¡°Hemos hecho del futuro el basurero del presente¡±
El fil¨®sofo se indigna de que el ladrillazo se vaya a pagar con la educaci¨®n
Daniel Innerarity (Bilbao, 1959) es fil¨®sofo porque su padre, ingeniero aeron¨¢utico, se neg¨® a que estudiara Bellas Artes. Quer¨ªa que alguno de sus nueve hijos siguiera sus pasos y empez¨® a aplicarse con el mayor. ¡°?Cosas de la ¨¦poca!¡±, justifica. Sabe que, en el fondo, le hizo un favor cuando acept¨® la Filosof¨ªa como mal menor, porque el pensador, Premio Nacional de Ensayo en 2003, casado, padre de dos hijos, empedernido lector y monta?ero, puede decir que su profesi¨®n es hoy adem¨¢s su hobby. ¡°Para m¨ª lo peor ser¨ªa perder la curiosidad, dejar de tener problemas, enigmas¡±. Con permiso de su familia, claro.
Hace tres meses, un accidente de esqu¨ª en Formigal por poco acaba con su curiosidad. Innerarity choc¨® con un poste y sufri¨® un derrame cerebral. Todav¨ªa con una brecha visible en la cabeza, pero ya recuperado, ha vuelto a lo suyo: la direcci¨®n del Instituto de Gobernanza Democr¨¢tica, con sede en San Sebasti¨¢n, su trilog¨ªa en proceso sobre la democracia compleja (El futuro y sus enemigos y La democracia compleja) y las conferencias en foros como el nuevo Espacio de la Fundaci¨®n Telef¨®nica en Madrid.
Sobrio en su vestimenta, afable y cercano desde el principio, llega con algo de retraso a un aperitivo que acabar¨¢ siendo espartano ¡ªsolo unos sorbos de agua mineral¡ª. Lleva un libro en alem¨¢n: Cuestiones estructurales de la Uni¨®n Europea. ?Lee algo que no sea filosof¨ªa? ¡°Sociolog¨ªa, ciencia pol¨ªtica... ?Y los diarios de Andr¨¦s Trapiello! Me gustan mucho los dietarios¡±. De novelas, mejor ni hablamos. La realidad ya se encarga de dar suficientes argumentos para el entretenimiento a este fil¨®sofo casi 2.0 que lee exclusivamente prensa digital y ahora se prepara para emprender una nueva etapa investigadora en el Instituto Europeo en Florencia (Italia).
Pregunta. Usted propugna en La democracia del conocimiento la necesidad de crear una sociedad inteligente. Tal y como est¨¢n hoy las cosas, con importantes recortes en educaci¨®n, en ciencia e investigaci¨®n¡ ?Lo ve viable?
Nos lastra enormemente el dogma de la soberan¨ªa. Es la gran r¨¦mora"
Respuesta. Hacen falta dos grandes cambios de mentalidad para escapar de la tiran¨ªa del instante y la tiran¨ªa del aqu¨ª. Para huir de lo primero, hay que tomar las decisiones colectivas y pol¨ªticas con una perspectiva de medio-largo plazo, y creo que estamos en un instantane¨ªsmo que puede derivar en encadenamientos fatales. Todo lo que estamos viendo ahora mismo en el mundo tiene que ver con esta circunstancia: tiran¨ªa de las peque?as decisiones y encadenamientos fatales porque vivimos en una sociedad contagiosa, epid¨¦mica, interdependiente. La otra gran revoluci¨®n que hay que hacer es la revoluci¨®n de la cooperaci¨®n, de la inteligencia cooperativa. Entender que nuestros intereses est¨¢n hasta tal punto entreverados con los intereses de otros, a veces de otros que viven muy lejos, que no nos podemos salvar solos y estamos viendo cantidad de comportamientos en Europa, por ejemplo, que indican m¨¢s bien todo lo contrario.
P. ?Est¨¢n teniendo los Gobiernos, incluido el espa?ol, una mirada cortoplacista?
R. Yo creo que s¨ª. Los recortes en sanidad, en educaci¨®n, en I+D¡ son decisiones que se centran en un horizonte temporal muy peque?o. Hay una gran incapacidad de anticipar escenarios de m¨¢s largo plazo. Si aprendi¨¦ramos a divisar un poco m¨¢s lejos y a ver un poco m¨¢s hacia fuera¡ Alemania se salvar¨¢ si se salva Grecia y Grecia se salvar¨¢ si se salva Alemania. Y hoy hay una especie como de impasse, de tanteo de gente que est¨¢ esperando a ver si se salva solo, si salva sus muebles. En el fondo, lo que nos lastra enormemente es el dogma de la soberan¨ªa. La soberan¨ªa es la gran r¨¦mora que tenemos para no entender que realmente tenemos que gobernar espacios m¨¢s all¨¢ de la soberan¨ªa nacional. De hecho, ya lo estamos haciendo mal.
P. El rey en Botsuana, el caso Urdangarin, los recortes sociales, la semana caribe?a de Carlos D¨ªvar, Bankia... ?Sobran motivos para la indignaci¨®n?
R. Hay muchos motivos para la indignaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le indigna a usted?
R. ?Lo que m¨¢s me indigna? Quiz¨¢ no es lo que m¨¢s me indigna, d¨¦jeme que lo diga de otra manera: que en nuestras sociedades combinamos una agitaci¨®n en la superficie con un estancamiento en el fondo de las cosas. Es decir, que en el mundo de los medios, de la opini¨®n p¨²blica, de las discusiones pol¨ªticas hay una gran agitaci¨®n con todos estos temas que o nos indignan o nos entusiasman o nos sirven para alimentar el antagonismo pol¨ªtico, pero en el fondo hay un estancamiento, no cambia casi nada. Lo uno compensa lo otro.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque la pol¨ªtica ha dejado de ser el lugar en el que se promueven cambios y ha pasado a ser el lugar en el que se administra el estancamiento. Con nuestro consentimiento y, adem¨¢s, con nuestra comodidad y nuestra disculpa de que a veces, cuando nos indignamos, nos indignamos pensando que sabemos lo que habr¨ªa que hacer, y eso es una falta de sinceridad.
La pol¨ªtica ya no es el lugar en el que se promueven cambios, es donde se administra el estancamiento"
P. ?El 15-M es entonces para usted una pose?
R. No, es una erupci¨®n plenamente justificada a un estado de cosas intolerable, pero no deber¨ªa aspirar a ser nada m¨¢s, ni nada menos. Porque es tambi¨¦n un lugar donde se han concentrado muchos t¨®picos y muchas afirmaciones de cr¨ªtica a la democracia representativa que habr¨ªa que mirar.
P. ?No nos han hecho m¨¢s pol¨ªticos de lo que ¨¦ramos antes?
R. Generalmente, cuando las cosas van bien, el elemento de negaci¨®n de la pol¨ªtica es m¨¢s consentido; otra cosa es cuando van mal porque hay una situaci¨®n de crisis, desempleo, etc. Aqu¨ª hay gente que ha ido a cazar muchas veces y ha habido corrupci¨®n otras muchas veces, pero la coincidencia de una situaci¨®n de cosas injusta en el funcionamiento p¨²blico de las personas y las instituciones con unos dramas personales de desempleo es lo que ha hecho que esto estallara.
P. Con la tasa de desempleo que tenemos, ?se explica que no haya habido una revoluci¨®n?
R. Lo que no entiendo es c¨®mo no nos mandan a paseo las generaciones m¨¢s j¨®venes tras haber descubierto que nuestra burbuja inmobiliaria la vamos a pagar con su educaci¨®n, eso me parece terrible. Nos pagamos la vivienda, nuestra vivienda, con su educaci¨®n. Alguna vez lo he llamado la dictadura del nosotros o la consideraci¨®n del futuro como el basurero del presente. Las basuras que generamos, las hipotecas que no podemos pagar, el exceso de riesgo, el consumo irresponsable¡ ?Qui¨¦n lo est¨¢ pagando? Las generaciones futuras. El contrato social, tal como lo pensaban Hobbes o Rousseau, estaba pensado fundamentalmente para contratantes que viv¨ªan en el mismo tiempo, y una de las grandes revoluciones que tenemos que hacer es pensar c¨®mo se hace un contrato con los ausentes, porque nuestros hijos todav¨ªa no pueden votar, pero tendr¨ªamos que pensar como si ellos votaran. Todav¨ªa no se manifiestan, no protestan dependiendo la edad que tengan, pero tendr¨ªamos que ser capaces de anticipar, aunque fuera hipot¨¦ticamente, el inter¨¦s de estos ausentes.
P. Lo suyo es la filosof¨ªa, pero ?ve alguna salida, alguna soluci¨®n a nivel pr¨¢ctico?
El 15-M es una erupci¨®n justificada a un estado de cosas intolerable, pero no deber¨ªa aspirar a ser nada m¨¢s"
R. Con lo c¨®modo que se est¨¢ en la teor¨ªa¡ Adem¨¢s, yo soy muy poco pr¨¢ctico. Insisto: escapar del aqu¨ª y del ahora. Tengo la impresi¨®n de que a veces somos un poco injustos al no reconocer la complejidad de las cosas. Creo que en Europa especialmente, pero tambi¨¦n en el mundo, la Humanidad nunca se ha enfrentado a un problema tan complejo como el que tiene ahora de gobierno, de gobernanza. La cuesti¨®n es c¨®mo se gobierna sin soberan¨ªa, c¨®mo se gobierna en espacios que no est¨¢n cerrados y con una capacidad de decisi¨®n que tiene que ser necesariamente compartida con otros.
P. ?C¨®mo decide uno que se va a hacer fil¨®sofo?
R. En mi caso, porque era mi segunda opci¨®n y no me dejaron hacer la primera, que era Bellas Artes. Mi padre era ingeniero aeron¨¢utico y quer¨ªa alg¨²n hijo ingeniero, cosas de la ¨¦poca.
La Humanidad nunca se ha enfrentado a un problema tan complejo de gobernanza"
P. ?Qu¨¦ quiere usted para sus hijos?
R. A m¨ª me gustar¨ªa, no s¨¦ por qu¨¦, que mis hijos fueran de ciencias, quiz¨¢ porque me apasiona. Aunque yo no tengo ninguna experiencia personal, me apasiona promover en la sociedad actual vocaciones de cient¨ªficos, es important¨ªsimo, como es important¨ªsimo el dinero para la ciencia.
P. ?M¨¢s que la filosof¨ªa?
R. La filosof¨ªa es muy importante pero no hace falta que haya muchos fil¨®sofos, y no lo digo por defender mi puesto de trabajo... Los fil¨®sofos son gente que arriesga su escasa reputaci¨®n meti¨¦ndose en unos l¨ªos que son irresolubles. Haci¨¦ndose preguntas del estilo: ?Existe la realidad? ?La vida tiene un sentido? ?En qu¨¦ consiste la democracia? En la sociedad actual, hay muy poca gente dispuesta a hacer el rid¨ªculo y a pegar el patinazo ante semejantes cuestiones. La mayor¨ªa de la gente prefiere ser competente y me parece muy bien. Yo quiero mec¨¢nicos competentes, periodistas competentes, electricistas competentes, cocineros competentes¡ Pero creo que es bueno que en una sociedad un peque?o grupo de personas nos recuerde a todos que hay problemas que no podemos resolver pero que es mejor que los guardemos celosamente, en lugar de declararlos como cuestiones superadas.
P. En este contexto, ?c¨®mo percibe a los medios?
R. Llevo mucho tiempo escribiendo en medios y entiendo muy bien algunas cosas que forman parte de su l¨®gica, la brevedad, la rapidez... Y creo que eso me ha disciplinado a la hora de escribir. Y dir¨¦ otra cosa: cuando sali¨® lo de Wikileaks hubo una ofensiva contra el periodismo que coincidi¨® con una ofensiva contra otras profesiones que lo est¨¢n pasando muy mal, que son las que tienen una funci¨®n de mediaci¨®n en la sociedad. Los m¨¦dicos (ahora todos los pacientes dicen saber la enfermedad que tienen), los pol¨ªticos, los entrenadores de f¨²tbol... Entonces escrib¨ª un art¨ªculo en EL PA?S hablando de los l¨ªmites de la transparencia y diciendo que, a pesar de esta moda de preferir un filtrador a un periodista, un indignado a un representante popular, a pesar de todo esto, creo que la cantidad de informaci¨®n que tenemos o es filtrada por personas inteligentes, preparadas, o los ciudadanos de a pie no nos aclararemos. Lo mismo pasa con la pol¨ªtica. Claro que no nos representan perfectamente, toda representaci¨®n falsifica lo representado, la representaci¨®n perfecta ser¨ªa la fotocopia, es decir, que todos fu¨¦ramos al Parlamento, cosa que no es posible. En toda representaci¨®n hay un elemento de falsificaci¨®n que se puede ir corrigiendo, pero estas falsificaciones nos permiten hacer manejable una realidad que de otra manera ser¨ªa completamente ingobernable.
P. ?Internet nos ha hecho da?o?
R. Internet es una posibilidad ambigua. Siempre que disponemos de un instrumento tenemos una cara y una cruz. La cara positiva es la accesibilidad de la informaci¨®n, el env¨¦s es la desorientaci¨®n. Hoy en d¨ªa, nuestra ignorancia no es la falta de datos sino la desorientaci¨®n. Internet permite que personalicemos mucho la informaci¨®n, pero tambi¨¦n favorece la creaci¨®n de entornos homog¨¦neos y que yo solo busque lo que confirme mi propio prejuicio y no me tope fortuitamente con una opini¨®n diferente. Y creo que eso es tremendamente empobrecedor porque los opuestos a nosotros son los que nos mantienen dentro de la raz¨®n.
Hoy en d¨ªa, nuestra ignorancia no es la falta de datos sino la desorientaci¨®n"
P. ?Es usted un fil¨®sofo 2.0?
R. No, soy un fil¨®sofo que cuando acab¨® la tesis doctoral y empezaron los ordenadores, justo entonces dijo: ¡®Qu¨¦ suerte, yo ya he hecho la tesis doctoral, no necesito estos artilugios¡¯. Hablamos del a?o 84. Mi primer ordenador me lo compr¨¦ en Alemania. Resist¨ª en la estupidez, y tambi¨¦n porque era muy pobre la vida del becario, hasta el 87, cuando me compr¨¦ mi primer Macintosh en Alemania, una caja maravillosa. Evidentemente, ahora no sabr¨ªa vivir sin ordenador. Pero ahora nos ha pasado una cosa a todas las profesiones: antes trabaj¨¢bamos en una cosa, ahora seguimos trabajando en esa cosa y tenemos un segundo trabajo que es la comunicaci¨®n.
P. ?Lee prensa en papel?
R. Leo en Internet solo, salvo cuando subo a un avi¨®n. Lo he sustituido totalmente. No tengo ning¨²n fetichismo ni nostalgia del papel que, adem¨¢s, suele manchar las manos y es poco ecol¨®gico. En cambio, en los libros me resisto todav¨ªa, pero como ya tengo experiencia de haberme resistido a cosas absurdas, supongo que acabar¨¦ cediendo.
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