Un misil de precisi¨®n contra el c¨¢ncer
La quimioterapia y los tratamientos biol¨®gicos se unen La combinaci¨®n de f¨¢rmacos permite abordar tumores dif¨ªciles Las resistencias obligan a cambiar los protocolos
En los pa¨ªses ricos, m¨¢s de la mitad de los c¨¢nceres se curan. Pero en el mundo las cifras no son tan buenas: se diagnostican 13 millones de casos al a?o, y mueren ocho millones, seg¨²n datos de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Esos nichos variantes resistentes a los f¨¢rmacos son el objetivo principal del congreso de la Asociaci¨®n Americana de Oncolog¨ªa M¨¦dica (ASCO en ingl¨¦s) que se celebra en Chicago desde el 1 de junio y que concluir¨¢ el 5.
Porque la paradoja es que cuanto m¨¢s se sabe de la enfermedad, m¨¢s casos hay en el mundo. ¡°Un 70% m¨¢s que en los a?os treinta¡±, como dijo el presidente del congreso, Michael Link, el jueves en su primera comparecencia. La revoluci¨®n de los tratamientos biol¨®gicos (llamados personalizados porque act¨²an seg¨²n los genes de cada uno) ha dado un nuevo paso con uno de los productos presentados en las sesiones plenarias (las de m¨¢s prestigio del congreso). Se trata de aunar un potente quimioter¨¢pico, el TDM1, con un anticuerpo monoclonal, el trastuzumab (el Herceptin de Roche, laboratorio que ha invitado a EL PAIS al congreso). Es solo un ejemplo para unos tumores muy espec¨ªficos (los de mama HER2+), pero son la se?al de hacia d¨®nde va el futuro.
El estudio se ha llamado Emilia, ¡°en honor de una hero¨ªna antigua¡±, como dijo Kimberley Blackwell, de la Universidad de Duke. El objetivo es utilizar la afinidad que el medicamento tiene por las c¨¦lulas tumorales HER2 positivas (es el tipo del 20% de los c¨¢nceres de mama), y utilizarla como un caballo de Troya para hacerle llegar un potente agente quimioter¨¢pico, el denominado TDM1. Este producto es tan t¨®xico que no se puede suministrar libremente, pero as¨ª va guiado hasta donde tiene que actuar. En los casos m¨¢s duros, los de tumor metast¨¢sico (cuando se ha extendido), se consigue una supervivencia a dos a?os en el 65,4% de las pacientes, frente al 47,5% con tratamiento de quimioterapia combinada. A los 36 meses, la diferencia se manten¨ªa.
Un estudio usa un f¨¢rmaco de caballo de Troya de un fuerte quimioter¨¢pico, t¨®xico si se administra directamente
¡°Es un misil de precisi¨®n¡±, ha dicho Joan Albanell, jefe del Servicio de Oncolog¨ªa M¨¦dica del Hospital del Mar de Barcelona, parte de un estudio en el que han participado un millar de pacientes de todo el mundo, de las que 35 estaban siendo tratadas en nueve hospitales espa?oles.
Javier Cort¨¦s, jefe del Grupo de Mama del hospital Vall d'Hebr¨®n de Barcelona afirma que se est¨¢ viviendo en este tipo de tumor ¡°una aut¨¦ntica revoluci¨®n¡±. Junto al novedoso sistema de usar un f¨¢rmaco para liberar otro dentro del tumor, sin da?ar al resto, Cort¨¦s destaca otro trabajo, el Cleopatra, que consiste en combinar otro f¨¢rmaco con el tratamiento en los casos de tumor metast¨¢sico. ¡°La FDA [agencia estadounidense del medicamento] est¨¢ a punto de aprobarlo¡±, afirma, porque prolonga en seis meses de media, de 12 a 18, el tiempo que las mujeres pueden hacer una vida normal. Es una muestra de que en c¨¢ncer, nada se desaprovecha. El medicamento a?adido, de hecho, hab¨ªa fracasado como tratamiento si se da solo, y ahora dispone de una nueva oportunidad.
Las investigaciones tratan de prolongar a¨²n m¨¢s la supervivencia del paciente
Este act¨²a sobre otro receptor de la c¨¦lula tumoral, el denominado HER3, ha explicado Mark Slimkowski, del grupo de investigaci¨®n en oncolog¨ªa gRED. ¡°El objetivo es superar la aparici¨®n de resistencia desarrollando nuevas terapias que puedan retrasar esa p¨¦rdida de sensibilidad al f¨¢rmaco. En definitiva, se trata de prolongar a¨²n m¨¢s la supervivencia¡±, dice Albanell.
Otra l¨ªnea en la que se est¨¢ investigando es en facilitar la v¨ªa de administraci¨®n. En vez de recibirlo por v¨ªa intravenosa, se trabaja para que la paciente pueda inyect¨¢rselos por v¨ªa subcut¨¢nea.
Toda esta especializaci¨®n no quiere decir que no se busquen tratamientos generales, de amplio espectro. Y, en esa l¨ªnea, la estimulaci¨®n del propio sistema inmunitario del paciente para que ataque a sus c¨¦lulas cancerosas es una de las favoritas. Y de las m¨¢s complicadas.
El laboratorio BMS, por ejemplo, est¨¢ trabajando en un nuevo f¨¢rmaco, llamado PD-1 (PD de programmed death, muerte programada). Se trata de intentar que las c¨¦lulas del sistema inmunitario que reconocen un tumor, las llamadas c¨¦lulas T, no pierdan la capacidad de atacarlas. Porque han descubierto que en las c¨¦lulas cancer¨ªgenas hay unos ligandos, los PD-L, que servir¨ªan para identificarlas. Pero como ha explicado Suzanne Louis Topalian, de la Universidad Johns Hopkins, estas crean una especie de escudo, y la acci¨®n de las c¨¦lulas T se inactiva.
El ensayo, a¨²n en fase I (la primera, pr¨¢cticamente para medir toxicidad y poco m¨¢s) ha sido ¡°bien aceptado en general por los pacientes¡±, y tiene la ventaja de que es de amplio espectro: ha funcionado de alguna manera en pacientes con melanoma, c¨¢ncer de pulm¨®n y ri?¨®n. ¡°En la mitad de los casos ya hab¨ªan recibido hasta tres tratamientos¡±, dijo Topalian, por lo que en su caso cualquier avance es una gran mejora. Claro que la idea de los investigadores es poder usarlo desde el primer diagn¨®stico.
Lo que prefiera el paciente
Es un estudio peque?o, pero su novedad le ha merecido el honor de ser uno de los cuatro seleccionados cada d¨ªa por la organizaci¨®n del congreso de la Asociaci¨®n Americana de Oncolog¨ªa M¨¦dica en Chicago. Como explica Bernard Escudier, jefe de Asistencia Cl¨ªnica de los hospitales de Par¨ªs, en ¡°los ¨²ltimos cinco a?os han aparecido siete f¨¢rmacos para el c¨¢ncer de ri?¨®n, y ninguno parece mejor que los otros¡±. ?La soluci¨®n? Que decidan los pacientes. Para ello se dise?¨® un ingenioso ensayo. A un grupo se le dio uno de ellos durante 10 semanas, y al otro, el rival. Pasado ese tiempo, se cambiaron los tratamientos. Ni los m¨¦dicos ni los pacientes sab¨ªan qu¨¦ estaba tomando cada uno. Y, al final, se les pregunt¨® qu¨¦ prefer¨ªan. ¡°De una manera muy sorprendente¡±, un 70% se decant¨® por uno de ellos. Y, contra a lo que los expertos esperaban, en todos los aspectos sobre los que se pregunt¨® a los pacientes (calidad de vida, fatiga) eleg¨ªan mayoritariamente el mismo.
El trabajo tiene un problema, como se puso de manifiesto durante su presentaci¨®n. El ensayo estaba financiado por uno de los fabricantes, que fue el que obtuvo el mejor resultado, pero lo que importa es que gana espacio la idea de preguntar a los pacientes.
En la misma l¨ªnea se present¨® otro trabajo para ver por qu¨¦ las personas con menos ingresos eran m¨¢s reacias a participar en ensayos cl¨ªnicos. Solo el 9% de los enfermos de c¨¢ncer se prestan a esta colaboraci¨®n, fundamental para el avance de la ciencia. Y cuanto m¨¢s amplia sea la representaci¨®n, m¨¢s extrapolables ser¨¢n los resultados. Pero la falta de tiempo y de posibilidad para ir al trabajo, el precio de los desplazamientos y el miedo a tener que pagar parte del ensayo se demostraron determinantes.
La dificultad es que cada vez hay que a?adir m¨¢s tratamientos, y eso encarece el proceso. Para reducir el despilfarro, se buscan marcadores (mol¨¦culas que se puedan detectar mediante un an¨¢lisis de sangre) para saber qu¨¦ medicamento va a funcionar. Tambi¨¦n se potencian los an¨¢lisis gen¨¦ticos. Los grandes centros ya trabajan todos en tener unidades de an¨¢lisis de este tipo. Genes como los BRCA1 y 2, marcadores como los HER2 y 3, el MLH1, SMH2... el c¨¢ncer se especializa. Y ello es bueno para los pacientes.
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